Hay muchos recursos en internet donde se explican las distintas formas de tomar el té en el mundo, identificadas quizá un tanto pretenciosamente como ritos, por ejemplo aquí.
En Cantabria aunque lo creamos no sé si lo que tomamos es propiamente té, aquí (punto 6).
En cualquier caso, seguimos unas pautas comunes que si bien no creo que den tanto de sí como para constituir un rito (tampoco otras occidentales) sí que entran dentro de lo que podría considerarse una cultura del té cántabra: el agua la hervimos aparte, la hierba la echamos después, dejamos que el agua se tiña, no la colamos, lo solemos tomar después de comer para ayudar a hacer la digestión, etc.
Habría que tratar de sistematizar y explicitar (que es una forma de decir empaquetar, con los riesgos que conlleva) esta parte de nuestra cultura que también está en peligro de extinción.
La foto es del té que me suelo tomar a media tarde si no tomo café después de comer, recién echada la hierba, todavía sin empapar y sin que se hubiera empañado el objetivo de la cámara, que es lo que pasó un instante después de haber tomado la foto. El té es del común, el que se puede comprar por ejemplo en la C/ San Luis de Santander, no del que tenemos comprado en Olea a un paisano, aquí.
Y es que cuando digo sistematizar lo que quiero decir es extraer un patrón o un esquema que lo represente todo, incluidas las variantes, caso de las que yo mismo introduzco, tales como tomarlo sin azúcar o frío, que quedarían como éso, variantes.
domingo, 31 de mayo de 2020
sábado, 30 de mayo de 2020
"La llave maestra" de Masako Togawa, fragmentu
"Al principiu li bía enfriáu la palma de la manu [un botellu de lechi], peru abora la temperatura del botellu bía aumentáu jasta acabildrar cona del sú cuerpu y bía surdíu un ligeru rucíu nel vidriu."
De La llave maestra (Ediciones B, 1991) de la escritora japonesa Masako Togawa, p. 72.
De La llave maestra (Ediciones B, 1991) de la escritora japonesa Masako Togawa, p. 72.
viernes, 29 de mayo de 2020
Cantabristas en cántabro
Oye, y a todo ésto, ¿cuándo desde Cantabristas van a generar un documento o una comunicación en cántabro? Que a lo mejor es que yo no he estado muy atento, pero aunque así fuera, me parece que por ejemplo su última propuesta programática, muy consistente, bien lo merece.
"Hay quien prefiere las ortigas" de Tanizaki, fragmento
"O-hisa se inclinaba hacia adelante hasta casi caer y procuraba mantener firmes las caderas. La frente del viejo se llenó de sudor.
- Esta maldita faja no se mueve; es imposible apretar más.
- Creo que la compró usted, ¿no? Yo nunca me la hubiese quedado. No me deja moverme.
- Pero el color es bonito, ¿verdad? - dijo Kaname en tono admirativo colocándose al lado del viejo -. No sé exactamente cómo llamarlo, pero es un color que se ve muy poco ahora.
- Sí, es un verde-linfa; todavía se lleva bastante, pero el verdadero tono se consigue cuando la tela está usada y descolorida como ésta."
De la novela Hay quien prefiere ortigas (Seix Barral, 1963) de Tanizaki, p. 132. De este autor solo había leído el imprescindible Elogio de la sombra, ensayo del que la novela es, de alguna manera, su proyección, aunque no alcanza la misma altura.
Pongo la cita por su relación con el gusto cántabro por lo usado y bien conservado, es decir, por lo cuidado, aquí.
- Esta maldita faja no se mueve; es imposible apretar más.
- Creo que la compró usted, ¿no? Yo nunca me la hubiese quedado. No me deja moverme.
- Pero el color es bonito, ¿verdad? - dijo Kaname en tono admirativo colocándose al lado del viejo -. No sé exactamente cómo llamarlo, pero es un color que se ve muy poco ahora.
- Sí, es un verde-linfa; todavía se lleva bastante, pero el verdadero tono se consigue cuando la tela está usada y descolorida como ésta."
De la novela Hay quien prefiere ortigas (Seix Barral, 1963) de Tanizaki, p. 132. De este autor solo había leído el imprescindible Elogio de la sombra, ensayo del que la novela es, de alguna manera, su proyección, aunque no alcanza la misma altura.
Pongo la cita por su relación con el gusto cántabro por lo usado y bien conservado, es decir, por lo cuidado, aquí.
jueves, 28 de mayo de 2020
La sombra
Durante mucho tiempo creí que el progreso podía ser respetuoso con la tradición
que incluso podía inspirarse en ella
que la tradición nunca había dado la espalda al progreso
y que éste era positivo
que los errores eran éso
errores
malinterpretaciones
que se podían corregir.
Luego me cuestioné el progreso
la modernidad y la tradición.
Hoy creo que estamos sumidos en una guerra
eterna.
La foto está hecha en el Paseo Menéndez Pelayo de Santander.
que incluso podía inspirarse en ella
que la tradición nunca había dado la espalda al progreso
y que éste era positivo
que los errores eran éso
errores
malinterpretaciones
que se podían corregir.
Luego me cuestioné el progreso
la modernidad y la tradición.
Hoy creo que estamos sumidos en una guerra
eterna.
La foto está hecha en el Paseo Menéndez Pelayo de Santander.
miércoles, 27 de mayo de 2020
Fórmulas de respeto en la toponimia montañesa
En Cantabria, no sé si en toda, se aplica la fórmula de respeto "tí" (que escribo con tilde) y "tíu" a los ancianos. También "tía", claro. Así, Tía Quica, Tíu Nel, etc. Se podría traducir como "don" y "doña". La fórmula castellana "don" y "doña" se asocia al señoritismo y su recepción entre nosotros está documentada aquí.
No sé cuál es la difusión de la fórmula cántabra, si en el oriente costero, por ejemplo, se utiliza o no, y tampoco conozco la frontera entre "tí" y "tíu". Estaría bien que alguien tratara de clarificar estos puntos.
Por fortuna esta fórmula está documentada en la toponimia. La toponimia sirve también para ésto: para testificar a favor de la lengua.
En el libro sobre toponimia del Nansa y Peñarrubia de Alberto González Rodríguez se recogen los siguientes casos: Casa Tiquicón (San Mamés, Polaciones); Prau Tisindo (Tresabuela, Polaciones); Fragua Tíu Llera (Riclones, Riunansa) y Prau Tiasica (La Puente Nansa, Riunansa). Los microtopónimos los he copiado tal cual del libro pero su localización la he adaptado a nuestra lengua.
Sobre otra fórmula de respeto aplicada a los ancianos, valiosísima, aquí.
No sé cuál es la difusión de la fórmula cántabra, si en el oriente costero, por ejemplo, se utiliza o no, y tampoco conozco la frontera entre "tí" y "tíu". Estaría bien que alguien tratara de clarificar estos puntos.
Por fortuna esta fórmula está documentada en la toponimia. La toponimia sirve también para ésto: para testificar a favor de la lengua.
En el libro sobre toponimia del Nansa y Peñarrubia de Alberto González Rodríguez se recogen los siguientes casos: Casa Tiquicón (San Mamés, Polaciones); Prau Tisindo (Tresabuela, Polaciones); Fragua Tíu Llera (Riclones, Riunansa) y Prau Tiasica (La Puente Nansa, Riunansa). Los microtopónimos los he copiado tal cual del libro pero su localización la he adaptado a nuestra lengua.
Sobre otra fórmula de respeto aplicada a los ancianos, valiosísima, aquí.
martes, 26 de mayo de 2020
Antigua calle del Dr. Madrazo, publicidad de vinos
De cuando en Santander había una C/ Dr. Madrazo, recordemos, encarcelado por los franquistas en la antigua Tabacalera, hoy Biblioteca Central de Cantabria, de donde lo sacaron para morir en su casa de la C/ Castelar, en el primer piso que está encima de la cafetería Siboney, en el edificio de igual nombre.
La calle a su nombre era, si no estoy equivocado, el tramo de la actual C/ Santa Lucía que discurre desde donde estaba la antigua clínica del doctor, a la altura del cruce con el Paseo Menéndez Pelayo, hasta la C/ Casimiro Sainz.
Sobre una antigua calle paralela, hoy subsumida en ésta, aquí.
lunes, 25 de mayo de 2020
Del rojo al azul
En una de las naves de la antigua central de los bomberos de Santander.
El color original es el rojo, en la foto deslavado, el rojo imagino que por afinidad corporativa, pero lo taparon con azul, color que se ha querido asociar a la ciudad, casualidades, el mismo que el del partido político que lleva gobernando en Santander, él y sus avatares, desde el año 1937.
Estas sustituciones ladinas o no tanto se dan mucho, por ejemplo la de la estatua ecuestre de Franco por la bandera gigante de Puertochico, aquí y aquí. Luego, cuando se quiera corregir porque la rueda ya haya completado una vuelta, un ciclo, todo serán excusas, por ejemplo a la hora de recuperar el topónimo El Alta (tradicional y común) frente a General Dávila (execrable y de poco calado ciudadano): que si provoca la confusión entre El Alta y La Calle Alta, se arguye, que si total ya nadie utiliza El Alta, etc. Ese parapetarse de las autoridades municipales en cohartadas difíciles de sostener pero a las que nadie replica por desaliento es miserable y hace de Santander una ciudad miserable.
domingo, 24 de mayo de 2020
Potencia pirdíu ena Callalta de Sanander
L´Ahuntamientu de Sanander esborregó la pareona con butroneras de la Carlistaa que bía ena Callalta. Pa veer ritratos hay dellas cuntas enas réis que los dierin al reportoriu, la de twitter del arqueólogu Hierro, el medievalista Solórzano Telechea o la de la muvición social CNSV, pinto´l casu.
La mí añadición son estos ritratos de los abizos abiertos trela esapaición de la paréi nel solar que está junta la ilesia falla, séi de Tabacalera en tiempos más recientis.
Esti suelu a güen siguru tinía una potencia arqueológicu de primer livel. No en vanu está emplazáu nel megollu de la antigua ciudá, acupaa al menos dendi los romanos.
Que quedi acá el tistigu.
viernes, 22 de mayo de 2020
Rojo, campo semántico extraído de la toponimia montañesa
Mucho se ha tratado sobre robre y robráu, por ejemplo aquí. Alberto González Rodríguez propone el latín RUBREM como étimo. Otros miembros de la familia semántica tomados de la toponimia del Nansa y Peñarrubia que aporta el mismo autor son: rubia, -u (del latín RUBEUM) p.e. Peñarrubia; bermeja, -u (latín UERMICULUM) p.e. Canal Bermeju (La Hermida, Peñarrubia) o Las Mermejas (Quintanilla, Lamasón); coloráu (latín COLORATUM) p.e. Cantu Coloráu (Tresabuela, Polaciones); roja, -u (latín RUSSUM) p.e. Castros Rojos (Celis, Rionansa); y brondaa, apelativo con el significado de "cierto tipo de cabra con listas rojas en la cara", presente en La Bronda (La Hermida, Peñarrubia).
¿Conocéis algún otro pariente?
¿Conocéis algún otro pariente?
jueves, 21 de mayo de 2020
"Las Ramonas" de Ana Cabaleiro, recomendación
Uy, acabo de saber que la editorial Deconatus va a publicar en castellano Las Ramonas de Ana Cabaleiro, que leí en gallego y recomendé aquí. Buenísimo. Para adelanto editorial en castellano, aquí.
A esta editorial debemos la traducción del gallego al castellano del imprescindible Dicen de Susana Sánchez Arins, aquí.
Aclaro que no me une nada ni con la editorial ni con ninguna de las autoras, salvo sus libros.
A esta editorial debemos la traducción del gallego al castellano del imprescindible Dicen de Susana Sánchez Arins, aquí.
Aclaro que no me une nada ni con la editorial ni con ninguna de las autoras, salvo sus libros.
Caos de Beju, propuesta etimológica de Caos
Haciendo caso omiso de una discusión muy interesante sobre el topónimo Caos de Beju que nos estuvo acompañando durante varias entradas, por ejemplo aquí, propuse aquí una etimología que es fruto del deslumbramiento que me produjo saber que el término griego caos significa lo mismo que beju, "quebrada".
Alberto González Rodríguez propone para el primer elemento el latín CAVUM, "hueco", presente en Cau Vega (Rozadío, Rionansa), Senderu el Cau (La Fuente, Lamasón) o Los Caos (Cires, Lamasón). La descripción que hace del emplazamiento físico de cada uno de estos topónimos no deja lugar a dudas. Es una propuesta ya apuntada por uno de nuestros lectores, desconozco su nombre. Parece la más acertada.
Por consiguiente, Caos de Beju, entre Tudanca y Polaciones, se podría traducir como "los huecos de la quebrada", más o menos.
Alberto González Rodríguez propone para el primer elemento el latín CAVUM, "hueco", presente en Cau Vega (Rozadío, Rionansa), Senderu el Cau (La Fuente, Lamasón) o Los Caos (Cires, Lamasón). La descripción que hace del emplazamiento físico de cada uno de estos topónimos no deja lugar a dudas. Es una propuesta ya apuntada por uno de nuestros lectores, desconozco su nombre. Parece la más acertada.
Por consiguiente, Caos de Beju, entre Tudanca y Polaciones, se podría traducir como "los huecos de la quebrada", más o menos.
Informe vasco de derechos culturales
Informe de derechos culturales del Observatorio Vasco de la Cultura, aquí.
El informe tiene cuatro capítulos y un epílogo a modo de conclusión. En el primero se hace un breve repaso histórico a los derechos culturales. El segundo fija el marco teórico: cómo se construyen, cómo se conciben y cuáles son sus fundamentos. El tercero se centra en el derecho a participar en la vida cultural, núcleo del conjunto de derechos. En el cuarto se aborda su aplicación en las políticas culturales. Se cierra con un decálogo que recoge los elementos fundamentales a tener en cuenta para que los derechos culturales puedan ejercerse.
El informe tiene cuatro capítulos y un epílogo a modo de conclusión. En el primero se hace un breve repaso histórico a los derechos culturales. El segundo fija el marco teórico: cómo se construyen, cómo se conciben y cuáles son sus fundamentos. El tercero se centra en el derecho a participar en la vida cultural, núcleo del conjunto de derechos. En el cuarto se aborda su aplicación en las políticas culturales. Se cierra con un decálogo que recoge los elementos fundamentales a tener en cuenta para que los derechos culturales puedan ejercerse.
miércoles, 20 de mayo de 2020
En torno a la duda de por qué los "corros" de bolos son rectangulares
"En aquel momento empezaron a oír el ritmo distante de los tambores. Llegaba desde la dirección del ilo, el parque de juegos del pueblo. Cada pueblo tenía su propio ilo, que era tan antiguo como el propio pueblo y donde se celebraban todas las grandes ceremonias y los bailes."
Del imprescindible Todo se derrumba (1958) del escritor nigeriano Chinua Achebe, que cito por la edición del Círculo de Lectores.
El equivalente al ilo nigeriano es el corru montañés.
Siempre me llamó la atención que al corru de bolos, siendo éste impepinablemente rectangular, se le llame precisamente corru, que remite, al menos en apariencia, a una forma circular. El espacio que rodea la iglesia también recibe el nombre de corru, aunque éste ya cabe la posibilidad de que sea sustantivamente circular.
¿Será que en los pueblos había un espacio destinado a las actividades colectivas en origen circular que fue colonizado poco a poco por distintas infraestructuras, sean lúdicas, religiosas o de cualquier otro tipo, de asentamiento no necesariamente circular, que acabaron tomando el nombre del espacio original, el corru?
No sé, no lo creo.
Más bien me parece que la raíz CORR- pudiera ser prerromana, nada que ver con el carro latino, y que en origen no tuviera el valor "circular". Hace tiempo, concretamente aquí, explicaba que en Cabuérniga cuerre es cualquier cercado levantado sin mucho esmero, a seco. En asturiano cuerre es el recinto destinado a guardar las castañas dentro del erizo, pero en cántabro no. En cántabro a este recinto para guardar las castañas según se cogen del árbol se le llama carril (Peñarrubia) o carrozal (Cabuérniga), aquí. En cántabro cuerre es lo que digo. Que la cuerre cántabra se asuma que es circular es casi inevitable, pero porque las líneas curvas son más fáciles de resolver que las líneas rectas y cerradas en ángulo, como se explicó aquí, no porque las cuerres tengan que ser circulares.
Siguiendo lo dicho, el cántabro cuerre podría pertenecer a la primera generación de la raíz prerormana CORR-, que no remitiría a círculo, al menos no en lo sustantivo, sino a cierres de piedra endebles. Así, el corru de la bolera lo sería no por circular sino por hallarse ésta delimitada por un cierre de piedra endeble, como a veces sucede. El corru de la iglesia igual, aunque en este caso, como decíamos, sí puede darse el caso de que sea más o menos circular.
¿Y el resto de palabras cántabras de la familia que sí transmiten la idea de círculo, por ejemplo corru, "pato doméstico", por nadar en círculos (según creo), u otras recogidas aquí, cabría entonces considerarlas derivadas del campo semántico que traslada esta primera generación representada por el cántabro cuerre? Probablemente sí.
Y ésta es la razón por la que se habla del corru de bolos. No hay que pensar en un rectángulo inscrito en un círculo, sino en una bolera lógicamente rectangular acotada por una pared a seco, el corru, también rectangular, pese a que a día de hoy cuando hablamos de corros la cabeza se nos vaya sin querer a los corros circulares.
Del imprescindible Todo se derrumba (1958) del escritor nigeriano Chinua Achebe, que cito por la edición del Círculo de Lectores.
El equivalente al ilo nigeriano es el corru montañés.
Siempre me llamó la atención que al corru de bolos, siendo éste impepinablemente rectangular, se le llame precisamente corru, que remite, al menos en apariencia, a una forma circular. El espacio que rodea la iglesia también recibe el nombre de corru, aunque éste ya cabe la posibilidad de que sea sustantivamente circular.
¿Será que en los pueblos había un espacio destinado a las actividades colectivas en origen circular que fue colonizado poco a poco por distintas infraestructuras, sean lúdicas, religiosas o de cualquier otro tipo, de asentamiento no necesariamente circular, que acabaron tomando el nombre del espacio original, el corru?
No sé, no lo creo.
Más bien me parece que la raíz CORR- pudiera ser prerromana, nada que ver con el carro latino, y que en origen no tuviera el valor "circular". Hace tiempo, concretamente aquí, explicaba que en Cabuérniga cuerre es cualquier cercado levantado sin mucho esmero, a seco. En asturiano cuerre es el recinto destinado a guardar las castañas dentro del erizo, pero en cántabro no. En cántabro a este recinto para guardar las castañas según se cogen del árbol se le llama carril (Peñarrubia) o carrozal (Cabuérniga), aquí. En cántabro cuerre es lo que digo. Que la cuerre cántabra se asuma que es circular es casi inevitable, pero porque las líneas curvas son más fáciles de resolver que las líneas rectas y cerradas en ángulo, como se explicó aquí, no porque las cuerres tengan que ser circulares.
Siguiendo lo dicho, el cántabro cuerre podría pertenecer a la primera generación de la raíz prerormana CORR-, que no remitiría a círculo, al menos no en lo sustantivo, sino a cierres de piedra endebles. Así, el corru de la bolera lo sería no por circular sino por hallarse ésta delimitada por un cierre de piedra endeble, como a veces sucede. El corru de la iglesia igual, aunque en este caso, como decíamos, sí puede darse el caso de que sea más o menos circular.
¿Y el resto de palabras cántabras de la familia que sí transmiten la idea de círculo, por ejemplo corru, "pato doméstico", por nadar en círculos (según creo), u otras recogidas aquí, cabría entonces considerarlas derivadas del campo semántico que traslada esta primera generación representada por el cántabro cuerre? Probablemente sí.
Y ésta es la razón por la que se habla del corru de bolos. No hay que pensar en un rectángulo inscrito en un círculo, sino en una bolera lógicamente rectangular acotada por una pared a seco, el corru, también rectangular, pese a que a día de hoy cuando hablamos de corros la cabeza se nos vaya sin querer a los corros circulares.
Jaru y yeru, aproximación
En una entrada anterior sobre toponimia de Puentenansa (oficial) / La Puente Nansa (cántabro), concretamente aquí, se discutió sobre el significado de los jaros, muy abundantes en toponimia.
Alberto González Rodríguez relaciona jaru con la claridad o blancura de las peñas, presente por ejemplo en Vidriu Jaru o, procesada, en Jaroja (Zarcea, Tudanca). El mismo autor opone jaru a prietu, del campo semántico "oscuro", presente en Peña Prieta.
Otra palabra discutida es yeru, que yo quise relacionar con lera, aquí, equivocadamente.
Alberto González Rodríguez traduce yeru como "hiedra", presente en Sierra Yeru (Tudanca). Otra forma montañesa de llamar a la hiedra es juju, presente en El Juju (Riclones, Rionansa), también utilizada para el muérdago. En mi casa a la hiedra la llamamos aráu, que creo es voz común a la que tendría que recurrir el estándar.
Alberto González Rodríguez relaciona jaru con la claridad o blancura de las peñas, presente por ejemplo en Vidriu Jaru o, procesada, en Jaroja (Zarcea, Tudanca). El mismo autor opone jaru a prietu, del campo semántico "oscuro", presente en Peña Prieta.
Otra palabra discutida es yeru, que yo quise relacionar con lera, aquí, equivocadamente.
Alberto González Rodríguez traduce yeru como "hiedra", presente en Sierra Yeru (Tudanca). Otra forma montañesa de llamar a la hiedra es juju, presente en El Juju (Riclones, Rionansa), también utilizada para el muérdago. En mi casa a la hiedra la llamamos aráu, que creo es voz común a la que tendría que recurrir el estándar.
martes, 19 de mayo de 2020
"Al ser de día", The Doors
Al ser de día
Al primer ampu del Edén jospamos cara la mar
allá asejaos ena urilla de la libertá.
Al ser de día.
Eris pa sintilu, abora que allegó la primovera
qu´es tiempu de vivir nel ralu sol.
Al ser de día.
Esperando que acurries
esperando que sintas el mí canciu.
Esperando que acurries
esperando que digas qué juéi mal.
Esta es la vida más rara qu´enjamás cunucí.
Eris pa sintilu, abora que allegó la primovera
qu´es tiempu de vivir nel ralu sol.
Al ser de día.
Beldéu, propuesta etimológica
Beldéu es un topónimo que se repite mucho en La Montaña. Creo que emparenta con el castellano bieldo. Ambos remiten al viento, el topónimo al lugar donde sopla con fuerza y el segundo al apero que sirve para aventar.
Palabra viva para designar el lugar donde sopla fuerte el viento es vilotrera, campurriana. Seguro que hay más.
El bieldo en cántabro es gariu, palabra montañesa, aquí (punto 3).
Palabra viva para designar el lugar donde sopla fuerte el viento es vilotrera, campurriana. Seguro que hay más.
El bieldo en cántabro es gariu, palabra montañesa, aquí (punto 3).
Sepoyu, barrio de Terán (Cabuérniga), propuesta etimológica
Sepoyu es un barrio de Terán con entidad suficiente como para constituirse en pueblo, aquí. En su día apunté la posibilidad de que Sepoyu estuviera relacionado de alguna manera con el asturiano oriental sarpollu, "brote que echa un tronco cortado", y serpollu, "retoño de árbol o planta grande". Pero leyendo el trabajo dedicado a la toponimia del Nansa y Peñarrubia de Alberto González Rodríguez, creo que este topónimo cabuérnigo es más probable que resulte de la suma de sel (como en Selores) o quizá so (como en Sopeña) y poyu aplicado en sentido metafórico, entendiendo poyu como "banco o asiento de piedra a la puerta de casa", del latín PODIUM, por ejemplo aquí y aquí, en ambos casos a partir de lo que parecen sillares reutilizados, o aquí (punto 14), pusiega reutilizada. De ser así, emparentaría con Peña el Poyo y La Peña Poyo (ambos en Celucos, Rionansa), Llanos del Poyu (Arria, Lamasón), El Puyuelu (Zarcea, Tudanca), Sopoyo (Cires, Lamasón), Llanu Poyu (Cicera, Peñarrubia) y El Poyuelo (Tudanca), todos recogidos tal cual por el autor antes mencionado.
lunes, 18 de mayo de 2020
Mediodía, sombras, peñas
"[L]a costumbre de servirse de las sombras en las peñas para determinar el punto de inflexión entre la mañana y la tarde es la causante de los topónimos Picu del Mediodía y Cueva del Mediodía, en Uznayo (Polaciones) y Quintanilla (Lamasón), respectivamente, a lo que cabe añadir, aunque con distinta voz, la peña de Canacavá, en Lamasón."
En la p. 161 de La Toponimia del Valle del Nansa y Peñarrubia (Cantabria) (Fundación Botín, 2010) de Alberto González Rodríguez, libro muy valioso pero con un sesgo asturianista acentuado, quizá por influencia de su pareja, filóloga asturiana, creo, que le ayudó con el trabajo de campo.
No sabía de esta costumbre de fijar el mediodía mediante sombras en las peñas.
No sé si alguien sabe de algún otro ejemplo.
En la p. 161 de La Toponimia del Valle del Nansa y Peñarrubia (Cantabria) (Fundación Botín, 2010) de Alberto González Rodríguez, libro muy valioso pero con un sesgo asturianista acentuado, quizá por influencia de su pareja, filóloga asturiana, creo, que le ayudó con el trabajo de campo.
No sabía de esta costumbre de fijar el mediodía mediante sombras en las peñas.
No sé si alguien sabe de algún otro ejemplo.
domingo, 17 de mayo de 2020
Diana
Hablar solo de desigualdad, como he hecho yo en alguna ocasión, es una forma de eludir hablar directamente de privilegios.
sábado, 16 de mayo de 2020
"Zarzu", trona
De zarzu con la acepción de trona para adultos hecha de varas de avellano solo conozco la palabra, palabra que he heredado de mi abuela a través de la frágil memoria de mi tía, no conozco ninguna físicamente ni me puedo hacer una idea certera de cómo son, solo aproximada, pero seguro que hay quien lo sabe o que tiene la posibilidad de preguntar a quien lo sepa.
No se me ocurre nada más atractivo que un zarzu para casa. Me imagino su crujir placentero como el de una trona de mimbre, pero acrecentado. En el salón, sí, pero también en el balcón, en el portal, a la sombra de la parra que ensortija sus dedos en los tornos del balcón.
Creo que tendría salida comercial. Animo a quien pueda o se sienta capaz a intentarlo, bien para complementar ingresos en estos tiempos procelosos o bien como trampolín que sirva de impulso para emprender un nuevo negocio.
Al resto nos tocaría difundirlo, ponerlo de moda, dentro de nuestras posibilidades.
Son muchos de estos pocos los que pueden sacarnos adelante.
No se me ocurre nada más atractivo que un zarzu para casa. Me imagino su crujir placentero como el de una trona de mimbre, pero acrecentado. En el salón, sí, pero también en el balcón, en el portal, a la sombra de la parra que ensortija sus dedos en los tornos del balcón.
Creo que tendría salida comercial. Animo a quien pueda o se sienta capaz a intentarlo, bien para complementar ingresos en estos tiempos procelosos o bien como trampolín que sirva de impulso para emprender un nuevo negocio.
Al resto nos tocaría difundirlo, ponerlo de moda, dentro de nuestras posibilidades.
Son muchos de estos pocos los que pueden sacarnos adelante.
"Zargayón"
Me parece que al campo semántico presidido por argayu debiera sumarse zargayón, que el wickionariu cántabru define como "movimiento repentino del carro ocasionado por la desigualdad del terreno".
viernes, 15 de mayo de 2020
"Zarcea" (Tudanca) y "zarzu", propuestas etimológicas (versión corregida y aumentada)
Entradas más atrás, concretamente aquí, puse relación de topónimos del pueblo de Sarceda (oficial) / Zarcea (cántabro) en el municipio de Tudanca.
Pero nada dije sobre el propio topónimo del pueblo.
El cántabro Zarcea hay quien lo relaciona con el cántabro zalce, castellano sauce, en cuyo caso emparentaría con El Zalcéu de Sopeña de Cabuérniga, aquí y aquí. También hay quien lo hace con el castellano zarza.
Repasando el vocabulario de mi abuela bastiana recogido por mi tía Suca encuentro la palabra zarce con el significado de "juncos de las leras, en las orillas de los ríos, que cortaban mucho los gitanos para hacer cestos de mimbre".
Como primera conclusión, probablemente haya que revisar la etimología comúnmente aceptada de Zarcea y empezar a valorar la posibilidad de que signifique no sauceda ni zarzal, en castellano, sino juncal o terreno húmedo cubierto de juncos, y empleo juncos por desconocer a qué planta se refiere exactamente zarce.
Seguimos.
El castellano zarza es de origen desconocido, probablemente prerromano. De ser así empalmaría con el vasco zarizi, "zarza".
El castellano zarzo es el "tejido de varas, cañas, mimbres o juncos". El cántabro zarzu significa lo mismo, por ejemplo aquí y aquí. Es sinónimo de sietu. Según recoge mi tía de mi abuela, zarzu también significa "especie de trono, hecho de rústicas varas de avellano, utilizado antiguamente para sacar a las personas mayores o impedidas a tomar el sol. Por su capacidad a veces era usado también para sacar los vellones de las ovejas a secar al sol."
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que zarzo viene del latín SARCIRE, "remendar, zurcir". Esta etimología se explica por estar el zarzo entretejido, de ahí que se haga derivar del latín remendar o zurcir. Pero teniendo en cuenta el cántabro zarce quizá habría que plantearse no que venga del entretejido sino de los elementos entretejidos, que no es lo mismo. En este caso zarzo abandonaría la órbita latina y pasaría a formar parte de la familia prerromana de zarza, a la que pertenece el cántabro zarce.
Como segunda conclusión, entonces, cántabro zarzu (y castellano zarzo) es probable que esté emparentado etimológicamente con zarce (y castellano zarza) y que ambas sean palabras prerromanas.
Sería interesante establecer un mapa de difusión de zarzu y sietu, siendo la primera más antigua que la segunda, prerromana y latina, respectivamente. También sería interesante estudiar el porqué de la convivencia de estos dos sinónimos, por qué uno no acabó desplazando al otro. Tampoco estaría de más saber por qué zarza, siendo prerromana, apenas se utiliza entre nosotros en favor del romance raja y del, al parecer, arabismo barda. Quizá se trate de una sustitución que acabó por llevarse a cabo, la de zarza por raja y barda, a diferencia de zarzu y sietu, que acabaron conviviendo.
Pero nada dije sobre el propio topónimo del pueblo.
El cántabro Zarcea hay quien lo relaciona con el cántabro zalce, castellano sauce, en cuyo caso emparentaría con El Zalcéu de Sopeña de Cabuérniga, aquí y aquí. También hay quien lo hace con el castellano zarza.
Repasando el vocabulario de mi abuela bastiana recogido por mi tía Suca encuentro la palabra zarce con el significado de "juncos de las leras, en las orillas de los ríos, que cortaban mucho los gitanos para hacer cestos de mimbre".
Como primera conclusión, probablemente haya que revisar la etimología comúnmente aceptada de Zarcea y empezar a valorar la posibilidad de que signifique no sauceda ni zarzal, en castellano, sino juncal o terreno húmedo cubierto de juncos, y empleo juncos por desconocer a qué planta se refiere exactamente zarce.
Seguimos.
El castellano zarza es de origen desconocido, probablemente prerromano. De ser así empalmaría con el vasco zarizi, "zarza".
El castellano zarzo es el "tejido de varas, cañas, mimbres o juncos". El cántabro zarzu significa lo mismo, por ejemplo aquí y aquí. Es sinónimo de sietu. Según recoge mi tía de mi abuela, zarzu también significa "especie de trono, hecho de rústicas varas de avellano, utilizado antiguamente para sacar a las personas mayores o impedidas a tomar el sol. Por su capacidad a veces era usado también para sacar los vellones de las ovejas a secar al sol."
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que zarzo viene del latín SARCIRE, "remendar, zurcir". Esta etimología se explica por estar el zarzo entretejido, de ahí que se haga derivar del latín remendar o zurcir. Pero teniendo en cuenta el cántabro zarce quizá habría que plantearse no que venga del entretejido sino de los elementos entretejidos, que no es lo mismo. En este caso zarzo abandonaría la órbita latina y pasaría a formar parte de la familia prerromana de zarza, a la que pertenece el cántabro zarce.
Como segunda conclusión, entonces, cántabro zarzu (y castellano zarzo) es probable que esté emparentado etimológicamente con zarce (y castellano zarza) y que ambas sean palabras prerromanas.
Sería interesante establecer un mapa de difusión de zarzu y sietu, siendo la primera más antigua que la segunda, prerromana y latina, respectivamente. También sería interesante estudiar el porqué de la convivencia de estos dos sinónimos, por qué uno no acabó desplazando al otro. Tampoco estaría de más saber por qué zarza, siendo prerromana, apenas se utiliza entre nosotros en favor del romance raja y del, al parecer, arabismo barda. Quizá se trate de una sustitución que acabó por llevarse a cabo, la de zarza por raja y barda, a diferencia de zarzu y sietu, que acabaron conviviendo.
jueves, 14 de mayo de 2020
Cántabro "zamarra" y familia, propuesta etimológica
Me llama la atención la palabra zamarra recogida en el wickionariu cántabru con el significado de "masa de metal que queda después de la cocción". No sé cuál es la procedencia de esta palabra. Es una pena que este valioso recurso no indique las fuentes que emplea.
La palabra zamarra en castellano es cierto tipo de vestimenta basta que la Real Academia de la Lengua Española relaciona etimológicamente con el vasco zamar, "vellón de oveja". Pero parece que este significado vasco no existe. Se explica aquí. El vasco zamar en realidad significa lo mismo que el castellano zamarra, es decir, prenda basta generalmente de piel. También hay palabras de la familia en catalán, en francés, en italiano, etc. El origen de todas quizá esté no en el vasco sino en el latín SAGMARIUS, "bestia de carga", que es hacia donde apuntan los estudiosos del vasco. El latín SAGMARIUS a su vez procede de SAGMA, préstamo del s. IV de una forma griega que significa "carga, fardo".
El origen del cántabro zamarra con el significado de "masa de metal que queda después de la cocción" apuntado más arriba creo que hay que buscarlo aquí, en este primer sustrato, y no en el vasco.
De (1) carga (que es donde radicaría nuestro zamarra) a (2) bestia de carga y de aquí a (3) prenda basta de piel de animal.
El paso del nivel dos al tres hay quien lo explica por influencia del latín SAGUM, "sayo", cuya pervivencia (como prenda) en Cantabria se trató de defender aquí. Pero en cántabro tenemos zamosta con el significado de "cubierta de piel que se pone sobre las cabezas y yugo de la pareja", palabra que parece apuntar a que el último paso se diera no por influencia del latín SAGUM, "sayo", sino en un contexto ganadero o carretero al que pertenecería nuestra zamosta.
Además de "cubierta de piel que se pone sobre las cabezas y yugo de la pareja", zamosta significa, por influencia de la acepción anterior, "cabeza". Palabras cántabras emparentadas y también adscritas a este segundo nivel son zamostaa, "bofetada", "cabezada, acción de cabecear" y "cabezazo"; zamostas, "arisco"; zamostazu, "cabezazo"; y zamostear, "cabecear".
Por último, palabras cántabras del tercer nivel son zamarrón, personaje enmascarado, y zamarru, "abrigo".
Hay dos acepciones más de zamarru que se me escapan: "trucha pequeña" y "ubre". No sé en qué nivel o sustrato ubicarlas.
La palabra zamarra en castellano es cierto tipo de vestimenta basta que la Real Academia de la Lengua Española relaciona etimológicamente con el vasco zamar, "vellón de oveja". Pero parece que este significado vasco no existe. Se explica aquí. El vasco zamar en realidad significa lo mismo que el castellano zamarra, es decir, prenda basta generalmente de piel. También hay palabras de la familia en catalán, en francés, en italiano, etc. El origen de todas quizá esté no en el vasco sino en el latín SAGMARIUS, "bestia de carga", que es hacia donde apuntan los estudiosos del vasco. El latín SAGMARIUS a su vez procede de SAGMA, préstamo del s. IV de una forma griega que significa "carga, fardo".
El origen del cántabro zamarra con el significado de "masa de metal que queda después de la cocción" apuntado más arriba creo que hay que buscarlo aquí, en este primer sustrato, y no en el vasco.
De (1) carga (que es donde radicaría nuestro zamarra) a (2) bestia de carga y de aquí a (3) prenda basta de piel de animal.
El paso del nivel dos al tres hay quien lo explica por influencia del latín SAGUM, "sayo", cuya pervivencia (como prenda) en Cantabria se trató de defender aquí. Pero en cántabro tenemos zamosta con el significado de "cubierta de piel que se pone sobre las cabezas y yugo de la pareja", palabra que parece apuntar a que el último paso se diera no por influencia del latín SAGUM, "sayo", sino en un contexto ganadero o carretero al que pertenecería nuestra zamosta.
Además de "cubierta de piel que se pone sobre las cabezas y yugo de la pareja", zamosta significa, por influencia de la acepción anterior, "cabeza". Palabras cántabras emparentadas y también adscritas a este segundo nivel son zamostaa, "bofetada", "cabezada, acción de cabecear" y "cabezazo"; zamostas, "arisco"; zamostazu, "cabezazo"; y zamostear, "cabecear".
Por último, palabras cántabras del tercer nivel son zamarrón, personaje enmascarado, y zamarru, "abrigo".
Hay dos acepciones más de zamarru que se me escapan: "trucha pequeña" y "ubre". No sé en qué nivel o sustrato ubicarlas.
miércoles, 13 de mayo de 2020
Mundo editorial iberoamericano y COVID-19
El sector editorial iberoamericana y la emergencia del COVID-19: Aproximación al impacto sobre el conjunto del sector y recomendaciones para su recuperación, estudio elaborado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, aquí.
sábado, 9 de mayo de 2020
Respeto
El mayor gesto de respeto entre nosotros es el de quitarse la boina, aun de forma figurada, y echarla al suelo.
En el suelo está, Lezaola.
En el suelo está, Lezaola.
"Metafísica de los tubos" de Amélie Nothomb, fragmento
"Así pues [la intérprete] le hizo visitar [al padre de la autora, diplomático] una venerable escuela de no del Kansai, cuyo maestro era un Tesoro viviente. Mi padre tuvo la sensación de haber retrocedido mil años en el tiempo. Aquel sentimiento se agravó cuando escuchó el no: de entrada, pensó que se trataba de borborigmos procedentes de la noche de los tiempos. Experimentó el tipo de malestar hilarante que inspiran las reconstrucciones de escenas prehistóricas en los museos.
Lentamente, fue comprendiendo que se trataba de lo contrario, que se hallaba ante la sofisticación misma y que no existía nada tan estilizado y civilizado."
De Metafísica de los tubos de Amélie Nothomb, p. 236, que cito de la compilación publicada por Anagrama en 2019.
En relación, aquí.
Lentamente, fue comprendiendo que se trataba de lo contrario, que se hallaba ante la sofisticación misma y que no existía nada tan estilizado y civilizado."
De Metafísica de los tubos de Amélie Nothomb, p. 236, que cito de la compilación publicada por Anagrama en 2019.
En relación, aquí.
viernes, 8 de mayo de 2020
En Madrid, tan cerca
Creo que fue una diputada de Más Madrid quien decía en el Parlamento madrileño que Ayuso y el otro de Ciudadanos habían echado a cara o cruz solicitar la incorporación de la CA de Madrid a la fase 1 de la desescalada. Pero qué inocente, a cara o cruz. Recientemente hemos sabido que Ayuso se reunió con distintos empresarios de peso antes de solicitar dicha incorporación en contra de todo criterio sanitario.
Poneos en lo peor.
Poneos en lo peor.
miércoles, 6 de mayo de 2020
"Casa, Provincia, Rey" de Carlos Martínez Gorriarán, fragmento relacionado con la quiebra del sistema tradicional
"La historia de Rentería durante este periodo (…) proporciona una magnífico ejemplo de cómo, cuándo y de qué modo entraron en crisis los modos de vida tradicionales. El sistema solariego no pereció bajo abtrusos embates de la Historia abstracta o de sus enemigos exteriores: lo llevó a la ruina el desgaste que le impusieron sus propios beneficiarios, especialmente la burocracia hereditaria que monopolizaba y usufructuaba la administración municipal. (…)
Aunque la guerra de Independencia no fue especialmente mortífera para Rentería, resultó muy onerosa debido a los cinco años de ocupación del ejército francés, con su correspondiente cortejo de voraces recaudadores. Los franceses aplicaron los principios liberales introduciendo los impuestos directos tasados sobre los bienes y rentas del contribuyente, algo nunca visto en la fiscalidad tradicional, donde casi todos los tributos se cobraban sobre el consumo. Así pues, cada vez que el ocupante francés exigía a Rentería una nueva contribución, señalaba además lo que justamente tocaba abonar a cada vecino en función de su fortuna. Los ricos cargohabientes, que pese a su patriotismo e igualitarismo vascongado no estaban de ningún modo dispuestos a pagar la guerra de su bolsillo, ni a perder su tradicional sistema de ingresos, encontraron un modo de escapar al expolio y, de paso, incrementar sus fortunas a costa del vecindario.
El procedimiento consistió en que el concejo, apelando al sólido sentimiento de comunidad y solidaridad vecinal existente, decidió hacerse cargo de la totalidad de la deuda con los franceses, o lo que es lo mismo, de lo que los millaristas deberían haber pagado conforme al sistema tributario francés. Ahora bien, como la villa solo disponía de los ingresos obtenidos de sus bienes propios cuya explotación normal [el libro de donde están tomados estos párrafos también se ocupa de analizar este sistema "normal", igualmente tramposo] había paralizado la guerra, ¿de dónde sacar el dinero contante suficiente? Es en este punto donde los generosos millaristas se hacen cargo de la apurada situación del concejo y se apresuran a prestarle el dinero necesario, bien entendido que, finalizada la guerra, la villa reintegrará el préstamo más los intereses de rigor. De este modo la burocracia hereditaria no solo no perdió su fortuna, sino que al término de la guerra se había convertido en acreedora de los vecinos.
Para amortizar la deuda bélica, los millaristas decidieron cobrársela en especie, en porciones de los montes públicos -cosa que podían hacer porque, recordemos, dominaban el ayuntamiento- tasados y elegidos por ellos mismos. La mayoría de las parcelas escogidas se convirtieron en caseríos arrendados, cambiando profundamente la estructura económica local.
En conclusión, los cargohabientes de Rentería se las apañaron para aumentar su riqueza y convertirse en terratenientes aprovechando la crisis del sistema tradicional. (…) El concejo, enormemente endeudado con el estado, con la provincia y con los millaristas tradicionales, no pudo seguir prestando los servicios tradicionales, y no tuvo más remedio que introducir la fiscalidad directa para hacer frente a sus deudas, con lo que los artesanos y campesinos pasaron de ser beneficiarios a contribuyentes netos.
Pese a sus enérgicas protestas, los vecinos más pobres se vieron obligados a conseguir dinero como fuera para cumplir con sus nuevas obligaciones fiscales, lo que supuso la irrupción de la economía capitalista en los caseríos (…) En vísperas de la primera Guerra Carlista, tanto el concejo como los vecinos corrientes de Rentería estaban completamente arruinados (…) una situación general en casi todos los pueblos vascos.
Así pues, parece que los millaristas vivieron del manejo de los negocios públicos hasta que se presentó la ocasión de hacer un negocio redondo (…): arruinar el sistema tradicional y presentarse como sus salvadores, pues los notables culparon de todo a los franceses y a los liberales. En resumen, los millaristas mantuvieron las riendas del sistema oligárquico, pero supieron convertirse a tiempo en burgueses librecambistas. (…)
En lo que se refiere a la cultura y la ideología, los jaunchos destruyeron las bases del sistema tradicional, pero siguieron defendiendo con gran énfasis viejos valores como la xenofobia, el integrismo religioso, la rigidez de las costumbres o las relaciones paternalistas entre amo y arrendatario, de modo que dificultaron extraordinariamente la adaptación de la gente al nuevo estado de cosas. Al aferrarse a una ideología periclitada, puesta de nuevo en circulación por el carlismo, la oligarquía vascongada hizo que la guerra civil fuera el único modo de dirimir la crisis social."
Del fantástico libro Casa, Provincia, Rey: Para una historia de la cultura del poder en el País Vasco de Carlos Martínez Gorriarán, publicado por Alberdania en 1993, páginas 315-324.
Aunque la guerra de Independencia no fue especialmente mortífera para Rentería, resultó muy onerosa debido a los cinco años de ocupación del ejército francés, con su correspondiente cortejo de voraces recaudadores. Los franceses aplicaron los principios liberales introduciendo los impuestos directos tasados sobre los bienes y rentas del contribuyente, algo nunca visto en la fiscalidad tradicional, donde casi todos los tributos se cobraban sobre el consumo. Así pues, cada vez que el ocupante francés exigía a Rentería una nueva contribución, señalaba además lo que justamente tocaba abonar a cada vecino en función de su fortuna. Los ricos cargohabientes, que pese a su patriotismo e igualitarismo vascongado no estaban de ningún modo dispuestos a pagar la guerra de su bolsillo, ni a perder su tradicional sistema de ingresos, encontraron un modo de escapar al expolio y, de paso, incrementar sus fortunas a costa del vecindario.
El procedimiento consistió en que el concejo, apelando al sólido sentimiento de comunidad y solidaridad vecinal existente, decidió hacerse cargo de la totalidad de la deuda con los franceses, o lo que es lo mismo, de lo que los millaristas deberían haber pagado conforme al sistema tributario francés. Ahora bien, como la villa solo disponía de los ingresos obtenidos de sus bienes propios cuya explotación normal [el libro de donde están tomados estos párrafos también se ocupa de analizar este sistema "normal", igualmente tramposo] había paralizado la guerra, ¿de dónde sacar el dinero contante suficiente? Es en este punto donde los generosos millaristas se hacen cargo de la apurada situación del concejo y se apresuran a prestarle el dinero necesario, bien entendido que, finalizada la guerra, la villa reintegrará el préstamo más los intereses de rigor. De este modo la burocracia hereditaria no solo no perdió su fortuna, sino que al término de la guerra se había convertido en acreedora de los vecinos.
Para amortizar la deuda bélica, los millaristas decidieron cobrársela en especie, en porciones de los montes públicos -cosa que podían hacer porque, recordemos, dominaban el ayuntamiento- tasados y elegidos por ellos mismos. La mayoría de las parcelas escogidas se convirtieron en caseríos arrendados, cambiando profundamente la estructura económica local.
En conclusión, los cargohabientes de Rentería se las apañaron para aumentar su riqueza y convertirse en terratenientes aprovechando la crisis del sistema tradicional. (…) El concejo, enormemente endeudado con el estado, con la provincia y con los millaristas tradicionales, no pudo seguir prestando los servicios tradicionales, y no tuvo más remedio que introducir la fiscalidad directa para hacer frente a sus deudas, con lo que los artesanos y campesinos pasaron de ser beneficiarios a contribuyentes netos.
Pese a sus enérgicas protestas, los vecinos más pobres se vieron obligados a conseguir dinero como fuera para cumplir con sus nuevas obligaciones fiscales, lo que supuso la irrupción de la economía capitalista en los caseríos (…) En vísperas de la primera Guerra Carlista, tanto el concejo como los vecinos corrientes de Rentería estaban completamente arruinados (…) una situación general en casi todos los pueblos vascos.
Así pues, parece que los millaristas vivieron del manejo de los negocios públicos hasta que se presentó la ocasión de hacer un negocio redondo (…): arruinar el sistema tradicional y presentarse como sus salvadores, pues los notables culparon de todo a los franceses y a los liberales. En resumen, los millaristas mantuvieron las riendas del sistema oligárquico, pero supieron convertirse a tiempo en burgueses librecambistas. (…)
En lo que se refiere a la cultura y la ideología, los jaunchos destruyeron las bases del sistema tradicional, pero siguieron defendiendo con gran énfasis viejos valores como la xenofobia, el integrismo religioso, la rigidez de las costumbres o las relaciones paternalistas entre amo y arrendatario, de modo que dificultaron extraordinariamente la adaptación de la gente al nuevo estado de cosas. Al aferrarse a una ideología periclitada, puesta de nuevo en circulación por el carlismo, la oligarquía vascongada hizo que la guerra civil fuera el único modo de dirimir la crisis social."
Del fantástico libro Casa, Provincia, Rey: Para una historia de la cultura del poder en el País Vasco de Carlos Martínez Gorriarán, publicado por Alberdania en 1993, páginas 315-324.
martes, 5 de mayo de 2020
Penalización tradicional del derroche
Yo solo digo lo que oigo en la calle
que es el típico argumento suyo:
el de la mujer de Revilla lo mismo que el de la mujer de Pesquera y ahora el de Lombó, la de Educación:
el atuendo
el lujo
que gastan
el no repetir modelo:
que no es de recibo
yo solo digo lo que oigo en la calle
que quién se va a fiar de alguien que cada vez que sale a la calle estrena modelito.
Esta penalización de lo que se considera derroche
y en políticos prueba de mala gestión
se enraíza en la tradición, aquí.
La tradición no porque sí
sino por lo que vale.
que es el típico argumento suyo:
el de la mujer de Revilla lo mismo que el de la mujer de Pesquera y ahora el de Lombó, la de Educación:
el atuendo
el lujo
que gastan
el no repetir modelo:
que no es de recibo
yo solo digo lo que oigo en la calle
que quién se va a fiar de alguien que cada vez que sale a la calle estrena modelito.
Esta penalización de lo que se considera derroche
y en políticos prueba de mala gestión
se enraíza en la tradición, aquí.
La tradición no porque sí
sino por lo que vale.
"Moriu", referencia de 1925
La palabra moriu la recogió mi tía Suca en un vocabulario dedicado a mi abuela, aquí y aquí, resumen aquí.
Por casualidad acabo de encontrar la primera página de un cuento de José D. de Quijano publicado en 1925 donde aparece. Cualquier referencia documental es valiosa. Pongo a continuación copia del documento. La palabra está en el penúltimo párrafo. El cuento completo se encuentra a la venta aquí.
Por casualidad acabo de encontrar la primera página de un cuento de José D. de Quijano publicado en 1925 donde aparece. Cualquier referencia documental es valiosa. Pongo a continuación copia del documento. La palabra está en el penúltimo párrafo. El cuento completo se encuentra a la venta aquí.
lunes, 4 de mayo de 2020
"La nostalgia feliz" de Amélie Nothomb, fragmento
"Unas horas más tarde me despierta la intuición de que debo mirar el paisaje: subo la cortina de la ventanilla y lo que descubro me deja sin aliento. El avión está sobrevolando las cimas del Himalaya, cuya blancura basta para iluminar las tinieblas. (…)
Permanezco pegada a la ventanilla, contemplando fijamente esos colosos nevados. La noche es una bendición, ya que hace posible esta vista: de día, la violencia de la luz me habría obligado a desviar la mirada. De noche, tengo la impresión de estar conociendo, en el transcurso de una expedición de submarinismo, a una familia de ballenas blancas, nobles e inmóviles, en esas tinieblas perfectas de penúltimos fondos que permiten apreciarlo todo mucho mejor que con las horribles luces de los hombres."
De La nostalgia feliz de Amélie Nothomb, libro incluido en el compendio dedicado a esta autora belga por la editorial Anagrama, pág. 610.
Permanezco pegada a la ventanilla, contemplando fijamente esos colosos nevados. La noche es una bendición, ya que hace posible esta vista: de día, la violencia de la luz me habría obligado a desviar la mirada. De noche, tengo la impresión de estar conociendo, en el transcurso de una expedición de submarinismo, a una familia de ballenas blancas, nobles e inmóviles, en esas tinieblas perfectas de penúltimos fondos que permiten apreciarlo todo mucho mejor que con las horribles luces de los hombres."
De La nostalgia feliz de Amélie Nothomb, libro incluido en el compendio dedicado a esta autora belga por la editorial Anagrama, pág. 610.
domingo, 3 de mayo de 2020
Radicales
Revilla llamando ayer en La Sexta radicales a los virólogos.
La economía se puede levantar de una forma u otra pero los muertos no, le respondió un virólogo desde el plató.
No pasa más porque no pasa más, pero hasta que pase.
La economía se puede levantar de una forma u otra pero los muertos no, le respondió un virólogo desde el plató.
No pasa más porque no pasa más, pero hasta que pase.
sábado, 2 de mayo de 2020
Primer día de alivio
Oímos un ruido persistente que no sabemos de dónde procede.
No somos los únicos.
Hemos bajado los plomos, cerrado la llave del agua. Otros también lo han hecho. No parece que seamos ninguno de nosotros.
Hemos apagado las luces del portal y de las escaleras.
Tenemos las llaves de la comunidad de cuando fuimos presidentes el año pasado. Los de este año se han ido.
Pudieran ser las tuberías del agua. Dice el fontanero que lleva nuestro portal que no tenemos bomba. No sabemos cómo nos llega el agua. En el ayuntamiento no nos cogen el teléfono.
Anoche bajé la basura y aproveché para llamar al telefonillo de uno de los vecinos con más edad. Tiene un bajo con arcones. Pero en su opinión el ruido viene de fuera.
Ha sonado el despertador a las seis de la mañana. El cielo rojo. El sol se nos ha adelantado. También los pájaros.
Los mirlos se mueven por parejas. Se posan en el alero.
Hay también una urraca que no está.
Y un autillo que es una grabación para espantarlos.
Guantes de látex, mascarilla quirúrgica, los mirlos sosteniendo el silbido, los primeros rayos de sol prendidos del pico.
La lumbre se prepara como un nido boca abajo. Mi madre enseñándome en la penumbra de la casa de Sopeña. El papel prendido dentro.
Sopla.
Pero ten cuidado con el humo.
Sopla como hace la lechuza del alero.
Los mirlos en el edificio de enfrente.
A estas horas no hay nadie.
Las farolas todavía encendidas. Pero la luz no llega a tocar el suelo, se diluye en el amanecer.
Han brotado los árboles. Desde nuestra casa se ven limoneros, impertérritos. Si han cambiado no lo hemos notado.
Nosotros tampoco hemos cambiado el uno para el otro.
El cerezo lo tuvimos que podar porque no podía sostener las ramas. En dos años reverdecerá, si lo hace.
Verde también en los resquicios de las baldosas.
Evitamos a los barrenderos por lo que puedan levantar del suelo.
Está pegajoso, oscuro.
La luz no llega.
Nos damos la mano pero con guantes no es lo mismo. Hay lugares que no recordaba que estuvieran ahí. Unimos puntos y descubrimos que estamos cumpliendo círculos alrededor de casa como pavesas.
La distancia de la lumbre.
Apártate del humo.
No nos miramos a los ojos.
El humo hacía llorar cuando la chimenea de Sopeña no tiraba porque no había corriente o porque se había taponado.
No nos reconocemos.
En nuestro salón hay chimenea, que no utilizamos. Cuando quitamos el gurruño de tela que la taponaba cayó un pájaro muerto. Estábamos buscando el ruido. No estaba dentro.
Los árboles del paseo están cubiertos de hojas que tapan el cielo.
No recuerdo si desde casa se ven estrellas.
El limonero siempre tiene limones. Las hojas me hacen dudar si son siempre los mismos. Pero no, porque a veces aparece alguno caído.
Estamos en la puerta del portal, de regreso.
A Raquel se le hacen los ojos agua.
No tenemos sueño.
Hay un mirlo muerto. Ha chocado contra la cristalera.
Subimos a casa y en el alero del edificio de enfrente hay un mirlo
solo
le oímos a él y no al ruido
el ruido viene de fuera
que dice:
como la espiral de humo
volverás
pero tú serás otro.
El papel prendido dentro.
No somos los únicos.
Hemos bajado los plomos, cerrado la llave del agua. Otros también lo han hecho. No parece que seamos ninguno de nosotros.
Hemos apagado las luces del portal y de las escaleras.
Tenemos las llaves de la comunidad de cuando fuimos presidentes el año pasado. Los de este año se han ido.
Pudieran ser las tuberías del agua. Dice el fontanero que lleva nuestro portal que no tenemos bomba. No sabemos cómo nos llega el agua. En el ayuntamiento no nos cogen el teléfono.
Anoche bajé la basura y aproveché para llamar al telefonillo de uno de los vecinos con más edad. Tiene un bajo con arcones. Pero en su opinión el ruido viene de fuera.
Ha sonado el despertador a las seis de la mañana. El cielo rojo. El sol se nos ha adelantado. También los pájaros.
Los mirlos se mueven por parejas. Se posan en el alero.
Hay también una urraca que no está.
Y un autillo que es una grabación para espantarlos.
Guantes de látex, mascarilla quirúrgica, los mirlos sosteniendo el silbido, los primeros rayos de sol prendidos del pico.
La lumbre se prepara como un nido boca abajo. Mi madre enseñándome en la penumbra de la casa de Sopeña. El papel prendido dentro.
Sopla.
Pero ten cuidado con el humo.
Sopla como hace la lechuza del alero.
Los mirlos en el edificio de enfrente.
A estas horas no hay nadie.
Las farolas todavía encendidas. Pero la luz no llega a tocar el suelo, se diluye en el amanecer.
Han brotado los árboles. Desde nuestra casa se ven limoneros, impertérritos. Si han cambiado no lo hemos notado.
Nosotros tampoco hemos cambiado el uno para el otro.
El cerezo lo tuvimos que podar porque no podía sostener las ramas. En dos años reverdecerá, si lo hace.
Verde también en los resquicios de las baldosas.
Evitamos a los barrenderos por lo que puedan levantar del suelo.
Está pegajoso, oscuro.
La luz no llega.
Nos damos la mano pero con guantes no es lo mismo. Hay lugares que no recordaba que estuvieran ahí. Unimos puntos y descubrimos que estamos cumpliendo círculos alrededor de casa como pavesas.
La distancia de la lumbre.
Apártate del humo.
No nos miramos a los ojos.
El humo hacía llorar cuando la chimenea de Sopeña no tiraba porque no había corriente o porque se había taponado.
No nos reconocemos.
En nuestro salón hay chimenea, que no utilizamos. Cuando quitamos el gurruño de tela que la taponaba cayó un pájaro muerto. Estábamos buscando el ruido. No estaba dentro.
Los árboles del paseo están cubiertos de hojas que tapan el cielo.
No recuerdo si desde casa se ven estrellas.
El limonero siempre tiene limones. Las hojas me hacen dudar si son siempre los mismos. Pero no, porque a veces aparece alguno caído.
Estamos en la puerta del portal, de regreso.
A Raquel se le hacen los ojos agua.
No tenemos sueño.
Hay un mirlo muerto. Ha chocado contra la cristalera.
Subimos a casa y en el alero del edificio de enfrente hay un mirlo
solo
le oímos a él y no al ruido
el ruido viene de fuera
que dice:
como la espiral de humo
volverás
pero tú serás otro.
El papel prendido dentro.
viernes, 1 de mayo de 2020
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