Esta noche ha habido pelea en el primero.
¿Violencia de género, el hijo que ha llegado borracho, robo?
La lluvia al caer golpea con fuerza en la claraboya de las escaleras. Yo vivo pegado, en el último. No me ha dejado oír. No he podido dormir, pero tampoco he hecho nada.
¿En qué lugar me deja eso a mí?
viernes, 31 de enero de 2014
Vecindario, 1
Antes que mi casero comprara la casa en la que vivo al parecer vivía un pederasta.
Mi vecina de abajo, ya bien mayor, es una cotilla.
¿En qué lugar la deja eso?
Mi vecina de abajo, ya bien mayor, es una cotilla.
¿En qué lugar la deja eso?
jueves, 30 de enero de 2014
De géneros
Hay ciudades con el género claro. Otras, minoría, lo tienen masculino y femenino, como le pasa al mar (o a la mar). Santander yo siempre creí que era una de estas últimas. Pero Botín me ha hecho cambiar de parecer.
El Centro Botín es como un pene penetrando a la bahía.
Botín, nuestro macho alfa.
El Centro Botín es como un pene penetrando a la bahía.
Botín, nuestro macho alfa.
miércoles, 29 de enero de 2014
BEC, arquitectura montañesa y Renzo (¿por qué nuestra arquitectura es la única que va en minúsculas?)
El BEC es la sede de la feria de muestras de Bilbao. Este edificio representa una tendencia clave de la arquitectura (más) moderna (o contemporánea en el sentido de ser capaz de desplazar las coordenadas actuales), que es (y comienzo a explicarme desde el desconcierto, que es precisamente uno de los valores de este edificio: el que sea capaz de desconcertarme) la segregación entre edificio y piel del edificio, su envoltorio.
Precisamente uno de los debates que provoca esta segregación (y he ahí su alcance, no en los efectos más o menos llamativos que viene a sumar a un catálogo de ocurrencias de la arquitectura global o, por mejor decir, globalizada que ya nos tiene a todos un poco hartitos, ni siquiera en las soluciones que aporta, sino en las dudas que provoca), uno de los puntos calientes que provoca, decía, es su propia naturaleza. Y es que no sé si lo que queda dentro se puede considerar edificio o no al haberle sido arrebatada la piel o incluso si la piel puede ser considerada aparte (¿pero aparte de qué?). Si lo que se separa existía porque estaba junto, ahora que no lo está, ¿qué es, qué lo que se separa? ¿y qué es lo que lo separa?
Es precisamente esta confusión, este no saber si ni siquiera estamos hablando de un edificio, lo que mejor le describe. Esta confusión que me provoca el ¿edificio? del cráneo hacia dentro tiene su correlato físico (del cráneo hacia fuera) en la tela metálica que lo envuelve y lo difumina (daros cuenta que en esta última frase estoy considerando que el edificio se queda dentro, que la piel ya no es edificio, pero lo hago solo porque no sé cómo hacerlo de otra manera, me estoy manejando con terminología que ha quedado caduca desde el mismo momento en que ví este edificio). El BEC parece un borrón en el paisaje.
Foto:
Y no puedo dejar de relacionar lo que estoy viendo con la arquitectura montañesa. La casa montañesa se compone de una estructura de madera, tipo pérgola, que aguanta el tejado y todo, estructura y tejado, queda envuelto por una pared de piedra (la piel). Si la pared se cae, como es frecuente, no pasa nada, porque la pared no está cosida de ninguna manera con el binomio estructura / tejado. Hay una segregación fundacional entre la piel de la casa montañesa, de piedra, y el interior, de madera. Como en el BEC, al menos a nivel ideacional (físicamente no se parecen, pero la lógica interna es la misma en ambos casos, es decir, apretando mucho, más tiene que ver la casa montañesa con el BEC que con el caserío vasco, por ejemplo).
Nuestra arquitectura también es vanguardista (calzar abarcas no quita).
Pero no creo que el arquitecto del BEC, que, por cierto, no sé quién es, se haya inspirado en la casa montañesa, la verdad. Ni la conocerá (romper el velo de desconocimiento que nos envuelve debería ser uno de nuestros caballos de batalla). Más bien imagino que se haya inspirado en la pintura de los barcos de guerra, una pintura pensada para que éstos desaparezcan en el mar (qué pena que no los haga desaparecer del mundo). Es la misma pintura aplicada en el almacén de carbón del puerto de Santander o en los edificios más modernos del hospital Valdecilla, para que sus siluetas no rompan mucho el cielo.
Por cierto, qué oportunidad tenía en nuestra arquitectura montañesa Renzo Piano para hacer un edificio en los Jardines de Pereda que conectara con lo bueno que tenemos (que algo tenemos, poco, pero tenemos), qué oportunidad de apoyarse en algo bueno, creciendo él y haciéndonos crecer a nosotros. (Texto eliminado porque hago referencia a una artista potente, amiga de Ana Patricia Botín, que a pesar de lo buena que es, y lo es, se ha equivocado al plantear abrir pozos en los jardines: no es justo que la critique en general por un error, si realmente lo es, por mucho que a mí me lo parezca, error que además muy probablemente no sea atribuible a ella. Pese a lo que acabo de decir, no puedo evitar mantener el último párrafo de esta entrada, donde la menciono tangencialmente). La pudísteis ver en el vergonzoso reportaje que dedicó al proyecto el XL Semanal (suplemento de El Diario Montañés). Digo vergonzoso porque en las fotos se veía a Botín, a Renzo, a la hija de Botín y a su amiga en el estudio del arquitecto, decidiendo. Vergonzoso porque no se vé por ningún lado a ningún representante del pueblo, ni siquiera al alcalde, con lo que le gusta (aunque ahora no hablemos de gustos personales; el alcalde tendría que haber estado, le guste o no a Botín). Y ya.
Precisamente uno de los debates que provoca esta segregación (y he ahí su alcance, no en los efectos más o menos llamativos que viene a sumar a un catálogo de ocurrencias de la arquitectura global o, por mejor decir, globalizada que ya nos tiene a todos un poco hartitos, ni siquiera en las soluciones que aporta, sino en las dudas que provoca), uno de los puntos calientes que provoca, decía, es su propia naturaleza. Y es que no sé si lo que queda dentro se puede considerar edificio o no al haberle sido arrebatada la piel o incluso si la piel puede ser considerada aparte (¿pero aparte de qué?). Si lo que se separa existía porque estaba junto, ahora que no lo está, ¿qué es, qué lo que se separa? ¿y qué es lo que lo separa?
Es precisamente esta confusión, este no saber si ni siquiera estamos hablando de un edificio, lo que mejor le describe. Esta confusión que me provoca el ¿edificio? del cráneo hacia dentro tiene su correlato físico (del cráneo hacia fuera) en la tela metálica que lo envuelve y lo difumina (daros cuenta que en esta última frase estoy considerando que el edificio se queda dentro, que la piel ya no es edificio, pero lo hago solo porque no sé cómo hacerlo de otra manera, me estoy manejando con terminología que ha quedado caduca desde el mismo momento en que ví este edificio). El BEC parece un borrón en el paisaje.
Foto:
Y no puedo dejar de relacionar lo que estoy viendo con la arquitectura montañesa. La casa montañesa se compone de una estructura de madera, tipo pérgola, que aguanta el tejado y todo, estructura y tejado, queda envuelto por una pared de piedra (la piel). Si la pared se cae, como es frecuente, no pasa nada, porque la pared no está cosida de ninguna manera con el binomio estructura / tejado. Hay una segregación fundacional entre la piel de la casa montañesa, de piedra, y el interior, de madera. Como en el BEC, al menos a nivel ideacional (físicamente no se parecen, pero la lógica interna es la misma en ambos casos, es decir, apretando mucho, más tiene que ver la casa montañesa con el BEC que con el caserío vasco, por ejemplo).
Nuestra arquitectura también es vanguardista (calzar abarcas no quita).
Pero no creo que el arquitecto del BEC, que, por cierto, no sé quién es, se haya inspirado en la casa montañesa, la verdad. Ni la conocerá (romper el velo de desconocimiento que nos envuelve debería ser uno de nuestros caballos de batalla). Más bien imagino que se haya inspirado en la pintura de los barcos de guerra, una pintura pensada para que éstos desaparezcan en el mar (qué pena que no los haga desaparecer del mundo). Es la misma pintura aplicada en el almacén de carbón del puerto de Santander o en los edificios más modernos del hospital Valdecilla, para que sus siluetas no rompan mucho el cielo.
Por cierto, qué oportunidad tenía en nuestra arquitectura montañesa Renzo Piano para hacer un edificio en los Jardines de Pereda que conectara con lo bueno que tenemos (que algo tenemos, poco, pero tenemos), qué oportunidad de apoyarse en algo bueno, creciendo él y haciéndonos crecer a nosotros. (Texto eliminado porque hago referencia a una artista potente, amiga de Ana Patricia Botín, que a pesar de lo buena que es, y lo es, se ha equivocado al plantear abrir pozos en los jardines: no es justo que la critique en general por un error, si realmente lo es, por mucho que a mí me lo parezca, error que además muy probablemente no sea atribuible a ella. Pese a lo que acabo de decir, no puedo evitar mantener el último párrafo de esta entrada, donde la menciono tangencialmente). La pudísteis ver en el vergonzoso reportaje que dedicó al proyecto el XL Semanal (suplemento de El Diario Montañés). Digo vergonzoso porque en las fotos se veía a Botín, a Renzo, a la hija de Botín y a su amiga en el estudio del arquitecto, decidiendo. Vergonzoso porque no se vé por ningún lado a ningún representante del pueblo, ni siquiera al alcalde, con lo que le gusta (aunque ahora no hablemos de gustos personales; el alcalde tendría que haber estado, le guste o no a Botín). Y ya.
lunes, 27 de enero de 2014
Síntomas
Ahier juimos n´autubús a Bilbáu. Mercamos unos güenos libros en el mercáu qu´entarajilan tolos dumingos ena Plaza Berria (nueva aunque sea del siglu XIX) de las Siete Calles: un libru sobre paisaje y Generación del 98, Lázaro Calla de Celaya (inscritu en el tremendismu, rienti literariu de gran interés, al menos pa mí), la primer traduición al castellanu de 100 metros de Saizarbitoria y la primer del únicu libru qu´escribió un autor de vanguardia enos años trenta del que no recuerdo sú llamatu. Se me quedó Tal vez sea suficiente, publicáu l´añu pasáu por Txalaparta, pero esti libru tuvía no circula en el mercáu de sigunda mano, asina que a esperar o a encargalu a Gil (¿Gisela, ó estás?).
Pero lo que quiría dicir no era ésto, sino esto otro:
Anantes bía tres autubuses pa dir a Bilbáu: el baratu, el caru y el muy caru. Han quitáu el caru. Abora solu hay dos posibilidaes: el baratu y el muy caru. Se han polarizáu las opciones. ¿Cuspíu a cumu lo ha jecho la sociedá?
Pero lo que quiría dicir no era ésto, sino esto otro:
Anantes bía tres autubuses pa dir a Bilbáu: el baratu, el caru y el muy caru. Han quitáu el caru. Abora solu hay dos posibilidaes: el baratu y el muy caru. Se han polarizáu las opciones. ¿Cuspíu a cumu lo ha jecho la sociedá?
Errores y despistes
El otro día estaban venga a anunciar en La Ser Cantabria la obra El Pimiento Verdi, título puesto por Albert Boadella en clara referencia a Giuseppe Verdi, a quien se trataba de homenajear, pero la locutora era tan profesional que sin excepción decía El Pimiento Verde, con /-e/ de no vaya a ser que crean que soy de pueblo.
El error no es suyo. Es de quien nos hace creer que hay un estándar del que es imposible apartarse. No, tampoco. El error es de quien fija un estándar excluyente. Y, para decirlo todo, no creo que se trate de un error.
Aunque siempre habrá despistados:
En el escaparate de una inmobiliaria que acaba de abrir en Lealtad hay ofertas colgadas y en algunas pone que la casa tiene holl, con lo fácil que hubiera sido poner recibidor, en castellano, o incluso patiu o estragal, en montañés.
Es como el chiste: "abora que ya sé dicir repontoriu va y lu llaman cándelar".
El error no es suyo. Es de quien nos hace creer que hay un estándar del que es imposible apartarse. No, tampoco. El error es de quien fija un estándar excluyente. Y, para decirlo todo, no creo que se trate de un error.
Aunque siempre habrá despistados:
En el escaparate de una inmobiliaria que acaba de abrir en Lealtad hay ofertas colgadas y en algunas pone que la casa tiene holl, con lo fácil que hubiera sido poner recibidor, en castellano, o incluso patiu o estragal, en montañés.
Es como el chiste: "abora que ya sé dicir repontoriu va y lu llaman cándelar".
jueves, 23 de enero de 2014
Conversación
- Oye, pues es cierto, no está nada mal el disco que enlazas un par de entradas más atrás.
- ¿Cuál de ellos, el de Morente?
- No, el de Radiohead...
- Sí, ¿verdad?
- Además, Omega no es de Morente, sino de Lagartija Nick, no te confundas. Morente era el invitado. Este disco les abrió la puerta al mundo del flamenco.
- ¿A Lagartija Nick?
- Sí, de la mano de Morente. Lo hizo a posta. Una pérdida, la de Morente. Llegó a colaborar hasta con Sonic Youth. Por ahí anda el vídeo. Por la puerta entreabierta que dejó Omega se colaron Los Planetas. Fíjate en sus últimos discos. Se nota. Cantan flamenco, a su estilo (mascullando las palabras, como mirando para otro lado), pero lo cantan.
- Precisamente es por cantarlo a su estilo que podemos hablar de flamenco, ¿no crees?
- Sí, aunque los puristas se echen las manos a la cabeza.
- Tranquilo, no hay puristas del flamenco a la vista. Además, un purista debería entender lo que decimos: no hay nada cierto si no sale de dentro. A Jota de Los Planetas no se le puede pedir que cante como La Niña de los Peines. Jota acomoda el flamenco a su cabeza y lo suelta, lo hace suyo y lo lanza al aire. Flamenco en estado puro.
- Los puristas se agarran a un canon como a un clavo ardiendo y todo lo que no responda a los parámetros de ese canon, no vale.
- Pues peor para ellos. La única electricidad que les recorre la cabeza es la estática. Tienen las neuronas de punta. De todas formas, insisto que un purista de verdad (no un conservador con un bote de formol en la mano) tiene que entender lo que decimos. Todo es transmisión. Y en toda transmisión el cambio es inevitable. Si no, no hay transmisión, sino acatamiento, y no creo que nadie asuma nada como una obligación porque quiera, salvo que esté desequilibrado o porque le hayan echo ver que acatar es la única forma viable de vivir, que también puede ser, el tener cojida la medida a los aros de tanto pasar por ellos, y cada vez más.
- No te falta razón.
- Las lenguas son el mejor ejemplo de la inevitabilidad del cambio: en el montañés está impresa la huella dactilar de miles de hablantes que antes lo fueron del latín. Las lenguas son como barro fresco.
- El mismo cambio producido del latín al montañés (me cuesta creer que nuestras terminaciones en /-u/, por ejemplo, procedan del castellano, cuando nuestras terminaciones están más cerca del latín que las terminaciones en /-o/ del castellano) es el que se espera del montañés al cántabro.
- Si es que el cántabro toma como punto de partida el montañés, y no el pasiegu o el tresmeranu.
- Bueno, tampoco veo que tengamos que seguir el modelo de otras lenguas. ¿Por qué escoger un patrón de referencia? ¿Por qué no un desarrollo policéntrico? Me da a mí que la solución unitaria (el quedarnos todos ciegos mirando al sol, por cercano, cuando hay miles de estrellas a nuestra disposición) es muy francesa... muy francesa del s. XVIII. El siguiente paso es montar una academia que vele por el respeto a la norma, verás. En cuanto nos descuidemos.
- Lo mejor que le ha pasado a Europa le ha pasado en el s. XVIII. De hecho, seguimos creyéndonos europeos por lo que pasó entonces, no porque lo seamos (nada es lo que no se quiere que sea, de forma consciente o inconsciente, aunque toda forma inconsciente de identidad para unos es por efecto de decisiones tomadas de forma consciente por otros, generalmente otros a los que interesa que los que se lo creen de forma inconsciente se lo crean). Si se hubiera roto la cadena ya nos creeríamos otra cosa distinta, e incluso peor.
- ¿Peor?
- Bueno, sí. Los impresentables de dentro nos hacen ver que todos los males vienen de fuera, pero realmente si alguien nos pone las pilas, y necesitamos ponérnoslas, va a ser alguien de fuera. Yo ya no espero nada de los de casa. Los hombres de negro, nos dicen. Joder, los hombres de negro que nos van a ayudar a meter en la cárcel a los hijos de puta que tenemos gobernándonos, que terminen la frase. Bienvenidos sean los hombres de negro y los de amarillo también, si son amigos de los de negro.
- ¿Negro y amarillo casan bien?
- No, negro y rojo, de siempre.
- Por cierto, mala salida va a tener el montañés si los pocos que nos creemos con fuerzas para utilizarlo, como tú y yo, no lo hacemos. Mala si lo utilizamos solo para cuando nos miramos al espejo. Por lo de la transmisión de antes, digo.
- Pero no seas hipócrita, si te estás escribiendo a ti mismo. Yo no soy otro. Soy tú mismo, tu espejo. Y tampoco estás utilizando el montañés.
- Pues peor me lo pones.
- Bueno, a lo que iba. Que si el disco de Radiohead que enlazamos un par de entradas más atrás era bueno, el que ponemos ahora no lo es menos. Las dos canciones que están a partir del minuto 18 son espectaculares. Da gusto ver a un grupo de personas bien engranadas. Ojalá nosotros lo estuviéramos. Maravilloso.
- ¿Cuál, el que nos entendiéramos?
- No, el disco.
- ¿Cuál de ellos, el de Morente?
- No, el de Radiohead...
- Sí, ¿verdad?
- Además, Omega no es de Morente, sino de Lagartija Nick, no te confundas. Morente era el invitado. Este disco les abrió la puerta al mundo del flamenco.
- ¿A Lagartija Nick?
- Sí, de la mano de Morente. Lo hizo a posta. Una pérdida, la de Morente. Llegó a colaborar hasta con Sonic Youth. Por ahí anda el vídeo. Por la puerta entreabierta que dejó Omega se colaron Los Planetas. Fíjate en sus últimos discos. Se nota. Cantan flamenco, a su estilo (mascullando las palabras, como mirando para otro lado), pero lo cantan.
- Precisamente es por cantarlo a su estilo que podemos hablar de flamenco, ¿no crees?
- Sí, aunque los puristas se echen las manos a la cabeza.
- Tranquilo, no hay puristas del flamenco a la vista. Además, un purista debería entender lo que decimos: no hay nada cierto si no sale de dentro. A Jota de Los Planetas no se le puede pedir que cante como La Niña de los Peines. Jota acomoda el flamenco a su cabeza y lo suelta, lo hace suyo y lo lanza al aire. Flamenco en estado puro.
- Los puristas se agarran a un canon como a un clavo ardiendo y todo lo que no responda a los parámetros de ese canon, no vale.
- Pues peor para ellos. La única electricidad que les recorre la cabeza es la estática. Tienen las neuronas de punta. De todas formas, insisto que un purista de verdad (no un conservador con un bote de formol en la mano) tiene que entender lo que decimos. Todo es transmisión. Y en toda transmisión el cambio es inevitable. Si no, no hay transmisión, sino acatamiento, y no creo que nadie asuma nada como una obligación porque quiera, salvo que esté desequilibrado o porque le hayan echo ver que acatar es la única forma viable de vivir, que también puede ser, el tener cojida la medida a los aros de tanto pasar por ellos, y cada vez más.
- No te falta razón.
- Las lenguas son el mejor ejemplo de la inevitabilidad del cambio: en el montañés está impresa la huella dactilar de miles de hablantes que antes lo fueron del latín. Las lenguas son como barro fresco.
- El mismo cambio producido del latín al montañés (me cuesta creer que nuestras terminaciones en /-u/, por ejemplo, procedan del castellano, cuando nuestras terminaciones están más cerca del latín que las terminaciones en /-o/ del castellano) es el que se espera del montañés al cántabro.
- Si es que el cántabro toma como punto de partida el montañés, y no el pasiegu o el tresmeranu.
- Bueno, tampoco veo que tengamos que seguir el modelo de otras lenguas. ¿Por qué escoger un patrón de referencia? ¿Por qué no un desarrollo policéntrico? Me da a mí que la solución unitaria (el quedarnos todos ciegos mirando al sol, por cercano, cuando hay miles de estrellas a nuestra disposición) es muy francesa... muy francesa del s. XVIII. El siguiente paso es montar una academia que vele por el respeto a la norma, verás. En cuanto nos descuidemos.
- Lo mejor que le ha pasado a Europa le ha pasado en el s. XVIII. De hecho, seguimos creyéndonos europeos por lo que pasó entonces, no porque lo seamos (nada es lo que no se quiere que sea, de forma consciente o inconsciente, aunque toda forma inconsciente de identidad para unos es por efecto de decisiones tomadas de forma consciente por otros, generalmente otros a los que interesa que los que se lo creen de forma inconsciente se lo crean). Si se hubiera roto la cadena ya nos creeríamos otra cosa distinta, e incluso peor.
- ¿Peor?
- Bueno, sí. Los impresentables de dentro nos hacen ver que todos los males vienen de fuera, pero realmente si alguien nos pone las pilas, y necesitamos ponérnoslas, va a ser alguien de fuera. Yo ya no espero nada de los de casa. Los hombres de negro, nos dicen. Joder, los hombres de negro que nos van a ayudar a meter en la cárcel a los hijos de puta que tenemos gobernándonos, que terminen la frase. Bienvenidos sean los hombres de negro y los de amarillo también, si son amigos de los de negro.
- ¿Negro y amarillo casan bien?
- No, negro y rojo, de siempre.
- Por cierto, mala salida va a tener el montañés si los pocos que nos creemos con fuerzas para utilizarlo, como tú y yo, no lo hacemos. Mala si lo utilizamos solo para cuando nos miramos al espejo. Por lo de la transmisión de antes, digo.
- Pero no seas hipócrita, si te estás escribiendo a ti mismo. Yo no soy otro. Soy tú mismo, tu espejo. Y tampoco estás utilizando el montañés.
- Pues peor me lo pones.
- Bueno, a lo que iba. Que si el disco de Radiohead que enlazamos un par de entradas más atrás era bueno, el que ponemos ahora no lo es menos. Las dos canciones que están a partir del minuto 18 son espectaculares. Da gusto ver a un grupo de personas bien engranadas. Ojalá nosotros lo estuviéramos. Maravilloso.
- ¿Cuál, el que nos entendiéramos?
- No, el disco.
Félix de Azúa sobre W. Benjamin
"Es evidente que Benjamin luchaba contra la filosofía de la historia progresista, la de Hegel, la de Marx, pero también la del cristianismo. Él no creía en la continuidad temporal y escatológica que permite deducir leyes y sentido a los acontecimientos, como si el tiempo se dirigiera hacia algún lugar. Aun cuando simuló ser un materialista dialéctico tenía demasiada inteligencia para someterse a un dogma. Veía el curso de la historia como una secuencia siempre interrumpida, un cataclismo enigmático que amontona cadáveres y que a veces se ilumina con el relámpago de un acontecimiento. Sin embargo, en ese momento de iluminación, lo que aparece a nuestro entendimiento es un mito que regresa en un renacimiento perpetuo. Lo que vemos durante los escasos momentos en que despertamos de nuestra ensoñación son arquetipos originarios que dan brevemente sentido a una existencia banal mediante la unión perfecta de presente y pasado. Esos momentos de iluminación no los producen las guerras, las revoluciones, los inventos o las luchas sociales, lo producen las obras de arte.
En nuestro firmamento brillan miríadas de estrellas, pero muchas de ellas sabemos que ya han muerto y hasta nosotros solo llega su fantasma. Lo mismo sucede con las obras de arte, con la particularidad de que incluso las muertas y fantasmagóricas permiten a los buenos marineros navegar por el mar de la existencia."
Félix de Azúa, hoy mismo en El País.
En nuestro firmamento brillan miríadas de estrellas, pero muchas de ellas sabemos que ya han muerto y hasta nosotros solo llega su fantasma. Lo mismo sucede con las obras de arte, con la particularidad de que incluso las muertas y fantasmagóricas permiten a los buenos marineros navegar por el mar de la existencia."
Félix de Azúa, hoy mismo en El País.
miércoles, 22 de enero de 2014
Arrancando
Nunca me he creído esos discos que empiezan en el momento en que comienza a circular la corriente, cuando conectan los instrumentos, unos instantes antes de arrancar la música. En una entrevista reciente Antonio Arias, alma de Lagartija Nick (mítico su Omega con Enrique Morente), decía que quería plasmar en un próximo disco ese viaje que va desde que conectan los instrumentos hasta que empiezan a sonar. No sé, no me lo creo mucho. Me parece un poco impostado.
Busco El Robledal de Todos en internet. ¿Qué me pasa por la cabeza hasta que me pongo a escribir, qué de la que conecto y arranco?
Pienso en Hugo y Gisela, que viven boca abajo, en mi hermano chupando frío en el taller, en Raquel, que quiere que le coja de la mano aunque la tenga hinchada y le duela, en mi padre, con un corazón de incógnito, en mi madre, con el mundo en la punta de los dedos, pero nunca a manos llenas, en mi amigo Raúl, al que solo le queda el futuro, pero solo porque el futuro nunca llega, en mi amigo el inglés, al que el paredón contra el que le han puesto es circular y no hay escapatoria, al menos no por tierra, en Chus, al que no acaba de acabildrar el mundu que tien armáu ena cabeza col de juera...
Parece que ya arranca. Me pongo al lío:
¿Sabéis que quiero comprarme Un séptimo Hombre de John Berger? Se acaba de editar en castellano, por primera vez, en México. Lo tiene la librería La Vorágine .
Y hasta aquí la última entrada de hoy.
Oye, qué bien suena Hail To The Thief de Radiohead.
Es tanta la distancia que a veces cuando miro desde lo que soy hacia lo que quisiera ser, lo que hago y lo que quisiera hacer, ni me veo. ¿O será que es que no me reconozco?
Busco El Robledal de Todos en internet. ¿Qué me pasa por la cabeza hasta que me pongo a escribir, qué de la que conecto y arranco?
Pienso en Hugo y Gisela, que viven boca abajo, en mi hermano chupando frío en el taller, en Raquel, que quiere que le coja de la mano aunque la tenga hinchada y le duela, en mi padre, con un corazón de incógnito, en mi madre, con el mundo en la punta de los dedos, pero nunca a manos llenas, en mi amigo Raúl, al que solo le queda el futuro, pero solo porque el futuro nunca llega, en mi amigo el inglés, al que el paredón contra el que le han puesto es circular y no hay escapatoria, al menos no por tierra, en Chus, al que no acaba de acabildrar el mundu que tien armáu ena cabeza col de juera...
Parece que ya arranca. Me pongo al lío:
¿Sabéis que quiero comprarme Un séptimo Hombre de John Berger? Se acaba de editar en castellano, por primera vez, en México. Lo tiene la librería La Vorágine .
Y hasta aquí la última entrada de hoy.
Oye, qué bien suena Hail To The Thief de Radiohead.
Es tanta la distancia que a veces cuando miro desde lo que soy hacia lo que quisiera ser, lo que hago y lo que quisiera hacer, ni me veo. ¿O será que es que no me reconozco?
martes, 21 de enero de 2014
La trovas modernas: no hay mal que por bien no venga
Hablando en una entrada anterior sobre egodocumentos, añado ahora que hace tiempo me comentaba un amigo que las trovas antiguamente eran una forma de poner en su sitio a los que se salían de la fila, y que este toque de atención se hacía de forma colectiva, es decir, no había un troveru que se proclamara autor de nada, muy al contrario, las trovas se hacían en grupo. Siempre había algún buen troveru, alguien a quien se le daba particularmente bien componer (enjaretar), pero de inmediato ponía las trovas en manos de la comunidad, que era quien las hacía circular. Los troveros con afán de protagonismo, que hoy son norma, nacieron con Masio.
Masio es el enlace entre las trovas antiguas y las modernas. Los troveros actuales lo son porque serlo aporta algún tipo de beneficio, y quiero decir económico; si se es anónimo, olvídate. La trova al Soplao, auténtico panegírico a Marcano, es un buen ejemplo de lo que digo.
Y con el descubrimiento de la autoría los troveros empezaron a hablar de sí mismos. Ya no se pone firme a nadie desde el sentido común (entendiendo por común, eso, común). Es el troveru quien hace de filtro: la realidad filtrada por él, que hace las veces de mejillón (y la realidad de océano inabarcable).
Vale, las trovas ya no son como antes, ya no son anónimas, su autoría ya no es colectiva (o su ejercicio ya no es común, caso de tener autor), pero... qué fantásticos egodocumentos tenemos en las trovas actuales. Estoy pensando en, por ejemplo, Mi vida es una trova, de Faustino, de Obeso, ya fallecido (que tuve oportunidad de conocer), o en las propias de Masio, alguna de las cuales se encuentran en you tube.
Masio es el enlace entre las trovas antiguas y las modernas. Los troveros actuales lo son porque serlo aporta algún tipo de beneficio, y quiero decir económico; si se es anónimo, olvídate. La trova al Soplao, auténtico panegírico a Marcano, es un buen ejemplo de lo que digo.
Y con el descubrimiento de la autoría los troveros empezaron a hablar de sí mismos. Ya no se pone firme a nadie desde el sentido común (entendiendo por común, eso, común). Es el troveru quien hace de filtro: la realidad filtrada por él, que hace las veces de mejillón (y la realidad de océano inabarcable).
Vale, las trovas ya no son como antes, ya no son anónimas, su autoría ya no es colectiva (o su ejercicio ya no es común, caso de tener autor), pero... qué fantásticos egodocumentos tenemos en las trovas actuales. Estoy pensando en, por ejemplo, Mi vida es una trova, de Faustino, de Obeso, ya fallecido (que tuve oportunidad de conocer), o en las propias de Masio, alguna de las cuales se encuentran en you tube.
Bodega Sel d´Aiz
Yenda, que al decir del wikcionario (cuya labor es fundamental) se aplica a la casta de la cepa, es el nombre del vino que comercializa la bodega Sel D´Aiz, en Castillo Pedroso (Valle de Toranzo). Una iniciativa muy a valorar.
lunes, 20 de enero de 2014
Hipocurísticos
Ahier estuvi echando una parláa col Veceru y me jezo veer que los diminutivos abora caltienin la primer parte del nombre personal mientras que antes caltinían la parte final. Ejemplos:
- Concepción: Conchi (abora); Ción (antes).
- Covadonga: Cova (abora); Onga (antes).
- Bernardo: Bernar (abora); Nardo (antes).
- Manuel: Manu (abora); Nel (antes).
¿A qué se deberá? Ni él ni yo juimos p´adivinalo.
- Concepción: Conchi (abora); Ción (antes).
- Covadonga: Cova (abora); Onga (antes).
- Bernardo: Bernar (abora); Nardo (antes).
- Manuel: Manu (abora); Nel (antes).
¿A qué se deberá? Ni él ni yo juimos p´adivinalo.
sábado, 18 de enero de 2014
Quin tien, temi
Ahier en gulviendo a casa sintí un montonal de alarmas de tienda sonando. O estaban toas rotas o estaban toos robando. Ya en casa cerré la puerta con llavi, tres güeltas. Sintí a un montonal de vicinos cerrando, unu a unu, a midía que allegaban a casa, las sús puertas tamién con llavi. Tres, cuatru güeltas, enclusu más. Jézose la nochi. Las alarmas de las tiendas siguían sonando.
Problemas del Centro Botín
Problemas del Centro Botín, aquí.
El otro día oí en el autobús que las obras se han parado porque el edificio se está cayendo. No dí crédito al rumor. Es relativamente frecuente oír de todo en Santander sobre las obras de Botín, allá donde quiera que uno esté (en una cafetería, en un autobús o en una sala de espera cualquiera). Es un tema candente.
Pero preguntando a quien sabe, parece que sí es cierto que la actual estructura portante del edificio no es suficiente para el volumen que carga sobre ella. Es decir, no es que se hunda el suelo, es que los pilotes que lo aguantan no son suficientes, y el edificio se cae. Éste es el motivo de la demora de las obras. La profesionalidad del arquitecto, su gusto por el detalle, que es el motivo que han esgrimido desde el Ayuntamiento para justificar el retraso, se troca, así, en incompentecia suma.
El otro día oí en el autobús que las obras se han parado porque el edificio se está cayendo. No dí crédito al rumor. Es relativamente frecuente oír de todo en Santander sobre las obras de Botín, allá donde quiera que uno esté (en una cafetería, en un autobús o en una sala de espera cualquiera). Es un tema candente.
Pero preguntando a quien sabe, parece que sí es cierto que la actual estructura portante del edificio no es suficiente para el volumen que carga sobre ella. Es decir, no es que se hunda el suelo, es que los pilotes que lo aguantan no son suficientes, y el edificio se cae. Éste es el motivo de la demora de las obras. La profesionalidad del arquitecto, su gusto por el detalle, que es el motivo que han esgrimido desde el Ayuntamiento para justificar el retraso, se troca, así, en incompentecia suma.
viernes, 17 de enero de 2014
Nela, novela gráfica
A todos se nos ha pasado por alto la publicación en Astiberri de la novela gráfica Nela, adaptación al cómic de Marianela, de Galdós.
La historia es buenísima, de lo mejor de Galdós (dentro de lo poco que, lamentablamente, he leído de él) y está muy bien trasladada al cómic, me parece (a mí, que no tengo ni idea de cómics). Lo cierto es que se te ponen los pelos de punta casi a cada página que pasas.
El único "pero" es que los paisajes son más canarios que cántabros. A un lector cántabro ésto le saca un poco de la historia. Y es que los dos autores que están detrás de este cómic son canarios. Pero oye, los canarios han sabido reclamar la herencia de Galdós con más insistencia que nosotros, así que para ellos, justo es, y eso que Galdós, además de veranear aquí (concretamente en una casa de Reina Victoria de la que solo queda la placa, casa que ha sido sustituida por otra que es de una hija de Botín), además de eso, decía, localizó muchas de sus obras en Cantabria, como es el caso de Marianela, que radica en Socabarga (muy recononocible en Marianela pero apenas en Nela) y alrededores. Aun con todo, nuestro ambiente minero de finales del s. XIX es omnipresente.
Recuerdo ahora que la película rescatada por el CDIS sobre el Santander republicano (que recomiendo ver sea como sea) recoge una visita del Presidente de la República, me parece recordar, que sirvió entre otras cosas (además de para conocer la recién inaugurada Casa de Salud Valdecilla, por ejemplo) para firmar la donación a la ciudad de la casa y sobre todo de la biblioteca de Galdós. Donación o compra, no lo sé (no sé si habrá alguien que lo sepa). Lo cierto es que esos libros, sobre todo los libros, eran nuestros. Así lo firmó el Presidente del Gobierno de entonces, por mucho que después se le deslegitimara vía golpe de estado. Llegó poco después la Guerra Civil y todo se olvidó: la casa se tiró y los libros acabaron en Canarias, donde recientemente se ha inaugurado un centro de documentación dedicado a Galdós del que apenas se ha vuelto a oír hablar. Lástima de oportunidad perdida. Una más. Imaginad un centro de documentación en Reina Victoria con la biblioteca de Galdós, su correspondencia, dedicado al Realismo, al Regeneracionismo, al movimiento obrero, etc. No, mejor no os lo imaginéis. Por un motivo u otro ese centro de documentación, aquí, no podría existir nunca, imposible. Mejor un mal intento en Canarias que un fiasco más en Santander. Con Nela, lo mismo: más vale una buena novela gráfica que enluzca el sentido de Marianela que nada (porque nada es lo que se puede esperar de los cántabros, que ni siquiera sabemos que Galdós era también, además de todo lo demás, santanderino).
La historia es buenísima, de lo mejor de Galdós (dentro de lo poco que, lamentablamente, he leído de él) y está muy bien trasladada al cómic, me parece (a mí, que no tengo ni idea de cómics). Lo cierto es que se te ponen los pelos de punta casi a cada página que pasas.
El único "pero" es que los paisajes son más canarios que cántabros. A un lector cántabro ésto le saca un poco de la historia. Y es que los dos autores que están detrás de este cómic son canarios. Pero oye, los canarios han sabido reclamar la herencia de Galdós con más insistencia que nosotros, así que para ellos, justo es, y eso que Galdós, además de veranear aquí (concretamente en una casa de Reina Victoria de la que solo queda la placa, casa que ha sido sustituida por otra que es de una hija de Botín), además de eso, decía, localizó muchas de sus obras en Cantabria, como es el caso de Marianela, que radica en Socabarga (muy recononocible en Marianela pero apenas en Nela) y alrededores. Aun con todo, nuestro ambiente minero de finales del s. XIX es omnipresente.
Recuerdo ahora que la película rescatada por el CDIS sobre el Santander republicano (que recomiendo ver sea como sea) recoge una visita del Presidente de la República, me parece recordar, que sirvió entre otras cosas (además de para conocer la recién inaugurada Casa de Salud Valdecilla, por ejemplo) para firmar la donación a la ciudad de la casa y sobre todo de la biblioteca de Galdós. Donación o compra, no lo sé (no sé si habrá alguien que lo sepa). Lo cierto es que esos libros, sobre todo los libros, eran nuestros. Así lo firmó el Presidente del Gobierno de entonces, por mucho que después se le deslegitimara vía golpe de estado. Llegó poco después la Guerra Civil y todo se olvidó: la casa se tiró y los libros acabaron en Canarias, donde recientemente se ha inaugurado un centro de documentación dedicado a Galdós del que apenas se ha vuelto a oír hablar. Lástima de oportunidad perdida. Una más. Imaginad un centro de documentación en Reina Victoria con la biblioteca de Galdós, su correspondencia, dedicado al Realismo, al Regeneracionismo, al movimiento obrero, etc. No, mejor no os lo imaginéis. Por un motivo u otro ese centro de documentación, aquí, no podría existir nunca, imposible. Mejor un mal intento en Canarias que un fiasco más en Santander. Con Nela, lo mismo: más vale una buena novela gráfica que enluzca el sentido de Marianela que nada (porque nada es lo que se puede esperar de los cántabros, que ni siquiera sabemos que Galdós era también, además de todo lo demás, santanderino).
jueves, 16 de enero de 2014
Polígono de La Agüera en Los Corrales de Buelna
Leo en El Diario Montañés que en Los Corrales de Buelna están contentos porque han conseguido terminar las obras de un polígono industrial en el que tienen depositadas muchas esperanzas. La principal actuación ha sido encauzar el río Tejas entre escolleras. El terreno donde se ubica el polígono y por donde discurría el río se llama L´Agüera. Todo apunta a que van a tener problemas con ese río. No se puede construir encima de un río y pretender no tenerlos.
El río no es sólo el cauce. El río es todo un sistema que incluye, por ejemplo, áreas de expansión que mitigan las crecidas (las leras). Ésto ya lo sabían los antiguos. No en balde denominaron a toda la zona l´agüera. Es éste el nombre del sistema, l´agüera, que incluye y, por consiguiente, trasciende el cauce del río. Si lo reducimos todo a un canal artificial, malo. Y si construimos encima un polígono, peor. Ese polígono tiene mal futuro.
El río no es sólo el cauce. El río es todo un sistema que incluye, por ejemplo, áreas de expansión que mitigan las crecidas (las leras). Ésto ya lo sabían los antiguos. No en balde denominaron a toda la zona l´agüera. Es éste el nombre del sistema, l´agüera, que incluye y, por consiguiente, trasciende el cauce del río. Si lo reducimos todo a un canal artificial, malo. Y si construimos encima un polígono, peor. Ese polígono tiene mal futuro.
Árboles en los Jardines de Pereda
Los de la Botín han cercado los centenarios Jardines de Pereda con una valla metálica. Han sujetado a la valla una tela plástica enorme con dibujos del ambientillo que ellos esperan se produzca en los jardines una vez finalizadas las obras: pájaros, gente leyendo, dando un paseo, árboles, etc. Varios árboles están pintados en primer plano, y solo se ve de ellos el tronco. Uno de ellos coincidía por casualidad con un árbol real. El efecto he de reconocer que era bonito. El tronco del árbol pintado coincidía con la copa del árbol real, que sobresalía por encima de la valla metálica. Lo han cortado.
miércoles, 15 de enero de 2014
Facturas fantasma
Leo en prensa que se han encontrado en un cajón del Ayuntamiento de Santander facturas pendientes (y sin presupuestar, que para la administración es sinónimo de haber gastado sin dar explicaciones en qué) por valor de más de 10 millones de euros. El dinero lo ha adelantado el Estado y lo tendremos que devolver todos los cántabros poco a poco. La primera versión de la noticia decía más o menos ésto, lo que acabo de escribir. Luego salió el Alcalde diciendo que esas facturas se correspondían a las obras de saneamiento de Castilla - Hermida. El Diario Montañés rápidamente hizo suya esta versión y cumplió con su labor de adormidera: "tranquilos, chicos, que estos 10 millones estaban perdidos a posta". ¿Cómo es posible que una inspección estatal destape facturas ocultas por valor de casi 11 millones de euros y baste con una explicación tan burda?
Lo peor de todo es que las obras que sirven de tapadera fueron costeadas a través de un intercambio de cromos entre el Ayuntamiento y una Consejería socialista hace años, un apaño parecido al del Parque de las Llamas, que se pagó desde el Gobierno Regional a cambio de que el Ayuntamiento liberara el terreno donde se iba a construir el edificio Moneo, futura sede del Gobierno de Cantabria, que acabó en fiasco (previo pago millonario del proyecto al arquitecto). Nada que ver, entonces, con las facturas de marras.
Nadie va a decir nada, claro, primero porque es un asunto delicado para todas las partes y segundo porque están todos pendientes de las elecciones de 2015, si van a contar con ellos o no, pues existe la posibilidad cierta de que el PRC negocie con el PP, sobre todo si con ello Revilla consigue quitar de enmedio a Ignacio Diego, y hay muchos del PSOE con un pie en el PRC. En resumen, gracias a unos y a otros, a intereses de partido y personales (si es que ambos no son la misma cosa), nos van a encasquetar a todos otros diez millones de euros más.
Por cierto, ¿qué sueldo recibe el Alcalde para poderse permitir un Jaguar? ¿No será excesivo, para lo que hace? ¿O precisamente?
Lo peor de todo es que las obras que sirven de tapadera fueron costeadas a través de un intercambio de cromos entre el Ayuntamiento y una Consejería socialista hace años, un apaño parecido al del Parque de las Llamas, que se pagó desde el Gobierno Regional a cambio de que el Ayuntamiento liberara el terreno donde se iba a construir el edificio Moneo, futura sede del Gobierno de Cantabria, que acabó en fiasco (previo pago millonario del proyecto al arquitecto). Nada que ver, entonces, con las facturas de marras.
Nadie va a decir nada, claro, primero porque es un asunto delicado para todas las partes y segundo porque están todos pendientes de las elecciones de 2015, si van a contar con ellos o no, pues existe la posibilidad cierta de que el PRC negocie con el PP, sobre todo si con ello Revilla consigue quitar de enmedio a Ignacio Diego, y hay muchos del PSOE con un pie en el PRC. En resumen, gracias a unos y a otros, a intereses de partido y personales (si es que ambos no son la misma cosa), nos van a encasquetar a todos otros diez millones de euros más.
Por cierto, ¿qué sueldo recibe el Alcalde para poderse permitir un Jaguar? ¿No será excesivo, para lo que hace? ¿O precisamente?
Libros del futuro
Los libros que se venden como electrónicos cuando en realidad no son más que las versiones en PDF de los mismos libros en papel (el mismo archivo que se envía a imprenta es el que se cuelga en internet) se me hace que son como los incunables de los inicios de la imprenta, que intentaban hacerse pasar por manuscritos. Un libro electrónico no es (solo) un libro de lógica lineal volcado en internet, un libro que se puede imprimir de principio a fin desde internet, es decir, no es un libro pensado en papel pero que en lugar de llevarse a imprenta se vuelca en internet. Un libro electrónico puede ser mucho más. Estamos en la prehistoria de los libros del futuro.
Los actuales readers o lectores de libros electrónicos responden a esta lógica prehistórica del libro electrónico del presente: meros lectores de PDFs. Yo no quiero uno.
Empiezan a aparecer libros electrónicos avanzados que no pueden ser leídos con los lectores actuales, por ejemplo, éste. Se trata del relato "Los muertos" del libro Dublineses de Joyce. Ofrece lectura por parte de actor conocido, fotos, mapas, dibujos arquitectónicos, una performance, podcast de especialistas, etc. Es gratuito.
Éste es el camino. Lo otro, un hacer ver qué cuyos resultados van a ser, a buen seguro, nefastos.
Manuel Llano, su obra completa o alguno de sus títulos más representativos, por ejemplo, está pidiendo a gritos una aplicación de este tipo, y no una reedición caprichosa de Dolor de Tierra Verde como la de Valnera (una lógica, la de la reedición de Valnera, que ya quedó resuelta en una nota a pie de página de Celia Valbuena). El manuscrito de Dolor de Tierra Verde se puede consultar en la Biblioteca Municipal de Santander.
Los actuales readers o lectores de libros electrónicos responden a esta lógica prehistórica del libro electrónico del presente: meros lectores de PDFs. Yo no quiero uno.
Empiezan a aparecer libros electrónicos avanzados que no pueden ser leídos con los lectores actuales, por ejemplo, éste. Se trata del relato "Los muertos" del libro Dublineses de Joyce. Ofrece lectura por parte de actor conocido, fotos, mapas, dibujos arquitectónicos, una performance, podcast de especialistas, etc. Es gratuito.
Éste es el camino. Lo otro, un hacer ver qué cuyos resultados van a ser, a buen seguro, nefastos.
Manuel Llano, su obra completa o alguno de sus títulos más representativos, por ejemplo, está pidiendo a gritos una aplicación de este tipo, y no una reedición caprichosa de Dolor de Tierra Verde como la de Valnera (una lógica, la de la reedición de Valnera, que ya quedó resuelta en una nota a pie de página de Celia Valbuena). El manuscrito de Dolor de Tierra Verde se puede consultar en la Biblioteca Municipal de Santander.
martes, 14 de enero de 2014
Cajas de resonancia
Están de obras en la iglesia del Carmen de la Calle del Sol. La iglesia está cubierta por un andamio. Los obreros tienen puesta la Cope. Cuando hay misa, apagan la radio. Y no sé por qué.
Una biblioteca a oscuras
Ayer estaba en la Biblioteca Central de Cantabria, esa biblioteca que nunca dejará de ser de barrio a pesar de sus techos altos (y espacios mal iluminados), biblioteca que parecía inviable con menos de 4 millones de euros al año hasta que Marcano y sus chicas dejaron de ir por allí (Marcano sigue dejándose ver de vez en cuando por el Parlamento y, muy a su pesar, también por los Juzgados), ayer estaba en la Biblioteca Central, decía, cuando entró una pareja de sordomudos inmersos en una conversación de lo más entretenida, al parecer, porque no paraban de hacer gestos. Ni un solo ruido. Eso sí, la chica arrastraba muchísimo los pies al caminar. No sé si era consciente de ello o no (quiero creer que no). Pero, en cualquier caso, era un escándalo.
lunes, 13 de enero de 2014
De copas por el Castillo de Juana la Loca de Colindres
En Colindres está lo que se conoce como "El Castillo de Juana la Loca" porque, según leyenda local, Juana la Loca estuvo allí encerrada. Otra leyenda dice que hay un túnel que conecta este palacio con la iglesia de San Juan (una leyenda que se repite en otros muchos pueblos de Cantabria e incluso en el Hospital Valdecilla, donde se dice que hay un túnel que conecta los antiguos pabellones con la Residencia Cantabria).
El Palacio del Infantado o del Condestable, que es su nombre "oficial", está en ruinas desde que unos corsarios franceses lo saquearan el año 1639.
Había una estancia que de pequeños creíamos eran las mazmorras. En una de las paredes recordaba haber visto una copa de cristal incrustada. Teniendo en cuenta que el palacio está en ruinas desde mediados del s. XVII, la copa tenía que ser anterior. También cabe la posibilidad de que el muro de "la mazmorra" hubiera sido levantado con posterioridad para usos ajenos al original, para acotar un espacio destinado al ganado, por ejemplo, aunque, al menos desde que yo tengo uso de razón, el interior del palacio ha estado siempre vacío.
Fuimos Raquel y yo de expedición. En el muro ya no quedaba nada; estaba un poco más arruinado de lo que yo recordaba. Pero, en el suelo, la copa. La cogimos.
La tengo junto al fregadero. No sé qué hacer con ella. Me arrepiento de haberla cogido.
El palacio sigue en ruinas. En mi época en el Gobierno de Cantabria nos ofrecieron comprarlo. El Consejero dijo que no. No sabíamos qué hacer con el edificio. Ya va para tres siglos.
El Palacio del Infantado o del Condestable, que es su nombre "oficial", está en ruinas desde que unos corsarios franceses lo saquearan el año 1639.
Había una estancia que de pequeños creíamos eran las mazmorras. En una de las paredes recordaba haber visto una copa de cristal incrustada. Teniendo en cuenta que el palacio está en ruinas desde mediados del s. XVII, la copa tenía que ser anterior. También cabe la posibilidad de que el muro de "la mazmorra" hubiera sido levantado con posterioridad para usos ajenos al original, para acotar un espacio destinado al ganado, por ejemplo, aunque, al menos desde que yo tengo uso de razón, el interior del palacio ha estado siempre vacío.
Fuimos Raquel y yo de expedición. En el muro ya no quedaba nada; estaba un poco más arruinado de lo que yo recordaba. Pero, en el suelo, la copa. La cogimos.
La tengo junto al fregadero. No sé qué hacer con ella. Me arrepiento de haberla cogido.
El palacio sigue en ruinas. En mi época en el Gobierno de Cantabria nos ofrecieron comprarlo. El Consejero dijo que no. No sabíamos qué hacer con el edificio. Ya va para tres siglos.
sábado, 11 de enero de 2014
Chozos
Me contaba el otro día un amigo montañés que en el castro de La Espina del Gállego, en la vertical de Silió, las plantas de las construcciones que han aparecido en las excavaciones no son circulares, a diferencia de la imagen típica que tenemos de un castro, sino trapezoidales. Esta forma trapezoidal es igual a la que presentan los chozos de pastor de Sejos o Palombera: son como libros abiertos posados boca abajo, libros de terrones. Dada la coincidencia entre los chozos y las construcciones del castro, cabría pensar en una de estas dos opciones: (1) los chozos derivan de las construcciones castreñas o (2) chozos y construcciones castreñas son contemporáneos, siendo los chozos, por su marginalidad, únicos supervivientes de un tipo arquitectónico de enorme valor, "fósiles" arquitectónicos a proteger (si es que queda alguno en pie; al menos nos queda el consuelo de que hay gente que recuerda cómo se hacían).
Foto de antiguo chozu, aquí.
Sea como fuere, creo que sería acertado pensar en el posible carácter estacional de los castros. Estarían ligados, en mi opinión, a actividades propias de determinadas estaciones, por ejemplo al pastoreo. Ésto implicaría la existencia de emplazamientos o más estables (el campamento base, por decirlo de algún modo) o complementarios del castro (en verano arriba, en el castro; en invierno abajo, en el fondo de valle). Este emplazamiento más estable o invernal (depende) podría encontrarse, en el caso de La Espina del Gállego, debajo de Silió, enterrado bajo sus cimientos. O incluso ser el propio Silió.
Otro tanto cabría decir de Carmona. Recientemente se ha descubierto un castro en la vertical del pueblo. Quién no nos dice a nosotros que Carmona no es el envés de ese castro, su cara B, el otro polo del binomio. Quizá no haga falta excavar. Quizá el campamento base esté ahí, a la vista, en las propias calles, barrios y corraliegas de Carmona, lo mismo que los chozos, construcciones de quita y pon y, por eso mismo, milenarias (siempre que haya quien después de quitadas las vuelva a poner).
Foto de antiguo chozu, aquí.
Sea como fuere, creo que sería acertado pensar en el posible carácter estacional de los castros. Estarían ligados, en mi opinión, a actividades propias de determinadas estaciones, por ejemplo al pastoreo. Ésto implicaría la existencia de emplazamientos o más estables (el campamento base, por decirlo de algún modo) o complementarios del castro (en verano arriba, en el castro; en invierno abajo, en el fondo de valle). Este emplazamiento más estable o invernal (depende) podría encontrarse, en el caso de La Espina del Gállego, debajo de Silió, enterrado bajo sus cimientos. O incluso ser el propio Silió.
Otro tanto cabría decir de Carmona. Recientemente se ha descubierto un castro en la vertical del pueblo. Quién no nos dice a nosotros que Carmona no es el envés de ese castro, su cara B, el otro polo del binomio. Quizá no haga falta excavar. Quizá el campamento base esté ahí, a la vista, en las propias calles, barrios y corraliegas de Carmona, lo mismo que los chozos, construcciones de quita y pon y, por eso mismo, milenarias (siempre que haya quien después de quitadas las vuelva a poner).
Ganchillo
El ganchillo siempre ha tenido mucho predicamento en nuestros hogares. En Rebeldía, novela barquereña a caballo entre los siglos XIX y XX, se describe el interior de una vivienda inundada por piezas de ganchillo. El contraste en hogares sumidos en la sombra sería notable.
Las casas montañesas eran muy oscuras. Ya hemos comentado en otras ocasiones que las principales fuentes lumínicas eran las ventanas de cuarterones, que no dejaban pasar precisamente la luz a chorros. Pocos puntos de luz más habría; la lumbre de la cucina, quizá, pero no lo sería tanto cuando las mujeres se asomaban a los balcones con la sartén en la mano para poder ver cuánto pimentón echaban. La luz en nuestras casas era, en definitiva, escasa. Era una luz sólida, una luz envuelta en sombra. Y en la sombra, el ganchillo blanco, posado como espera una promesa o como lo hace un recuerdo.
Las casas montañesas eran muy oscuras. Ya hemos comentado en otras ocasiones que las principales fuentes lumínicas eran las ventanas de cuarterones, que no dejaban pasar precisamente la luz a chorros. Pocos puntos de luz más habría; la lumbre de la cucina, quizá, pero no lo sería tanto cuando las mujeres se asomaban a los balcones con la sartén en la mano para poder ver cuánto pimentón echaban. La luz en nuestras casas era, en definitiva, escasa. Era una luz sólida, una luz envuelta en sombra. Y en la sombra, el ganchillo blanco, posado como espera una promesa o como lo hace un recuerdo.
viernes, 10 de enero de 2014
Violencia simbólica
"Y lo cierto es que, para mí, debe primar la violencia simbólica. Pues ésta es, en el fondo, la afirmación de un sujeto simbólico colectivo capaz de ver, pensar y actuar de otro modo. Y creo que también resulta de importancia adquirir visibilidad, ganar esa confianza aportada por el hecho de hacerse visible, una confianza otorgada por la propia fuerza que confiere el acto de agruparse”. Jacques Rancière, El síntoma griego (2013). Léase más al respecto en el blog de Alberto Santamaría.
Erre que erre
Hace tiempo asistí a una charla en el Museo de Bellas Artes de Santander, que ahora se llama MAS, sobre no recuerdo qué tema y en el coloquio posterior alguien preguntó por la biblioteca del museo, que dónde está. Yo la he podido ver: tiene bastante fondo, pero es un auténtico desastre. Está cerrada al público. Salió en defensa del director en funciones del museo una chica que trabaja en la Fundación Botín. Dijo que para qué quería el museo (léase la ciudad, es decir, léase los ciudadanos) una biblioteca de arte si ya estaba la de la Fundación Botín.
Resulta que la biblioteca de la Fundación Botín ha dejado de ser una prioridad para sus directivos. Abre apenas una hora al día y por las mañanas. Los ciudadanos no tenemos nada que reclamar a nadie.
Primero, mal nosotros, que no somos capaces de cubrir nuestras propias necesidades. Segundo, mal porque creemos que es suficiente con la iniciativa privada. Tercero, mal porque creemos que la iniciativa privada va a pensar en los intereses de los ciudadanos, cuando no es así. Cuarto, fatal porque si dejamos que la iniciativa privada cubra necesidades públicas tendríamos que regular esta suplantación para que dejara de serlo. Que el dinero privado venga en apoyo de iniciativas públicas bien está, pero siempre que con ello no cambie de manos la batuta, que siempre ha de quedar en manos públicas.
Otro ejemplo: hace unos años la Fundación Botín creó un centro de documentación musical de Cantabria. Compraron un montón de fondos la mar de interesantes, entre ellos el archivo de Sixto Córdova y Oña. Yo mismo estuve a punto de donar las partituras de mi abuelo, que era músico y uno de los primeros jazzman de España. Un buen día se llevaron los fondos a Madrid y en diciembre del año pasado cerraron el centro. La prensa apenas se hizo eco. Compárese con el centro de documentación musical de Andalucía, público.
Otro más: la web semántica o 3.0 del patrimonio cultural de Cantabria. Cerrada en diciembre de 2013. ¿Y qué pasa en el Nansa? Me parece a mí que el proyecto del Nansa está a punto de irse a pique también.
Todos los proyectos que no sean Centro Botín están condenados. Nada que hacer ni qué reclamar a nadie. Son proyectos privados, pueden hacer lo que quieran sin pensar en nada que no sean sus intereses de empresa. El día que el Centro Botín deje de serles beneficioso, dad por seguro que también lo abandonarán de forma más o menos encubierta, o nos lo venderán. Por lo pronto, ya han abandonado la biblioteca de arte, el centro de documentación musical de Cantabria, la web semántica del patrimonio cultural de Cantabria y en breve, me temo, el proyecto Nansa Emprende. Pueden hacerlo. Es más, lo están haciendo.
Pero es que la semillita "del mal" ya está sembrada hace tiempo: ¿Por qué creemos que este señor nos tiene que sacar las castañas del fuego? Centro de documentación musical de Cantabria, biblioteca de arte, etc., ¿por qué han de ser responsabilidad de Botín? Si nos dejamos caer tenemos que saber que estamos sujetos a sus intereses empresariales, que hoy son unos y mañana otros.
Si nos dejamos ya sabemos lo que va a pasar. Lo estamos viendo, y aún así, erre que erre.
Resulta que la biblioteca de la Fundación Botín ha dejado de ser una prioridad para sus directivos. Abre apenas una hora al día y por las mañanas. Los ciudadanos no tenemos nada que reclamar a nadie.
Primero, mal nosotros, que no somos capaces de cubrir nuestras propias necesidades. Segundo, mal porque creemos que es suficiente con la iniciativa privada. Tercero, mal porque creemos que la iniciativa privada va a pensar en los intereses de los ciudadanos, cuando no es así. Cuarto, fatal porque si dejamos que la iniciativa privada cubra necesidades públicas tendríamos que regular esta suplantación para que dejara de serlo. Que el dinero privado venga en apoyo de iniciativas públicas bien está, pero siempre que con ello no cambie de manos la batuta, que siempre ha de quedar en manos públicas.
Otro ejemplo: hace unos años la Fundación Botín creó un centro de documentación musical de Cantabria. Compraron un montón de fondos la mar de interesantes, entre ellos el archivo de Sixto Córdova y Oña. Yo mismo estuve a punto de donar las partituras de mi abuelo, que era músico y uno de los primeros jazzman de España. Un buen día se llevaron los fondos a Madrid y en diciembre del año pasado cerraron el centro. La prensa apenas se hizo eco. Compárese con el centro de documentación musical de Andalucía, público.
Otro más: la web semántica o 3.0 del patrimonio cultural de Cantabria. Cerrada en diciembre de 2013. ¿Y qué pasa en el Nansa? Me parece a mí que el proyecto del Nansa está a punto de irse a pique también.
Todos los proyectos que no sean Centro Botín están condenados. Nada que hacer ni qué reclamar a nadie. Son proyectos privados, pueden hacer lo que quieran sin pensar en nada que no sean sus intereses de empresa. El día que el Centro Botín deje de serles beneficioso, dad por seguro que también lo abandonarán de forma más o menos encubierta, o nos lo venderán. Por lo pronto, ya han abandonado la biblioteca de arte, el centro de documentación musical de Cantabria, la web semántica del patrimonio cultural de Cantabria y en breve, me temo, el proyecto Nansa Emprende. Pueden hacerlo. Es más, lo están haciendo.
Pero es que la semillita "del mal" ya está sembrada hace tiempo: ¿Por qué creemos que este señor nos tiene que sacar las castañas del fuego? Centro de documentación musical de Cantabria, biblioteca de arte, etc., ¿por qué han de ser responsabilidad de Botín? Si nos dejamos caer tenemos que saber que estamos sujetos a sus intereses empresariales, que hoy son unos y mañana otros.
Si nos dejamos ya sabemos lo que va a pasar. Lo estamos viendo, y aún así, erre que erre.
Otro Jaguar en plantilla pública (no solo lo tiene Pesquera, el exconsejero excomunista)
¿Querrán hacernos creer que ese Jaguar que está siempre mal aparcado detrás del Ayuntamiento de Santander, como quien lo ha dejado allí un minuto, no es del alcalde?
martes, 7 de enero de 2014
La vecina sigue viva
La Noche de Reyes llamé al 112. Llevábamos demasiado tiempo sin migas de pan tiradas por el barrio. Además, olía fatal. La vecina del primero del portal de al lado, que se ha muerto, pensamos. ¿Llamo ahora o ya lo dejo para el martes?, pregunto a Raquel. Ahora, hombre, llama ahora, no vaya a ser que esté moribunda y todavía pueda salvarse. Además, el olor.
Vale, llamo.
Pasados unos minutos llega una ambulancia, un coche de bomberos y dos de policía nacional. Me llaman. Es el 112, que baje.
Vale, bajo.
Los vecinos arremolinados: yo la he visto esta mañana en el balcón, ya no sale, antes metía su porquería en una bolsa y la tiraba a un contenedor, ahora lo tira por la ventana, por eso huele tan mal, el gato que tenía ése sí que ya no se le vé, estará muerto, como el perro, que lo sacó a pasear muerto y decía que es que era muy perezoso, le han cortado la luz y el agua, cualquier día arde todo, no va a abrir a nadie, se alimenta de plátanos, le va a dar un subidón de potasio, con lo malo que es éso, yo es que trabajo en Urgencias, come las migas de las palomas, cualquier día se equivoca y le come a ella una gaviota, como a todos, es que las gaviotas están caninas.
No hay señales de vida. Los nacionales no pueden entrar sin permiso. Nos marchamos todos.
Esta mañana, en torno a las sesis y media, he oído cómo la vecina abría la puerta del balcón y vaciaba el orinal en la calle.
Huele fatal, está viva.
Vale, llamo.
Pasados unos minutos llega una ambulancia, un coche de bomberos y dos de policía nacional. Me llaman. Es el 112, que baje.
Vale, bajo.
Los vecinos arremolinados: yo la he visto esta mañana en el balcón, ya no sale, antes metía su porquería en una bolsa y la tiraba a un contenedor, ahora lo tira por la ventana, por eso huele tan mal, el gato que tenía ése sí que ya no se le vé, estará muerto, como el perro, que lo sacó a pasear muerto y decía que es que era muy perezoso, le han cortado la luz y el agua, cualquier día arde todo, no va a abrir a nadie, se alimenta de plátanos, le va a dar un subidón de potasio, con lo malo que es éso, yo es que trabajo en Urgencias, come las migas de las palomas, cualquier día se equivoca y le come a ella una gaviota, como a todos, es que las gaviotas están caninas.
No hay señales de vida. Los nacionales no pueden entrar sin permiso. Nos marchamos todos.
Esta mañana, en torno a las sesis y media, he oído cómo la vecina abría la puerta del balcón y vaciaba el orinal en la calle.
Huele fatal, está viva.
Por donde se empieza la casa
"Cuando iniciamos la construcción de nuestras residencias, antes que nada desplegamos el tejado como un quitasol que determina en el suelo un perímetro protegido del sol, luego, en esa penumbra, disponemos la casa". Tanizaki, El elogio de la sombra.
En La Montaña se hace igual, primero se levanta el tejado sobre una estructura tipo pérgola, como en Japón, pero con la salvedad de que el perímetro de la casa no lo marca el sol, sino las goterás, es decir, la casa no ocupa el espacio de sombra que proyecta la cubierta, sino el espacio que queda dentro de la línea de gotas de lluvia que caen del tejado al suelo.
En La Montaña se hace igual, primero se levanta el tejado sobre una estructura tipo pérgola, como en Japón, pero con la salvedad de que el perímetro de la casa no lo marca el sol, sino las goterás, es decir, la casa no ocupa el espacio de sombra que proyecta la cubierta, sino el espacio que queda dentro de la línea de gotas de lluvia que caen del tejado al suelo.
miércoles, 1 de enero de 2014
Una casa menos
De siempre se dijo que el edificio más antiguo de Santander era Pronillo. No lo dudo. Seguro que es el más antiguo, documentado. La historia académica u oficial se rige por unas reglas que dejan mucho fuera del tablero de juego, por ejemplo, todas las construcciones que no cuentan con respaldo documental, que es lo mismo que decir todas las tradicionales.
El oficialismo tiene unas coordenadas. Según estas coordenadas, Pronillo es lo más. Y bien está que se valore. El problema es que para el oficialismo no hay nada más. Y peor aún es que frente al oficialismo no haya un discurso alternativo que haga ver que en Santander contamos con una tradición arquitectónica de carácter popular, una tradición "indocumentada", que no se valora porque ni siquiera se conoce, tradición que estamos perdiendo de forma irremisible. En suma, que ni ellos ven ni nosotros mostramos.
Pronillo viene a demostrar el rancio abolengo de nuestra ciudad. Es un edificio que encaja perfectamente en el imaginario del Santander elitista acuñado por nuestros gallifantes de turno. Ahí está también el Paseo Pereda, donde nunca faltará dinero para una baldosa de mármol, o El Sardinero. Con poco más les basta. Enfrente: San Pedru, Callalta, L´Atalaya, San Simón, San Antón, San Celedoniu, San Martín (el reciente derribo de los talleres de los últimos carpinteros de ribera es comparable en su idiocia al derribo de la lonja racionalista del Barrio Pesquero), etc. A los gallifantes solo les interesa lo que les da la razón. El resto es para ellos invisible. O caquita.
Siempre se dijo que el éxito de los tiempos que corren es que son capaces de asimilar a sus contrarios. Está visto que los gallifantes tienen su rumbo marcado. Hay dos opciones encima de la mesa: o protestar y vernos asimilados (sin que eso suponga cambiar un ápice el rumbo preestablecido) o no hacer nada y desaparecer en la noche. Otra opción más realista, por utópica, sería jugar nosotros a nuestro propio juego, para lo cual primero es necesario desembarazarnos del suyo, poniéndolo en evidencia (y en esas estamos). Vaya este párrafo entre paréntesis.
Leo en la prensa de hoy que van a derribar una casa en Monte. La noticia, aquí. Viendo la foto, creo adivinar una casa llana de partida, que bien pudiera ser del s. XVI (florecimiento del mercado urbano), a la que se sumó una planta más con su correspondiente balcón en el s. XVII (introducción del maíz), balcón que fue sumido junto con el portal de la planta baja en el s. XIX, cuando la casa se convirtió en cuadra (reorientación ganadera). Si lo hiciéramos bien, podríamos leer en esta casa la historia de los últimos cinco siglos de Santander. Pero se trataría de una historia a contrapelo, una historia incómoda tanto para los gallifantes, a los que sobra y basta con una serie de hitos que jalonen su discurso victorioso, como para los historiadores paniaguados que prefieren poder pagar el recibo de la luz gracias a una versión pobre de la realidad, pero bien pagada por los gallifantes, que vivir a la luz pobre de la realidad, demasiado cruda siempre.
Si queremos encontrar nuestra arquitectura más antigua tenemos que mirar no a lo alto en el Paseo Pereda, sino a lo bajo en Cueto, en Monte, en San Román.
Pronillo lo salvó de la piqueta una vecina en los años ochenta. Es una historia larga de contar. Hace poco el régimen lo redescubrió y una arquitecta fiel lo restauró, quedando irreconocible, pero al menos quedó. La casa de Monte, por el contrario, la podemos dar por perdida. Y así estamos. Es uno de los males de nuestro país: ¿por qué hasta lo más lógico tiene que ser tan difícil de explicar, tan difícil de entender?
El oficialismo tiene unas coordenadas. Según estas coordenadas, Pronillo es lo más. Y bien está que se valore. El problema es que para el oficialismo no hay nada más. Y peor aún es que frente al oficialismo no haya un discurso alternativo que haga ver que en Santander contamos con una tradición arquitectónica de carácter popular, una tradición "indocumentada", que no se valora porque ni siquiera se conoce, tradición que estamos perdiendo de forma irremisible. En suma, que ni ellos ven ni nosotros mostramos.
Pronillo viene a demostrar el rancio abolengo de nuestra ciudad. Es un edificio que encaja perfectamente en el imaginario del Santander elitista acuñado por nuestros gallifantes de turno. Ahí está también el Paseo Pereda, donde nunca faltará dinero para una baldosa de mármol, o El Sardinero. Con poco más les basta. Enfrente: San Pedru, Callalta, L´Atalaya, San Simón, San Antón, San Celedoniu, San Martín (el reciente derribo de los talleres de los últimos carpinteros de ribera es comparable en su idiocia al derribo de la lonja racionalista del Barrio Pesquero), etc. A los gallifantes solo les interesa lo que les da la razón. El resto es para ellos invisible. O caquita.
Siempre se dijo que el éxito de los tiempos que corren es que son capaces de asimilar a sus contrarios. Está visto que los gallifantes tienen su rumbo marcado. Hay dos opciones encima de la mesa: o protestar y vernos asimilados (sin que eso suponga cambiar un ápice el rumbo preestablecido) o no hacer nada y desaparecer en la noche. Otra opción más realista, por utópica, sería jugar nosotros a nuestro propio juego, para lo cual primero es necesario desembarazarnos del suyo, poniéndolo en evidencia (y en esas estamos). Vaya este párrafo entre paréntesis.
Leo en la prensa de hoy que van a derribar una casa en Monte. La noticia, aquí. Viendo la foto, creo adivinar una casa llana de partida, que bien pudiera ser del s. XVI (florecimiento del mercado urbano), a la que se sumó una planta más con su correspondiente balcón en el s. XVII (introducción del maíz), balcón que fue sumido junto con el portal de la planta baja en el s. XIX, cuando la casa se convirtió en cuadra (reorientación ganadera). Si lo hiciéramos bien, podríamos leer en esta casa la historia de los últimos cinco siglos de Santander. Pero se trataría de una historia a contrapelo, una historia incómoda tanto para los gallifantes, a los que sobra y basta con una serie de hitos que jalonen su discurso victorioso, como para los historiadores paniaguados que prefieren poder pagar el recibo de la luz gracias a una versión pobre de la realidad, pero bien pagada por los gallifantes, que vivir a la luz pobre de la realidad, demasiado cruda siempre.
Si queremos encontrar nuestra arquitectura más antigua tenemos que mirar no a lo alto en el Paseo Pereda, sino a lo bajo en Cueto, en Monte, en San Román.
Pronillo lo salvó de la piqueta una vecina en los años ochenta. Es una historia larga de contar. Hace poco el régimen lo redescubrió y una arquitecta fiel lo restauró, quedando irreconocible, pero al menos quedó. La casa de Monte, por el contrario, la podemos dar por perdida. Y así estamos. Es uno de los males de nuestro país: ¿por qué hasta lo más lógico tiene que ser tan difícil de explicar, tan difícil de entender?
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