jueves, 31 de octubre de 2024

La luz otoñal

Es una farola que está muy pegada al edificio rojo que tiene detrás. Su luz es la del otoño.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El cedro del jardín

Sus abuelos compraron la casona en los años treinta. Tiene un mural en el recibidor donde aparece representado el pueblo de Sopeña y la casona pintada de rojo, aquí. Le pregunto por el jardín y me dice que en origen era francés (ecosimetría) pero que sus padres (a partir de los sesenta) lo transformaron en inglés.

El árbol tutelar era un cedro.

Era donde mi madre jugaba de pequeña con su hermano. Lo mataron en la guerra, dice. La familia le dedicó un memorial al pie del árbol. Hoy falta el busto. 

Hubo que talar el cedro porque ya estaba mal y corría el riesgo de caerse en una surada, continúa. Ella lo llevó muy mal. Fue a partir de entonces que enfermó.

No es la primera vez que me cuentan algo parecido en el valle, aquí. Mi madre no taló el manzano de mi abuela hasta que no falleció, aquí.

"Detrás del cielo" (Alfaguara, 2024) de Manuel Rivas, fragmento

"Yo fui el encargado de poner en la cima el laurel cuando se terminó el tejado de la nave de la nueva granja de Chorima. Más que una rama, fue un árbol hecho y derecho lo que amarré para coronar la obra.

- En este caso - dijo el Otro -, lo mejor de todo es la bandera y el abanderado. Ese laurel en el tejado.

Pero el laurel se secaría como se marchitan todas las banderas. Las ráfagas del viento de Tras do Ceo fueron llevándose hoja a hoja, rama a rama. Y quedó el tronco, el palo, el triste mástil.

Ya que yo lo había puesto, yo debería retirarlo. Y lo hice procurando que nadie me viese.

Pensé en la pena del abanderado. El día en que se iza una bandera, el día en que se arría."

De Detrás del cielo (Alfaguara, 2024) de Manuel Rivas, p. 96.

En relación, aquí, aquí (punto 1) y aquí (punto 2).

martes, 29 de octubre de 2024

La precisión del cántabro

Las encontré bajo el toldo de la terraza de uno de los bares de la C/ Burgos, tomando café. No había nadie más. No me entretuve porque se veían venir nubes de agua. Efectivamente, la temperatura no tardó en bajar y se puso a llover fuerte. Al día siguiente fui a verla a casa y me dijo que allí quedaron las dos, "como dos pollucas aturriadas".

Busco el significado y encuentro para aturriáu: "guarecido, resguardado del temporal". 

No se puede ser más preciso.

lunes, 28 de octubre de 2024

El salto

De cuérragu a cantarilla hay la misma distancia que media entre el cine de Lumiére y el de Méliès.

Sobre la relación entre individuo y comunidad en la trova

Para la regulación de la relación entre individuo y comunidad que se ha apuntado en varias ocasiones como leitmotiv de la trova, recomiendo leer el primer capítulo, titulado "Hombre y Comunidad", de Héroes y Herejes: Antigüedad y Edad Media, monografía del filósofo Barrows Dunham, aquí.

Las escamas de las "albarcas"

Para las tallas (las muescas) de la albarca se utiliza limuestras y jamuescas, palabras que parecen tener el mismo origen que el castellano. Curiosamente, la muesca que se le hace a la castaña para que no salte se llama muezca. El verbo mozcar es hacer muezcas a las castañas (en las magostas se suele dejar una sin mozcar para que salte y de un susto: la de la bruja, se dice).

El otro día un vecino de Reinosa se refirió a las muescas de la albarca como "escamas". Ciertamente lo parecen. No había caído en la cuenta hasta entonces.

Me gusta esa condición marina de las albarcas.

domingo, 27 de octubre de 2024

La depilación

Una señora pasiega prendía garojos para depilarse.

Sobre calle

RMG sospecha que la palabra "calle" en cántabro pudiera tener matices que la distanciarían del castellano.

Hace tiempo un carmuniegu me explicaba que la corraliega, recordemos, la sucesión de corrales que están delante de las casas, no es especialmente un lugar de tránsito. Es un lugar asociado a la casa donde estar más que un lugar por donde pasar.

La "calle" cántabra yo creo que en origen se concepciona, en sintonía con su etimología (del latín CALLIS, "senda, camino"), como un lugar de tránsito, en oposición, pues, a la casa. Decirle a alguien que se vaya a la calle es decirle que salga de casa; vete, anda, no te quedes.

Fuera de casa todo es tránsito o destino. La "calle" original cántabra es por donde se transita entre destinos.

Luego está la "calle" pareja a la castellana, la que se superpone, si acaso, a la hilera de casas con su corraliega. Esta idea de "calle" yo creo que es posterior. En todos los pueblos suele haber alguna: la C/ Alta, la C/ del Sol, etc. Pero cuando se dice "vete a la calle" no se está diciendo a esta calle, sino a la otra, me parece a mí.

sábado, 26 de octubre de 2024

La figura redonda

El otro día un paisano remitía a un bebederu reondu para indicarme dónde estaba un topónimo que me interesaba (Jelgar). Yo no acertaba con el lugar porque el abrevadero de referencia no es redondo, sino rectangular. Es como una piscina. En mitad tiene una rejilla para que no caigan animales dentro. Hay un espacio libre todo alrededor para que puedan meter la cabeza y beber. El caño está al nivel de la superficie de agua, de hecho cuando hay mucha el caño queda sumergido. No es como esos otros que tienen un caño frontal que asoma en una pared y el agua al pie.

Es un bebederu reondu, entonces, pese a ser rectangular, entiendo que porque se llega al agua por los cuatro costados.

Esta idea pudiera tener relación con topónimos como Rubra Reonda, que, efectivamente, tiene una forma subcircular, lo cual bastaría para explicarlo, pero es que además no tiene otras fincas alrededor, colinda con el monte, es decir, está exenta. Hay una conexión ahí entre el círculo y la exposición de todo su perímetro, el carácter exento del círculo, que se me escapa.

La palabra redondo viene del latín y tiene que ver con rueda y con el efecto de rodar. Quizá redondo porque se puede recorrer todo alrededor, incluso cuando su figura no sea redonda. Puede que la figura redonda conlleve alguna característica de mucho peso de carácter práctico que cuando aparece en alguna otra figura, caso de este bebederu de Jelgar (Barcenillas), esta pasa a ser redonda.

Por cierto, las fincas redondas tan frecuentes en la cuenca del río Barcenillas o Lamiña (en El Duesu, por detrás de La Canalona, por ejemplo) me las han descrito ya varias veces como redondeles.

viernes, 25 de octubre de 2024

"Sorripiar" y "antozañu"

Aparcamos y abrí el contenedor para echar la bolsita vacía de los clínex. Lo hice rápido para no tocar mucho la tapa. Vi fugazmente lo que había dentro. Volví a abrir, esta vez dejando que la tapa abriera del todo, y tomé una foto:


Sorripiar es limpiar de maleza, por ejemplo el borde de los caminos o el de las paredes del huerto. Es un verbo de mi familia.

En un documento antiguo relacionado con la familia Botín se emplea el sustantivo "sorrapio", aquí. El "sorrapio" del documento enlazado es el hecho o efecto de sorripiar. De encalar, encalado: en la misma línea.

Otro ejemplo. El anterior era de Santiurde de Reinosa. Este de Santander.

Están reformando un piso a pie de calle que tiene un pequeño terreno en la parte trasera al que acaban de sorripiar. Esta vez no han echado los restos dentro del contenedor:


Lo que se ve en ambas fotos me atrevería a identificarlo como antozañu, aquí. Antiguamente no se tiraba, se dejaba en el corral de casa (la parte de calle que sin ser de la casa está a su cuidado) preparado para que el agua de lluvia lo fuera metiendo en el güertu que estaba normalmente enfrente. Lo que vendríamos a llamar hoy compost, más o menos.

Balombru

La espora blancu

nel tejáu. El plumeral.

La casa falla.

jueves, 24 de octubre de 2024

Al borde del tiempo

Cogemos las últimas moras, aquellas que conviven con las flores. Queremos hacer mermelada este año. También flores del bardal para un jarroncito de cristal antiguo que tenemos. 

Metemos las moras en una bolsa de tela. Las flores las llevamos en la mano.

Lo echamos todo en el asiento trasero del coche y al llegar a la autovía cerramos las ventanillas. Sube la temperatura. La bolsa de tela se tiñe de morado y las flores se desmayan. En el interior del coche empieza a oler distinto. El aire acondicionado nos hace estornudar como en primavera.

miércoles, 23 de octubre de 2024

La flor de geranio silvestre

Son unas ramitas creemos que de geranio silvestre que cogimos este domingo en Requejo. Las flores se marchitaron enseguida pero una flor ha brotado esta mañana. Es como la luz que llega de una estrella que ya no existe.

martes, 22 de octubre de 2024

El buen y el mal vecino

La plantas llaman a los pájaros con sus flores

con los colores de sus bayas.

Los pájaros se avisan cuando ven a humanos

para huir.

lunes, 21 de octubre de 2024

Conexión John Clare y Masio el de La Hayuela

Lo poco que he leído de John Clare, escritor inglés dieciochesco de extracción campesina, ha sido en el libro El jardín contra el tiempo: En busca de un paraíso común (Capitán Swing, 2024) de Olivia Laing, p. 85, y me ha sorprendido la semejanza con la trova "Pajares y pajaretas" de Masio el de La Hayuela.

El destino

Se subió conmigo en la parada de Cabezón de la Sal y nos sentamos los dos en la parte delantera del autobús, él para hablar y yo para escuchar. Había dos vecinas más y el conductor, que también debía ser del valle.

El chico tiene once yeguas, dos de silla, esas dos blancas, y las otras nueve en el monte, una de ellas también blanca. Le encantan los animales pero estudia para chapista. Es el único futuro que ve para él. Se está sacando el carnet de conducir. También ayuda en casa con el restaurante. Habla con verdadero orgullo del negocio de su familia: Restaurante Enrique. Dice tener miedo a que ese fin de semana llueva, por si hace que la gente se quede en casa.

Ese fin de semana llovió.

Llegamos a Sopeña. El autobús para antes en mi pueblo, aunque esté más arriba que el suyo. En Ucieda para de regreso. Me despido y el chico me dice que tenga cuidado. A él todavía le queda mucha vuelta que dar. Me interno en la noche.

Al día siguiente me encuentro con sus yeguas en Rubra Reonda. Nueve, una de ellas blanca.

domingo, 20 de octubre de 2024

Bandiaa

Bandiaa es cumu dicía el mí tíu bastianu Nel. En cántabru es más currutu bandu. Peru yo sigo dijendo, si vo a lu dicir en cántabru, bandiaa.

Aporte etimología Ebro

Aporte a la etimología de Ebro, aquí: cántabro ibru, "quiebra, torcedura".

sábado, 19 de octubre de 2024

Primeras palabras

Los camberones o callejones son caminos hundidos en el monte, aquí. Son resultado de una intensa negociación entre el ser humano y la naturaleza: llueve, los caminos se ahondan en el terreno (por muchos de ellos corren las aguas como ríos súbitos) y los vecinos los reparan generalmente de forma comunal.

Las fotos están tomadas a la entrada del hospital por la cuesta de los toros. Las tiras son de lija. Se ponen para no resbalar. Las inclemencias del tiempo las van despegando. Los operarios las reponen. Es un proceso continuo.

Los patrones de lija dibujados en el suelo, como si fueran páginas de un mismo libro, nos están diciendo esto: somos solidariamente.

viernes, 18 de octubre de 2024

Intentando descifrar Rubra Reonda

En algún mapa vi que se llamaba Braña Redonda o quizá así me lo dijo alguien. Pero he comprobado que en la cartografía digital del Gobierno de Cantabria aparece como Roblea Redonda. Este último me parece un topónimo creíble.

Hace tiempo pregunté a un paisano que tiene una finca al pie y me dijo que se llamaba Rubra Reonda. Fue para mí un shock porque la primera palabra significa en latín literalmente "rojo". Lo quise relacionar entonces con tres posibilidades: que viniera efectivamente de rojo (por la tierra, quizá), que lo hiciera del árbol (con conexiones tanto con "rojo" como con "fortaleza") o que tuviera que ver con cantil (como sucede en el oriente cántabro).

Subí a ver y a medio camino me encontré con dos paisanos haciendo leña.


Apenas pude preguntar a ambos el porqué de las fincas redondas de la zona y me dijeron que son así simplemente porque se adaptan al terreno: interesan zonas llanas y en el monte las zonas llanas que hay son así, abiertas como claros, redondeles dijeron ellos. Pero enseguida uno de ellos se metió monte a través dejándonos solos al otro y a mí, que me contó que por allí subía su abuela sola con la pareja. Si acaso algún joven del pueblo ayudaba a las viudas, pero si no, solas subían, me dijo con cierto orgullo. Mi abuela materna, que se casó dos veces, algo sabía también de eso.

Fue este señor el que me repitió el topónimo, pero no entendí bien si decía Rubra, Rubla, Rublea... Reonda. No es que pronunciara mal, es que hay sonidos que cuesta captar a oídos que no están entrenados como el mío, y todavía más transcribir.

Nos separamos porque el paisano de arriba empezaba a tirar troncos y caían rodando a la pista (la tenían cortada con sus cuatro por cuatro), con peligro para nosotros. Así que nos despedimos y seguí mi camino. Llegué a Joces e hice lo que ya tengo contado aquí. Esta entrada es continuación de aquella, tal y como anuncié.

Rubra Reonda no sé si es una braña, un práu o alguna otra cosa. Está cerrada por moriu. En el extremo que toca con la cambera que conduce a ella desde Joces hay un jisu:



No sé de qué época será. Por la tipología se podrá sacar fácil. A unos pasos hay una piedra que a mí también se me hace un jisu, quizá más antiguo que el anterior:


Siguiendo la pared encontré un roble enorme:



Este árbol creo que está dando la pista definitiva sobre el origen del topónimo. Rubra Reonda seguramente se pueda traducir como "robleda redonda", en línea con el topónimo oficial, aunque en esta finca redonda (como tantas de la zona), solo quede un ejemplar de gran porte, el de la foto.

No sería la primera vez que encontramos una finca rodeada (en sentido literal) de árboles, por ejemplo aquí. Quizá en Rubra Reonda fueran robles.

Recorriendo el perímetro encontré otro árbol no tan monumental que yo creo que ha guardado algún tipo de relación con un antiguo chozu, o quizá haya servido para ahuyentar al lobo, aquí, aquí y aquí, y al lado una construcción subcircular sin apertura, aparentemente, que creo es un bellar:



Las dos construcciones en perspectiva:


Sus coordenadas:

X: 399.749,58
Y: 4.785.427,43

mapas.cantabria.es

No encontré ningún otro resto asociado al moriu de Rubra Reonda.

En un bosquete colindante había unas yeguas sesteando. Imagino sean las de un chico de Ucieda con el que coincidí en la línia y que se está sacando el carnet de conducir. Otro día hablaré de él.


Terminado el recorrido por el perímetro de Rubra Reonda, me metí por ver si había algo dentro, y sí:


Se trata de un rectángulo enorme. Lo más plausible es que alguien intentara hacer un invernal, removiera la tierra y luego no continuara con la obra. Porque si no, ni idea. Me quiere recordar a una construcción también rectangular y de tamaño parecido que encontramos a los pies de La Pica´l Cuetu (Llandemozó), aquí.

Foto de Rubra Reonda desde La Jorcaa:

Dos libros del otro lado

No creo que haya dos mejores libros sobre presos terroristas vascos en cárceles españolas, escritos del lado de los primeros, que Nuevas prisiones del viejo Aguirre de Koldo Izaguirre y No soy de aquí de Joseba Sarrionandia. No incluyo Intxaurrondo: La sombra del nogal de Ion Arretxe porque no es exactamente lo mismo.

Es una lectura dura, insospechada, rica, en definitiva, recomendable.

Las luces del portal y la relatividad

Cuando nos tocó ser presidentes de escalera, recién comprado el piso, como suele ocurrir, las luces del portal se regulaban a mano. Había un reloj cuyas manecillas movías y te preocupabas de cambiar cuando correspondiera. El encendido y apagado de las luces se producía de acuerdo con lo que hubieras puesto. Nosotros cambiamos de sistema y pusimos uno automático. Va con el calendario, a la par que, se supone, las luces del alumbrado público de Santander.

Pero nuestro portal es oscuro y las luces se apagan a su hora pero antes de tiempo, no se ve, y se encienden también a su hora pero tarde, tampoco se ve.

El ojo que observa es determinante. Ya lo avanzó el físico Niels Bohr.

jueves, 17 de octubre de 2024

El momento

Entonces es o es que lo comprendemos.

Yo no sé si alguien ve normal que la sede del Gobierno de Cantabria en el centro de Santander esté tomada por los plumeros

La anjana de Ruente

Fue llegar a zona llana y pisar el hormigón de la pista, el río más caudaloso por todas las aguas que ha ido recogiendo en su descenso pero también más silencioso, por la lentitud que impone el fondo de valle, fue pisar el hormigón a rayas (para que no se resbalen las vacas) de la pista, decía, y asustarme con un chico sentado en un banco escondido en un recodo tomado por los helechos que estaba mirando el móvil.

Me saludó sin apenas levantar la vista: hola, buenos días o algo así dijo.

Un poquitín más abajo me encontré con una señora que subía con esfuerzo de Barcenillas ayudándose de un andador. Paré y me puse a hablar con ella. Sentí que lo agradecía, por el descanso. Es un paseo que hace a menudo, me informó, ese día acompañada por un sobrino, aunque el sobrino, el chico de antes, no pareciera estar muy por la labor. Lo que sí avisaba de los patrol que bajaban del monte (se acercaba la hora de comer) para que tuviéramos cuidado.

La señora me dijo que iba por allí con miedo, sobre todo sola, pero miedo no a los coches sino a lo que pudiera haber escondido.

¿El qué?, pregunto. Duendes, fue su respuesta. Ante mi cara de asombro me avisa de que en ese monte hay muchos, que mejor ir con cuidado. Yo subo por aquí, me paro y miro a ver, y en esto hace el gesto de agacharse sin soltar el andador para mirar por debajo de las hojas de los helechos del talud. Lo hace como por debajo de la cama.

Los helechos macho tienen tallo y las hojas que crecen por arriba, haciendo capas. Sin embargo las hojas de los helechos hembra crecen desde el mismo suelo. En Cabuérniga se diferencian por género. Los de este camino son machos.

En Ruente vive la anjana, continúa. Desde La Fuentona dicen que se la oye cantar. Dicen también que es rubia con el pelo largo y los ojos azules. A veces sale a peinárselo.

¿Quién lo dice?, interrogo.

De siempre se ha dicho, se defiende.

No me sorprende del todo porque ya otra señora me ha contado de anjanas en el pueblo de Lamiña creyéndoselo.

Pero anjanas aquí, y suelta una mano del andador para hacer un gesto fugaz parecido al que se hace para comprobar si llueve o para ofrecer algo, aunque no haya nada, aquí, me tranquiliza, anjanas no hay. Duendes sí, concluye.

Su sobrino nos avisa a lo lejos de otro coche que baja. Aprovecho para despedirme. La señora me mira y sonríe, mira de reojo al talud y da un pasito como quien da una brazada en la piscina, lo da calzada con estas zapatillas de cuadritos que levantan por el calcañar, un pasito que suena a metal contra hormigón.

miércoles, 16 de octubre de 2024

La Piedra de la señora, La Peñona del señor

Una señora que me encontré paseando me dijo que esa roca que se ve se llama La Piedra y lo mismo el práu en el que se encuentra. Si embargo otro vecino me había dicho hace dos años que se llamaba La Peñona, aquí

Supongo que la memoria de ella se apoye en la piedra del fregadero

o que de vueltas a la piedra de la fruta, como la del melocotón.

La leyenda cuenta que se la tiraron los monjes de San Fritosu (San Fructuoso, Lamiña) a los moros y que debajo se halla un tesoro. Pero el vecino dudaba de que lo hubiera porque de haberlo habido ya se lo habrían llevado. Se lo conté a la señora y no le sonaba. Pero a cambio me dijo que enfrente había otra piedra hermana. No volví sobre mis pasos a buscarla. Seguimos los dos en dirección al pueblo, hablando.

martes, 15 de octubre de 2024

La flor de malva

Estábamos recogiendo flores para un ramo en la mies, era domingo por la mañana, mi tía en silla de ruedas, cuando atendemos a una vecina que se para a saludar, de misa vendría, yo no la conozco, ella a mí tampoco pero sí a mi tía, no le pregunto el nombre: reconoce una de las flores, que es del segundo corte, dice, o sea, otoñal, y también que la flor de malva se utilizaba para aclarar la garganta.

Se despide risueña y entonces pregunto a mi tía si se acuerda de la flor. Responde con un sí cantarín.

El cuervo, la chimenea y los secretos

Los cuervos se suelen posar en las chimeneas. Se dice que es para escuchar. En las cocinas es donde se abordan todos los temas (en las antiguas, porque durante el desarrollismo las cocinas se diseñaron para que solo cupiera una persona: la mujer). En realidad es para desparasitarse con el humo.

Luego, el cuervo va donde el ojáncanu y se posa en su hombro para contarle lo que sabe, asegura la tradición.

Corte de "cambera"




Corte de una cambera en Cabuérniga.

Las fotos están hechas desde la pista actual que sube a Joces, que la parte. Del otro lado de la pista la cambera es un camberón con una profundidad enorme, como yo nunca había visto. Fue de pura casualidad que la encontré. Está sumida en el bosque.

Hay un tipo en la tele que se dedica a "poner en valor" calzadas romanas en España, debe ser ingeniero, y para ello parece que necesita menospreciar las camberas. Son cosas distintas. También nuestro aprecio por ellas lo es.

viernes, 11 de octubre de 2024

Viriditas, octubre

Entrevista a la galerista Alexandra García en Viriditas, aquí.

Inmersión

Meterse entre árgumas crecidas aprovechando los caminos abiertos por los animales es como hacerlo en un cuadro de Henri Rousseau. 

Os recomiendo probar por ejemplo en La Hormiga, en la Sierra de Cos, a donde se puede llegar yendo en tren y subiendo un poco, con tiempo para volver en el día.

Restos de "chozu" en El Descansu La Jorcaa

Restos de chozu en El Descansu La Jorcaa, en la cabecera del río Barcenillas o Lamiña. La primera foto es mirando yo a este, la segunda a norte y la tercera es desde arriba señalando el punto exacto donde se encuentran los restos, también mirando a norte:




En otra ocasión, aquí y aquí, me pareció reconocer en este lugar un posible túmulo y aun restos de varios, pero esta última vez estaba el terreno entero jocáu y no pude sacar nada en claro. Lo sigo dejando, pues, en suspenso.

jueves, 10 de octubre de 2024

Lo que hace que un lugar lo sea

¿Te imaginas que todos se hubieran ido con Ulises, o que se hubieran ido como él hizo? ¿A dónde regresar entonces?

El origen de la palabra "sindiu"

La palabra sindiu no nació en la tormenta que hizo moverse los árboles sino entre los árboles movidos por la tormenta.

En los oídos del que allí estaba y pronunció la palabra.

Lo que esconde el monte

Hace tiempo me senté en un claro, tuve miedo y hui, así que cuando volví, recorrí aquel bosque de lado a lado, para quitármelo.

Joces no es una braña sino un práu. Te lo dicen todos los vecinos, también ellos sorprendidos. El perímetro es irregular y boscoso. Es así en la actualidad fruto de la desidia, el bosque estaba en origen (en el origen del práu) detrás del moriu. El moriu está comido por el bosque.


Al otro lado del moriu estás en el monte.

Pero también este está antropizado. 

Empecé a encontrarme árboles inmensos. Pensé que había dado con un reducto de bosque antiguo conservado precisamente por estar del otro lado, fuera del alcance de la vista, olvidado.




Pensé que había encontrado un mancha de bosque originario, decía, incólume, cuando de repente encontré una hoya (creo que) de carbonero:


Sus coordenadas UTM aproximadas:

X: 399.604,59
Y: 4.785.514,74

mapas.cantabria.es

Cerca, una construcción cuadrangular que no he sabido reconocer:


Me encontraba probablemente en territorio carbonero. Entonces comencé a ver los árboles de otro modo. Pasaron a ser árboles esgandiaos, aquí.



Son árboles muy antiguos no por olvidados sino porque se ha decidido mantenerlos, por utilidad, por interés, pero a fin de cuentas ahí están. Son prueba de una relación compleja con el entorno, riquísima. En País Vasco están trabajando para proteger lugares así. En Cantabria yo este es el único bosque esgandiáu que conozco.

Avanzando, y para acabar de rematar el carácter antrópico del conjunto, un camberón precioso:



Probablemente servía para sacar carbón y también para llegar a Rubrarreonda (en los mapas aparece como Braña Redonda). A esta última pieza territorial, espectacular, le dedicaré una entrada aparte.

miércoles, 9 de octubre de 2024

La médica

Me sorprende para bien que en Cabuérniga esté más que extendida y consolidada la palabra "médica"; "la médica" es lo que se dice. En Santander todavía no.

Práu Tía Neleta

Recordemos que diferenciamos entre chozu y cabaña. A grandes rasgos, los chozos vienen de antes del 1500 (no sabemos de cuándo, pero es muy probable que emparenten con las casas que había antes que las que conocemos ahora), tienen planta en forma de punta de flecha, una única hilada de rocas que no levanta más de una altura (que es lo que se encuentra en el suelo), un único vano orientado a sur y se parecen a un libro puesto boca abajo. Los chozos se asocian a brañas. Por su parte, las cabañas son rectangulares, presentan dos hiladas, teja, etc. Se asocian al proceso de privatización puesto en marcha en el 1500 que tiene su manifestación más acabada en los invernales (muchos de los cuales tienen cabañas encastradas dentro, como por ejemplo Cropia).

Los chozos son auténticas joyas arquitectónicas y según MGA se adscriben a la "cultura vaquera" montañesa. Apenas quedan restos. Pero todavía hay gente que los sabe levantar y aun que ha enverangado en ellos. Esta patrimonio inmaterial que explica el patrimonio material, la idea que explica la cosa, es nuestra salvación.

Pongo a continuación fotos de lo que creo es un chozu en la cuenca del río Barcenillas o Lamiña:



Tiene unos dos metros de ancho en la fachada (a sur) por unos cuatro de largo. 

El lugar creo (me lo dijo un señor que estaba haciendo leña un poco más arriba) que es conocido como Práu Tía Neleta. Está sin remover de milagro. Justo al lado han abierto una pista para los camiones de los eucaliptos.

Sus coordenadas son:

X: 398.172,66
Y: 4.786.323,05

mapas.cantabria.es

Este chozu estaría asociado a una braña anterior, no a un práu. El práu vendría después, vendría a privatizar la braña previa. Si es que realmente es un chozu. También pudiera ser que los praos fueran tan antiguos como las brañas y resulta que también ellos tenían refugio (como por ejemplo en Los Praos del Cuetu en Sierra de Cos). Son todo incógnitas para mí que no tengo ni idea (ni he hablado con suficientes paisanos ni he hablado con suficientes académicos, ni entre ellos han hablado nunca o casi).

A continuación pongo foto del moriu del práu que todavía se adivina en el terreno, también de tipología antigua:

martes, 8 de octubre de 2024

Palancos

El llamatu


Ello jué qu´el sú bisagüelu jezo una bicicleta de maera pal sú güelu siendo esti críu peru la bicicleta de maera que jezo´l sú bisagüelu nu tinía tutu, nu tinía "timbre", y dende entonz con esi llamatu quedó.

Cuntáu nel invernal que apaez retratáu ena jotu.

viernes, 4 de octubre de 2024

Hileras de eucaliptos, nubes de mosquitos

Me estoy dando cuenta de que muchos eucaliptos antiguos están plantados en hilera y queriendo hacer frontera con marismas o humedales, caso de los eucaliptos que hay (todavía alguno queda) antes de llegar al Parque del Riego por La Playuca en Colindres o los que había detrás de la capilla del Hospital, por donde pasa ahora el ramal que conecta la rotonda de Valdecilla de arriba con la de abajo. Pudieran responder a medidas profilácticas frente al mosquito. Una idea quizá del Dr. Gustavo Pittaluga. Habría que mirarlo. No creo que nadie lo haya tratado.

Primeros plumeros en Cabuérniga


Lo vimos en la cuneta a este lado de La Hoz de Santa Lucía. A la vuelta paramos, tapamos las semillas con una bolsa de basura, cortamos los tallos con una tijera de podar y nos llevamos los plumeros propiamente dichos para tirarlos en un contenedor lejano. Así no se erradica pero al menos evitamos que prolifere en el valle.

jueves, 3 de octubre de 2024

Sobre el silencio pasiego

En una entrevista a Álvaro le pregunté por el silencio pasiego y respondió que es por timidez. Su respuesta estuvo condicionada por su propia timidez. Me devolvió la pregunta y yo le dije que por pertenecer a una cultura subalterna. Mi respuesta estuvo condicionada por mis posicionamientos políticos. Ambos reconocemos nuestras respectivas respuestas como incompletas pero como no solemos hablar de estos temas, no hay foros ni oportunidad, nos conformamos. Es una forma que tenemos de dar este tema por resuelto, él a su manera y yo a la mía, nadie suele darnos la réplica.

En la entrevista así lo puse, cada uno con su idea. Pero en realidad seguimos dando vueltas a este tema y a la conclusión que llegamos fue que el silencio pasiego es resultado de una forma temprana de individualismo capitalista. No continuamos porque nos quedamos sin recursos, no supimos cómo seguir. Tampoco nos quedamos conformes pero al menos encontramos un punto en común. No lo reflejé en la entrevista porque no encajaba con el tenor del texto, además era extender demasiado este tema y desequilibraba el conjunto. Puse a un lado de la balanza el equilibrio de mi texto y al otro lo que yo creía que era la realidad pasiega y opté por la primera opción. Les traicioné. Esto sí es verdadera identidad pasiega: que les traicionen como hice yo.

Me escribió Diego para felicitarme por la entrevista a Álvaro y le comenté el caso, que bien pero que este tema del silencio pasiego quedó cojo. Entonces Diego me puso un mensaje del que voy a eliminar la primera parte por ser personal pero no la última:

"Yo creo que la ciudad se caracteriza por un ritmo acelerado de la vida, la producción, el consumo, la acción y, por supuesto, la conversación. El silencio pasiego para mí no es un silencio, sino el tiempo que precede a una respuesta verdaderamente meditada, que quizás te dé en la próxima conversación, y que no se produce al ritmo del segundero de un reloj digital, sino al del ruido de la hoja del dalle segando el verde."

Con Diego de la mano hemos ido un paso más allá. Está claro que faltan foros donde discutir sobre nuestros temas y avanzar.

Caídos del cielo (el chicle del paladar)

 

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