La situación extrema que estamos viviendo y que políticos como Revilla e Igual todavía defiendan que hay que sacrificarse porque "la gente" (
sic) está a punto de venir, pasando por encima de la salud de sus vecinos, es sintomático de la relevancia que se está dando (sin que todavía la tenga) al turismo y que se ha de corregir por el bien de todos, nunca mejor que ahora para verlo.
De súbditos a siervos hay un paso.
Hay que evitar la segunda condición (y el turismo sobredimensionado es uno de sus vectores) pero sin olvidar que la raíz de donde nace esa relación distorsionada con la realidad que caracteriza a España y que hay que extirpar es la primera.
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