A favor de la gata negra de Carasa

Dice AMIGAT sobre la gata negra de Carasa que la Ley de protección de los animales de Cantabria prohíbe su uso en espectáculos y otras actividades..., pero solo si se les ocasiona sufrimiento o pueden ser objeto de burlas o tratamientos indignos. No creo que sea el caso, más bien al contrario: el respeto que se profesa al animal es absoluto, como es norma en nuestra cultura. No habría mucho más que discutir. Si los de AMIGAT desprecian la cultura de Cantabria (insisto, profundamente respetuosa con su entorno, no porque seamos mejores que nadie, sino por lógica milenaria), que se informen mejor. Podrían empezar hablando con los vecinos en lugar de asustarles.

Añade AMIGAT que tras "la polémica" (provocada) que surgió el año pasado, "el evento" (su condición de evento es sobrevenida) se ha "suavizado"..., mentira, no se ha suavizado porque no ha hecho falta: la capacidad de adaptación de la suelta de la gata es lo que ha asegurado precisamente su supervivencia durante más de quinientos años. Se abre el trasportín y la gata sale a ras de suelo. Es mejor así y así se hace. Y continúa: "se sigue poniendo en peligro la salud y bienestar del animal". ¿Por qué?

Por último, AMIGAT asegura que "el ejemplar además puede perderse o ser atropellado"..., tampoco es cierto: no se permite que pase ningún vehículo y el gato es imposible que se pierda, a diferencia de los gatitos monos que no salen de las casitas monas de los urbanitas (y que seguro viven asqueados de ser tratados como peluchitos por sus dueños; y éso sí que es maltrato).

Lo tengo claro, para mí AMIGAT está meando fuera del tiesto.

Lo mejor creo es no ir a la suelta si no se es vecino para, de alguna manera, contribuir a frenar su consideración de evento "folklórico", de "producto turístico", que es de donde vienen todos los problemas.