"[Y]a en pleno puerto de Áliva, continúa bajando hasta el chalet del Rey, el refugio y la ermita de la Virgen de la Salud, y siguiendo para abajo hallará las cuevas donde varios vecinos del valle de Camaleño elaboraban el sabroso queso ahumado de Áliva. Una persona de cada hogar, hombre o mujer, permanecía todo el verano elaborando queso de la leche de las vacas, ovejas y cabras de su propiedad. Dormían encima de una planta que llaman arrabio y ahumaban el queso con otra planta o hierba llamada resoños.
Los domingos subía un miembro de cada familia con pan y patatas para comer durante la semana y entregarles el queso que habían elaborado para venderlo en el mercado del lunes en Potes."
De La Liébana: Costumbres en tiempos pasados y presentes (edición del autor, 1992) de Nemesio Fernando Heras Sánchez, pp. 36-7.
Sería genial que los actuales quesos ahumados lebaniegos lo fueran con esta planta, que no sé cuál es, e incluso que el CIFA del Gobierno de Cantabria o alguna empresa del sector desarrollara una línea de investigación para sintetizar sus características, tales como aroma y sabor.
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