No queremos decir que en la época romana existieran ya los mismos
tipos de muebles que después vemos en la ebanistería montañesa, pero sí
creemos que puede estarse en condiciones de afirmar que ya en tan remota
época existía una vieja tradición definida de talla de la madera, que aplicarían tanto a elementos arquitectónicos (de hecho todavía subsiste la costumbre en la decoración de aleros y vigas exteriores de casa),
como eventualmente a los enseres y posibles muebles que, sin duda, existieron entonces y cuyas formas desconocemos. Este trabajo de ebanistería fue copiado por los canteros, cuyas obras se nos han conservado, dado
el carácter perdurable de la materia empleada.
Tampoco queremos decir que tales motivos ornamentales sean exclusivos
de la región cantábrica, pero sí que aquí se utilizaron desde época muy remota por los tallistas de madera y que, por tanto, la tradición ebanista de
la Montaña arranca desde aquellas lejanas épocas, sin necesidad de tener
que suponer fuera introducida por influjo de otras regiones, ni haber recurrido a ulteriores préstamos ajenos."
Del artículo titulado "Muebles montañeses" de Blanca Secades publicado en el Hoyos Sainz de 1972, aquí.
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