En 2015 contaba que mi tío cuidaba de crío las colmenas y que cuando se escapaban las perseguía golpeando dos tejas y que mi tía hacía lo mismo pero golpeando dos piedras mientras decía "atigüenas, atigüenas, atigüenas las mis colmenas", aquí.
Copio a continuación de La Liébana: Costumbres en tiempos pasados y presentes (edición del autor, 1992) de Nemesio Fernando Heras Sánchez:
"[A]burrida [la cría y manejo de las abejas] cuando es necesario permanecer en el colmenar desde mayo a agosto, que es la época de la enjambrazón, y hay días que no sale ningún enjambre.
El enjambre se produce saliendo de la colmena las abejas, revoloteando y haciendo ruido. Existe la costumbre de tocar un campano con el fin de que no huyan. En caso de que no huyan, se posan en un árbol, que haya en el colmenar, o próximo a éste, formando piña; también, después de haber posado, hay veces que huyen.
Una vez que hayan posado, se coloca una sábana por encima con el fin de que no les de el sol y puedan levantar el vuelo y marcharse.
Al atardecer se coloca la colmena al borde con un puchero u olla que previamente se llena de trapos, prende fuego y se sopla hasta que penetren todas las abejas en la colmena y acto seguido se coloca en el lugar destinado."
Impresionante que ya nuestros mayores supieran de la relación entre las abejas y el sol, de ahí que las taparan, para aquietarlas: el lenguaje de las abejas hoy sabemos que existe y que es en relación con el sol, en realidad sabemos poco más.
Para más sobre abejas en este blog, aquí (abejas rupestres de Las Aguileras), aquí (dujos en eremitorio rupestre del entorno de Valderredible), aquí (el ganadero es también floricultor) y aquí (poema).
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