Una chica entra corriendo con los mechones de su largo pelo negro a saltos y cara de preocupación.
Sopla gallego. Las hojas de la palmera que está en el acceso principal suenan como papel pasando por la máquina destructora, haciéndose trizas.
He quedado con mi madre fuera para tomar un café. Me ha dicho que baje paraguas que están cayendo chispas.
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