miércoles, 19 de febrero de 2025

Indestructible

Tiene una enfermedad que le hace decir lo contrario de lo que piensa. Se le rebelan las palabras. Es consciente, le cuesta relacionarse y se enfada. Su hijo nos explica las circunstancias. Seguramente haya sido él el que le haya insistido para venir. Es una de esas horas que pasan de vacío en el tanatorio. Le pregunto si sigue madrugando tanto para arreglar la cuadra como antes, ahora que se ha jubilado. Hace que sí con la cabeza y sonríe.

martes, 18 de febrero de 2025

Recuperación de quesos

Sobre la recuperación del queso afuega´l pitu asturiano, aquí.

El queso cabuérnigo sigue esperando, aquí.

El primer peldaño

El balcón en la casa montañesa sirve para tender la ropa, para acicalarse, para dejar la ropa planchando entre piedras, para secar la cosecha, para las plantas, para ver y ser visto...

Otro espacio polifuncional es el primer peldaño de piedra de la escalera que sube a la planta de arriba. Pocas veces se ha tratado, aquí. No sé por qué es de piedra: para preservar la escalera de la humedad del suelo, seguramente. Pero seguro también que, como pasa con los balcones, hay otras muchas razones no tan obvias. Pongo a continuación fragmento de La vaca roxa de Dolores Medio, novela recuperada por La Voz de Asturias el año 2005:

"Después de un tiempo de trabajo [en la deshoja o esfoyaza en asturiano] se hace un alto para comer; Selma y Andrea reparten platos con diferentes viandas [párrafos más atrás la autora hace la siguiente descripción: "Andrea repartirá entre todos las primeras castañas que recogieron, que ya están cocidas en el pote, y unas empanadillas hechas con harina de trigo, nueces y avellanas"].

Andrea [...] va a sentarse en el primer peldaño de la escalera que sube al piso, junto al criado, dando así públicamente una lección de humildad, como diciendo a todos, a los primos y a los vecinos, que conoce su sitio, que el ama es Selma..., ahora el ama es ella."

lunes, 17 de febrero de 2025

"No hay tiempo para el pesimismo" de Paulu Lobete

"No hay tiempo para el pesimismo" de Paulu Lobete, aquí

La campaniría portuguesa y la cántabra

La campaniría portuguesa (arte chocateira) ha síu declaraa Patrimoniu Cultural Inmaterial pola UNESCO. En Cantabria los pulíticos del Parlamentu ríin en cuantas sintin parlar de campanos.

viernes, 14 de febrero de 2025

Buscando el camino de los árboles

Estábamos con la leyenda de los árboles que talaron en La Peña para construir Sopeña de una sola vez, aquí. Subimos a La Cruz para ver:


Barcenillas.


Lamiña.

Llegamos a La Cerca, aquí, y buscamos el camino que pasa por el lugar que en los mapas aparece como Cotillos pero que los vecinos parece que llaman Cutillu, aquí, y que pensábamos podía haber sido el que siguieran los primeros vecinos del pueblo de Sopeña, este:


El arranque del camino:

X: 394.650,52
Y: 4.787.868,75

Enseguida se mete hacia el eucaliptal siguiendo una pista moderna. A partir de aquí todo son especulaciones. Nosotros continuamos por la cresta del monte. Las pequeñas elevaciones se suceden (se explica el topónimo Cotillos). Llegamos hasta la última elevación, que corresponde con el último afloramiento de La Peña:


Sus coordenadas:

X: 394.655,42
Y: 4.787.603,37

De aquí hacia el pueblo (el barrio que se entrevé es Culapeña) es un despeñadero. En la vertical está el famoso Joracu´ La Peña, donde todavía no he estado (lo intentamos otro día pero desistimos porque una vecina se puso a gritar pensando que íbamos a llevarnos sus gatos). En esta cueva o no sé si abrigo se refugiaba el pueblo de Sopeña durante la guerra, además de en La Barcenuca, aquí: es como si a cada pueblo o barrio le correspondiera una cueva, aquí y aquí.

Nos internamos entonces en el bosque siguiendo senderos de animales. La idea era encontrar un posible camino antiguo que bajara a Sopeña. Efectivamente, encontramos aquí y allá huellas de lo que parecían camberas y restos de morios. Pero lo que más llamó nuestra atención fue una última elevación que hace de bisagra entre el valle y la carretera de Carmona:


Sus coordenadas aprox.:

X: 394.546,42
Y: 4.787.582,86

Son llamativas las moles de piedra (me llegan a la altura del pecho) que yacen a sus pies:


No somos los primeros en reparar en ellas. Varios vecinos nos habían hablado antes de este lugar pero sin concretar nada. ¿Qué serán? Lo más normal es que no sean más que rocas que por su tamaño se han quedado en su sitio mientras el cutillu (que parece un enorme montón de piedra menuda) se ha ido lavando y deshaciendo. Pongo foto desde la pequeña cima tratando que se vean las piedras menudas que lo conforman:


Natural, pues, como mejor opción. Pero hay que tener en cuenta que en Lo Agreos, aquí (punto 3), que está más o menos debajo, hay un topónimo que ahora no recuerdo al pie de la letra pero que tiene que ver con una torre. Esta torre, de haber existido, no sé si estaría en los propios Agreos, que no creo, porque es una vaguada, o en una elevación cercana, en cuyo caso este emplazamiento es un buen candidato.

En resumen, no sabemos por dónde bajaron los troncos para construir Sopeña. Es probable que los arrastraran hasta un punto de La Peña por donde poder dejarlos resbalar. O quizá los bajaran por un antiguo camino desaparecido que comunicaba con Los Agreos o por un camino que pudiera estar debajo de la pista que se interna en el eucaliptal y que es la que hoy se suele utilizar.

Por último, no creo que los árboles originales (por haber dado origen al pueblo) estuvieran en La Cerca, aunque sería bonito que así fuera, aquí. De acuerdo con la leyenda, los árboles estaban en La Peña, que tampoco creo que sea tal o cual afloramiento rocoso puntual en la ladera, sino una zona amplia de la misma todavía hoy poblada por un buen número de árboles de gran porte. Pongo vídeo rápido del lugar estimado:

jueves, 13 de febrero de 2025

Zancada

No le llamaría mendigo. Aparecía por cualquier sitio gritando y con muy mal aspecto, una mochila del ejército con chapas prendidas irreconocibles y mugrosa a la espalda, amenazando a la gente con la que se cruzaba. Siempre con la cara partida. Incluso le he llegado a ver con el pito al aire meando mientras caminaba. Últimamente está más tranquilo. Suele estar sentado al lado de un kebab. No tiene montado un campamento pero casi. La acera es estrecha. Es antigua, de cuando la ciudad era pequeña. Está desapareciendo. Ahora no se le ve como una amenaza porque se ve que le cuesta levantarse. A veces tiene compañía.

Este martes que pasé estaba sentado con un chico jugando con un coche teledirigido. Era lo de dentro, ruedas y motor, no tenía carcasa. Parecían contentos. No pronunciaban palabra pero sonreían. El coche yendo desde donde ellos estaban hasta el borde de la acera, ida y vuelta una y otra vez, veloz, dos o tres metros escasos.

Pal-pal


 Onomatopeya pejina: pal-pal, el ruido de la motora.

miércoles, 12 de febrero de 2025

El lugar del cántabro

Estaban esperando a una ambulancia para volver a casa después de sus respectivas sesiones de fisio, yo a que me llamaran para pasar a la consulta del especialista, en la sala de espera de rehabilitación. Al menos uno de ellos debía estar trabado de las faenas del barco, por lo que adiviné, el otro no lo sé. Estaban hablando del pescador desaparecido en Ajo. Qué estaría, a percebes, se preguntaban. No le conocían pero sí el lugar de la desaparición: "hay un chumbáu (sic) de diez metros", decía uno. La caída de un acantilado, su altura. Busqué al momento en internet y comprobé que era un significado inédito. Lástima que no me atreviera a preguntarles. Estaba sentado detrás, enfrente de la pantalla por donde van pasando los turnos, para ver bien. A ellos les llamarían de viva voz, que es como se hace. El mismo conductor de la ambulancia lo hace. Se asoma y canta los nombres. No hay suficiente plantilla, ni medios. Debían estar esperando desde hacía mucho tiempo porque se les veía incómodos. Se levantaban, se sentaban. Uno de ellos vestía camiseta de la legión. El otro chándal de dos piezas. Preguntó uno por la hora y el otro no le supo decir. Me extrañó porque llevaba lo que en un primer momento me había parecido un reloj oscuro de pantalla y correa grandes en la muñeca. No lo era. Salió mi número en la pantalla. Me encaminé a la consulta. Allí les dejé, al borde.

martes, 11 de febrero de 2025

Bits

Acalda el mundu a cambaas

(ris-ras) (ris-ras) (ris-ras)

apagáu, encesu

falsu, verdaeru

abiertu, cerráu.

domingo, 9 de febrero de 2025

El lugar del arte

Llevo a mis padres lo que creo es un aguafuerte de Iturrino que hemos comprado en el ferial, nosotros nos hemos quedado otro, compramos dos, y estamos probando mi madre y yo dónde ponerlo, mi padre viendo el partido. Lo poso a la izquierda del espejo del salón para ver y mi madre advierte algo detrás, por detrás del espejo. Coge una lámpara, la acerca y resulta ser un caracol chiquitín. Espera que lo quito, digo resuelto. Habrá venido trepando por la pared de la calle, desde las jardineras del garaje. O a saber, de alguna lechuga, desde la cocina, o quizá haya venido con alguna planta del salón, pienso. Espera, no, me corta mi madre. Debe estar hibernando, déjale.

Y ahí quedó el caracol, el cuadro de Iturrino en otro sitio para no molestar.

viernes, 7 de febrero de 2025

Los terratenientes

Cabeceaba al hablar, parecía querer apartar el flequillo

pero acababa de ir al peluquero, debía, porque lo tenía muy bien

y tanto flequillo no tenía

tanto como para apartarlo de un cabezazo, como para poder hacerlo, digo:
reía mucho y al parar, entonces:
¡zas!

Sostenía la copa por el tallo. Pestañeaba mucho

y lento. Se había inaugurado una exposición en el palacete del embarcadero

- hay lugares que atraen según a quién, como el punto rojo en el pico de la gaviota al pichón, que en cántabro se dice mayón -

y el marido había escrito el texto del catálogo.

Movía la cabeza al hablar como esos perritos de plástico que se llevaban en la bandeja de atrás del coche, él

de estar suelta

ella era de familia terrateniente, dijo

y yo reí:
me pareció una película propia de alguien de extracción humilde que ingresa en un entorno elitista, que entontece

no pude evitarlo:
resulta que era de mi valle y en mi valle no hay terratenientes

PERO

esa noche que no pude dormir recordé a una señora del pueblo de al lado

- su marido trabajaba en la madera y ella tenía las manos frías, por eso que se ocupara de la borona, era a la que mejor le salía -

nos dijo que de niña había sido esclava, que ahora que había fallecido su marido y tenía tiempo, los últimos años dedicados a su cuidado, que ahora que podía reparar en ella misma era consciente de que de pequeña había sido esclava

trabajando por comida, ni siquiera podía decir que por un lugar donde dormir

de lo mal, debajo de la escalera, donde las gallinas o peor:
casi llorando. Dijo que las tierras del pueblo las había copado una sola familia tras la guerra

las comunales, imprescindibles para la supervivencia, y las que no, dependiendo del propietario, también

una familia de las que habían ganado la guerra, claro

y yo en esa noche que pasé en blanco se me reveló que sí que podía ser

que la señora del flequillo, que sí.

Seguro que había ido a la peluquería.

Mi abuela, miedo al monte

Le pidió la suegra que subiera a Joces

y ella dijo que no, que tenía miedo

y la suegra, mi edad tendría entonces

más de setenta, subió y bajó en el día.

La antigüedad de la belleza

"¿Es la belleza algo antiguo?", artículo de Rosa Olivares, aquí.

Para leer pensando en (o desde) Pernal Jermosu, en Cabuérniga, aquí y aquí.

jueves, 6 de febrero de 2025

Vías de agua

Los paranás del Amazonas son las hueras de la bahía de Santander.

Fernanda Trías y las niñas cabreras montañesas

Leo en una entrevista hecha a la escritora Fernanda Trías con motivo de la publicación de su última novela, El monte de las furias: "Según Trías, hasta ahora la narrativa sobre la naturaleza siempre ha estado en manos de los hombres. Además, los entornos de monte o selva están ligados a lo masculino pero en la realidad no es así o, al menos, no del todo", aquí.

Me vienen a la cabeza los parapetos en garmas de las alturas montañesas, espacios cabreros utilizados por niñas, aquí.

Todavía por estudiar, interesantísimo.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Alubia tipo "verdina" autóctona de Cantabria

Leo en prensa que han dado a una plato de verdinas (que se tiene por alubia asturiana) con bogavante del Palacio de los Acevedo un premio al mejor guiso. Recuerdo que en el pueblo de Zarcea (SZ) hay dos hermanos que cultivan una alubia parecida heredada de su familia, aquí.

Imaginaos poder rescatarla y darle salida comercial.

La u pejina

En Laredu hablan con la u

y los de Colindres no tantu, tantu.

Es un dicho de Colindres. Se lo comento a RMG y dice que también en Sámanu-Castru y Arcentales-Valmaseda.

Arte en Cantabria 2024

Después de ver la doble exposición de obras de arte adquiridas por el Gobierno de Cantabria en 2024 y aquellas otras finalistas del premio de artes plásticas de este mismo año, hay una diferencia notable entre las primeras y las segundas, mucho mejores estas que las primeras.

Serzo, Lau, Foucault, Mina K..., hay nivelazo en Cantabria.

martes, 4 de febrero de 2025

Coletilla

Asegura una vecina de Colindres que en Meruelo (que sus vecinos llaman Miruelu) en lugar de decir lín dicen ñeru (que también se oye nieru).

Las gallinas y las serpientes

"Al abuelo le daban mucho miedo las serpientes, y era por eso por lo que los días de calor pesado solíamos ser cinco, los cuatro de siempre y una gallina, Frankie; pero era un problema porque a Frankie no le gustaba marchar por delante, y, claro, así no podía matar a las serpientes que nos amenazaban.

- ¡Frankie! ¡Ponte delante! - solía gritarle el abuelo.

Pero Frankie era una gallina muy testaruda, y no le obedecía, y el abuelo se ponía furioso.

- ¡Frankie! Yo no he traído una especialista para que luego se ponga la última - le chillaba.

Eso era lo que pensaba el abuelo, que la serpiente es muy maligna, y que mata a los pájaros, y que asusta a los caballos, y que chupa la leche de las vacas, pero que con las gallinas no tiene nada que hacer, porque las gallinas son especialistas en matar serpientes."

Del relato titulado "Saldría a pasear todas las noches" de Bernardo Atxaga incluido en Narradores vascos: Antología de la narrativa breve vasca actual (Hierbaola Ediciones, 1992).

Quizá tenga algo que ver esta creencia, si realmente lo es (en cuyo caso sería vasca, no sé si también cántabra), con las dos representaciones de pollos que hay en sendos pueblos del Nansa, aquí y aquí.

lunes, 3 de febrero de 2025

Caso de escopaestesia

El espelurciu que te da cuando tu cuerpo presiente al lobo, que se describe como un calambre por la columna que sube hasta el cuello y eriza el pelo, creo que cabría identificarlo como un fenómeno de escopaestesia.

Otra novela excepcional de José María Mendiola

Preciosa la escena del compromiso de matrimonio en Un asunto de Elgoibar (Editorial La Gran Enciclopedia Vasca, 1974) de José María Mendiola. Este autor es excepcional. Me temo se haya quedado arrinconado por obrerista y escribir en castellano, no hay nadie que le haga suyo, ninguna corriente que le reivindique.

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