Pero pongo a continuación cita de Mikel Azurmendi:
"[E]s útil señalar que nunca se puede utilizar en euskara el término hil, erahil, morir o matar, al referirse a la bestia salvaje a la que se caza y se da muerte; sólo se debe utilizar garbitu, limpiar, y a menudo akatu, acabar. Sólo el humano junto con la abeja y el ganado doméstico mueren (hil). Hay regiones en las que este último tampoco se dice que muere (hil), sino que se pierde (galdu)."
Está tomada del libro titulado El fuego de los símbolos: Artificios sagrados del imaginario en la cultura vasca tradicional (Baroja, 1988), p. 81.
Más sobre hil, aquí.
Siguiendo a Mikel Azurmendi podríamos decir que el cántabro prerromano pudo haber diferenciado entre persona y animal de forma equivalente al vasco actual (lengua prerromana), y que al pasarse al romance el cántabro haría por conservar esta distinción prerromana entre persona y animal eligiendo murir para las primeras y morrer para los segundos.
No quiero decir con esto que deseche la primera opción, solo que me faltaba información. Ahora puedo elegir; o no.
El cántabro no es complicado ni enrevesado, si nos lo parece es porque partimos de coordenadas que le son ajenas, éste es el principal aprendizaje: que para entenderlo cabalmente es necesario respetar el mundo conceptual que le es propio.
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