Esta mañana iba al mercado de segunda mano que se celebra todos los domingos en la plaza de la Esperanza de Santander cuando me encuentro a la puerta de la iglesia de San Francisco, que tiene fama de ser aliada de la ultraderecha (lo mismo que la de Laredo en los años de plomo tenía fama de encubrir a terroristas, seguramente sin fundamento), a un grupo numeroso de personas, algunas portando banderas preconstitucionales, de Falange y otras que no supe reconocer, y a lo que creí era la Banda Municipal de Música, si bien mermada en su número: con uniforme, la bandera oficial, etc. Me acerco a hacer fotos y veo cómo uno de los abanderados franquistas se acerca a un agente de movilidad y habla con él, lo que me pareció era la confirmación del trayecto. Recibido el visto bueno, el abanderado vuelve al grupo y se pone al frente de la banda de música, que empieza a tocar. Me acerco donde el agente de movilidad y le digo que es un escándalo. Me responde que no es cosa suya lo que yo piense, y espera a que el grupo se ponga en marcha para ir abriendo camino. Me pongo a grabar: abanderado, banda de música y comitiva con banderas. Terminan de pasar y me doy cuenta que no he grabado. Pero hay muchos haciéndolo. Veo que se encaminan hacia la plaza del ayuntamiento. Aparece un policía municipal y le interpelo. Me responde que él no sabe nada, que estaba identificando a siete yonquis que había en las escaleras de la iglesia y que bastante poco pasa para todo lo que podía pasar. Realmente este policía es majo. Reconoce que lo que acaba de suceder es una mierda pero que él no da más de sí. Escribo a una serie de amigos con los que comparto guasap y les digo que acabo de ver a la banda municipal abriendo la comitiva de unos fascistas y escoltados por agentes de movilidad. Pero quizá no sea la banda. Yo pondría la mano en el fuego a que sí lo son, pero están circulando por la red recursos que parecen confirmar que no son ellos. Es por este motivo por el que me animo a escribir deprisa y corriendo esta entrada, para que mis amigos puedan enlazar y así liberarles del peso de haber metido la pata en este punto, caso de ser necesario [reconstruyo la frase original, que había corregido a las pocas horas, ahora que veo que por internet hay polémica sobre la atribución equivocada de banda].
No es lo mismo una procesión fascista por el centro de Santander, con permiso, que una procesión franquista por el centro de Santander, con permiso y acompañados por la Banda Municipal de Música. Lo primero es grave pero lo segundo sería gravísimo.
Pongo a continuación las fotos que saqué antes de ponerme con el vídeo que no grabé:
8 comentarios:
Las banderas que no identificas (la verde y la azul) tienen pinta de ser las del movimiento católico español, aquí tienes dos imágenes en las que se ven mejor: http://1.bp.blogspot.com/-mM2WFF_Xw9c/UYPZIqtGoDI/AAAAAAAAAaU/y_j2J970Nxw/s1600/130502+-+2+de+Mayo.jpg y https://2.bp.blogspot.com/-2Dbiru91IC0/WpUwatYcbZI/AAAAAAAAeh0/tyJBC6qeVBkW_XVhz8Wysj-DXokxyL1rgCLcBGAs/s1600/MCE3.jpg
Anónimo pasiego
Así que en otro vídeo que pulula por ahí sobre esto, más extenso, aparece José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español.
Lamentable.
¡Ostras! Ese apellido me suena...
La identidad de la banda no estaba todavía clara cuando escribí esta entrada. Ahora que lo está, no he corregido porque me parecería inoportuno: si corrijo y pongo que es la banda de San Celedonio se pierde el sentido de la entrada. Y es que precisamente la escribí para descargar de culpa, si fuera necesario, que luego se vio que sí, a los amigos que tuitearon la noticia en el mismo momento en que se estaba produciendo. Y es que entonces yo daba por seguro que era la banda municipal de Santander. No tengo tuiter pero me parece que no se le puede exigir ser lo que es tuiter más lo que es una cabecera de periódico con una redacción detrás. De hecho el diario montañés lo va a sacar mañana, dos días después de que ocurriera, y no creo que nadie diga: vaya mierda, con dos días de retraso. Tuiter es inmediato pero tiene estos riesgos.
El vestido enviste. Los de la banda de San Celedonio lo saben y por eso visten como visten, con apariencia de oficialidad y no como la banda en sentido peyorativo que son. La confusión viene de ahí, no de otro sitio. Y de que cuando pasaron a mi lado yo estaba preocupado en grabar la comitiva (uego supe que no había grabado nada), mirando por el visor, y no me fijé en los parches o distintivos que seguro que llevan..., o no, que sigo sin saberlo.
Mi abuelo fue músico de la banda municipal. De hecho lo que más me movió a escándalo es que la banda de mi abuelo se prestara a estos actos. De no haber sido así, a lo mejor ni me hubiera detenido a hacer fotos, sinceramente, de tan harto que me tiene esta gente.
Y eso de que la Banda Municipal de Santander no viste parecido..., hombre, parecido sí que visten, al menos por lo que respecta al uniforme de verano.
"El Diario Montañés" dice que estaba por medio la Policía Local y no es verdad.
Ya por rematar, mi entrada no tiene carácter informativo, no era su objetivo contar lo que sucedió (de haber querido hacerlo hubiera utilizado otros recursos) sino servir de justificación a mis amigos, a los que unos guasap míos de primera hora les habían inducido a error, error que tuvo reflejo en sus cuentas de tuiter, que han sido a su vez tomadas como fuentes de información por los medios.
Por eso que no corrija mi entrada y la ajuste a lo que realmente pasó (que la banda no era la municipal), porque tal y como está ayuda a justificar los primeros tuits de mis amigos, equivocados por culpa de mis primeros guasap (que envié mientras estaba ocurriendo la noticia).
Pero más preocupante que una confusión de primera hora me parece que transcurridos dos días El Diario Montañés implique a la Policía Local, que nada tuvo que ver en todo esto. Sabiendo los problemas que está teniendo la alcaldesa con los municipales, me hace pensar mal.
Pasados tres años y sin necesidad de releer ni el texto ni los comentarios lo primero que me viene a la cabeza es el recuerdo del temor a no haber sido lo suficientemente atinado en la identificación de banderas, corporaciones, etc., como si eso fuera lo realmente importante, cuando no, en absoluto, y es precisamente por eso que los malos hacen que nos entretengamos en esos detalles menores y absurdos, para despistar.
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