Estábamos haciendo fotos a tejados de un pueblo de Valdeolea cuando apareció un vecino al que asaltamos. Nos explicó lo siguiente:
Los tejados están compuestos por cabrios (las vigas que bajan en paralelo a los hastiales y perpendiculares a la fachada) y ripias (las tablas que cruzan, es decir, las que posan perpendicularmente entre cabrios, en paralelo a la fachada). Sobre las ripias van las tejas. Pero para que éstas posen bien, encima de las ripias se pone la mullía, que es materia vegetal, por ejemplo rozu del monte. Lo hemos visto en Carreju, Porcieda y Valderredible, aquí (punto cuatro) y aquí.
El vecino nos dijo que en su casa había encontrado hasta cinco tipos distintos de tejas. Sin que hayamos podido profundizar tanto, distinguimos dos tipos: tapas y canales (en femenino). Las que se ponen panza arriba son las primeras. Las canales es por donde corre el agua, cayendo por el goterial. El hueco que dejan las últimas tapas, las que asoman al goterial, se tapa con tierra, valga la redundancia, para que no aniden animales.
Las tapas no son muy importantes. Las tejas que hay que cuidar son las de la canal: que se las golpea y tienen que sonar bien, como campanos, decía el vecino. Si suenan mal hay que cambiarlas. También hay que cuidar que la caída del tejado sea regular, que no haya desniveles porque de haberlos entraría por ellos el agua a raudales.
La madera de la que están hechos los cabrios, que no recuerdo cuál es, no parte, pero sí se comba o, por mejor decir, antes de partir los cabrios pueden combarse mucho. Pasa como con las potras de las paredes, que son avisos de que la pared se va a caer (aquí y aquí). Para evitar tener que levantar medio tejado los vecinos de Valdeolea quitan la teja de la parte afectada y echan tierra mezclada, de nuevo, con materia vegetal, por ejemplo (aunque no necesariamente) paja, sobre la que reponen las tejas. Es una especie de adobe. Cuando la faena es gorda pueden llegar a sustituir tejas por lanchas (las lastras pasiegas) para nivelar el tejado, es decir, el proceso inverso al que dábamos por supuesto hasta ahora, que era la sustitución de lanchas o lastras por tejas.
Aun con limitaciones, hemos aclarado el misterio que suponía encontrar materia vegetal en los tejados, en Valdeolea y otros valles (Liébana y Cabezón de la sal, al menos) que ahora sabemos que es la mullía. De paso sabemos también que podemos encontrar tierra en el tejado y que hay veces que la teja convive con lanchas no necesariamente porque aquéllas estén sustituyendo a éstas (por ejemplo aquí), sino al contrario, porque las lanchas sustituyen puntualmente a las tejas.
Casa uno (tierra a la vista):
Casa dos:
Se aprecia la tierra tapando los huecos de las tapas del goterial y las lanchas puestas para nivelar la superficie combada del tejado.
Las pocas casas que quedan con soluciones antiguas están en ruinas o semiarruinadas, lo cual permite apreciar las distintas capas o sustratos (la tierra sin tejas, por ejemplo). Hasta que terminen de venirse abajo y ya no haya nada que hacer, salvo lamentarse.
Más sobre tejas y cubiertas, aquí (punto tres), aquí, aquí y aquí (punto dos), entre otras entradas.
martes, 20 de junio de 2017
El porqué de la tierra en los tejados
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2 comentarios:
Nos dicen que en Soba (aunque quien nos lo dijo no especificó, y él también está relacionado con Aguayo) a la "mullía" la llaman "moflu" y no es "rozu" sino musgo (al que en otras partes también lo llaman "mogu", asturiano "mofu").
"Normalmente en un tejado se ponía sobre la ripia, esas tablas que van de cabrio a cabrio, sobre una cama de rozo y helechos secos donde se asentaban las tejas, la mullía."
En "Atropando recuerdos de mi tierra campurriana" (Librucos, 2010) de Nicanor Gutiérrez Lozano, p. 116.
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