jueves, 30 de enero de 2020

De buenas a primeras una mala mañana

Se presenta un día complicado.

Abro, enciendo luces, ordenadores -es mejor no esperar a que lo haga el administrativo de la mañana- y voy a tomar un café a ver si levanto un poco.

El bar al que voy es uno pequeño que está cruzando la cuesta de los toros. Poca gente a estas horas. A mi lado un paisano con boina y chaleco, pantalones gastados y cara como si le estuviera dando la luz de lleno. Pide agua. Le venden un botellín.

El periódico, el informativo de fondo.

Salgo y en lugar de volver me meto en el barrio obrero colindante, a tomar el aire asomado a sur. El día está rompiendo por Peña Cabarga. Ningún vecino. Las más de las persianas echadas.

Sopla una leve brisa que no mueve nada. Solo el sonido de los coches que pasan y de alguna ambulancia que entra o sale.

Envío un mensaje a mi madre para darle ánimos.

Seguro que Lamarga viene de cenagal.

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