Las camas de los chozos de los puertos bajos (Montes de Saja) aprovechaban otros materiales del entorno. Incluían brezo, pero no recordamos más.
Cuando bajaba al pueblo dice el antiguo pastor que le costaba dormir en el colchón de lo duro que lo sentía.
Vista desde la puerta:
El espacio destinado a cama dentro del chozu estaba delimitado por el tornapies, un tronco escuadrado que va de lado a lado, que también servía para sentarse a la lumbre, situada a la entrada (y el pastor señala a la izquierda).
Pongo a continuación fotos de lo que creemos es un tornapies de piedra en los restos de un chozu de un sel que está encima del pueblo de Barcenillas.
Vista lateral del chozu:
Detalle de la piedra desde el espacio que ocuparía la cama, es decir, lo que vería el pastor acostado:
Insisto en que este tornapies, si lo es, sería una excepción, no sé si por el emplazamiento (hay mucha piedra pero también madera, no en vano al lado hay una plantación de pinos que lleva nombre de hayedo), por la tipología (sel próximo al núcleo de población, no es un sel de puertu), por su antigüedad (que este chozu sea de los más antiguos y la técnica varíe respecto a otros que han pervivido) o incluso por aprovechar una piedra que los constructores, los pastores pudieron considerar bonita, no lo sé. Puede incluso que no sea un chozu. En cualquier caso insisto en que la norma (a no ser que se demuestre lo contrario) es que los tornapies sean de madera.
El verbo tornar recordamos que significa hacer que algo o alguien desvíe su dirección natural. Por ejemplo un socallu sirve para tornar el viento, aquí (punto 2).
Los juncos puede que sean zarces, aquí.
Las jurcinas son las virutas. De un pretendiente decía despectivamente el padre de la novia que no sabía ni jacer jurcinas.
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