miércoles, 28 de enero de 2015
Autocrítica en relación con mi crítica a Claro que Podemos / Cantabria
No he entendido nada, me temo.
En mi anterior entrada reclamo un escenario nuevo pero yo soy el primero que tiro de lógica caduca.
He empezado así: "la gente lo que necesita es esto". Ocurrencias. Obviamente, yo no voy a reconocer que son ocurrencias, ni siquiera las reconozco como tales en mi fuero interno, pero lo son. ¿Quién soy yo para saber lo que necesita la gente? Mi actitud es la del político caduco: "soy tan bueno que sé lo que hay que hacer" que suele venir de la mano de "dejadme a mí".
A lo anterior, al "yo sé qué hacer", se suma lo siguiente, que es aún peor: como lo que yo digo que hay que hacer no coincide con lo que otros proponen, enseguida salgo por peteneras y digo "pero quiénes son éstos que no saben lo que hay que hacer", entendiendo por lo que hay que hacer lo que a mí se me ha ocurrido que hay que hacer.
Fatal.
Voy a intentar enmendarme.
Podemos está compuesto por personas desvinculadas de la maraña política que tienen muy buena voluntad, quizá no experiencia política pero sí un grado de compromiso con su entorno más que probado (lo que es mucho más importante que saberse manejar en los despachos), cuya intención es llevar al foro político lo que la gente realmente demanda, no lo que se les ocurra a ellos o a los que andamos cerca. La clave está en la gente. Hay interlocutores, no demiurgos, es decir, hay reuniones con la gente, intercambio de ideas, debate, no ocurrencias de cuatro iluminados (iba a traer aquí el ejemplo de Revilluca con la Fundación Comillas pero no es necesario porque el mejor ejemplo posible de salidas del tiesto es mi anterior entrada en este blog). Podemos está recurriendo a las distintas formas de sociedad organizada existentes para armar su programa. Un programa que todavía está en construcción porque hay mucha gente a la que consultar. Podían hacerlo fácil, podían arrear, pero no, se están sentando con todos y escuchando para después actuar en consecuencia. Es algo inédito. Debe ser que yo ya estoy tan zurrido que no lo vi, no me di cuenta hasta esta misma noche, que, en la cama, me dije: "¿pero cómo no lo has visto antes?" Sobre todo: "¿pero cómo no lo viste antes de meter la pata en el blog?" Solo espero no haber perjudicado a nadie.
Siguiendo en mi línea (consejos vendo que para mí no tengo) creo importante no dejar a nadie fuera de la ronda de consultas. El reto está en conseguir que se os reciba. No todos van a querer, aunque solo sea para después poder decir que con ellos no os reunisteis. Y la urgencia. Qué lástima de tiempos. Ánimo y al lío.
En mi anterior entrada reclamo un escenario nuevo pero yo soy el primero que tiro de lógica caduca.
He empezado así: "la gente lo que necesita es esto". Ocurrencias. Obviamente, yo no voy a reconocer que son ocurrencias, ni siquiera las reconozco como tales en mi fuero interno, pero lo son. ¿Quién soy yo para saber lo que necesita la gente? Mi actitud es la del político caduco: "soy tan bueno que sé lo que hay que hacer" que suele venir de la mano de "dejadme a mí".
A lo anterior, al "yo sé qué hacer", se suma lo siguiente, que es aún peor: como lo que yo digo que hay que hacer no coincide con lo que otros proponen, enseguida salgo por peteneras y digo "pero quiénes son éstos que no saben lo que hay que hacer", entendiendo por lo que hay que hacer lo que a mí se me ha ocurrido que hay que hacer.
Fatal.
Voy a intentar enmendarme.
Podemos está compuesto por personas desvinculadas de la maraña política que tienen muy buena voluntad, quizá no experiencia política pero sí un grado de compromiso con su entorno más que probado (lo que es mucho más importante que saberse manejar en los despachos), cuya intención es llevar al foro político lo que la gente realmente demanda, no lo que se les ocurra a ellos o a los que andamos cerca. La clave está en la gente. Hay interlocutores, no demiurgos, es decir, hay reuniones con la gente, intercambio de ideas, debate, no ocurrencias de cuatro iluminados (iba a traer aquí el ejemplo de Revilluca con la Fundación Comillas pero no es necesario porque el mejor ejemplo posible de salidas del tiesto es mi anterior entrada en este blog). Podemos está recurriendo a las distintas formas de sociedad organizada existentes para armar su programa. Un programa que todavía está en construcción porque hay mucha gente a la que consultar. Podían hacerlo fácil, podían arrear, pero no, se están sentando con todos y escuchando para después actuar en consecuencia. Es algo inédito. Debe ser que yo ya estoy tan zurrido que no lo vi, no me di cuenta hasta esta misma noche, que, en la cama, me dije: "¿pero cómo no lo has visto antes?" Sobre todo: "¿pero cómo no lo viste antes de meter la pata en el blog?" Solo espero no haber perjudicado a nadie.
Siguiendo en mi línea (consejos vendo que para mí no tengo) creo importante no dejar a nadie fuera de la ronda de consultas. El reto está en conseguir que se os reciba. No todos van a querer, aunque solo sea para después poder decir que con ellos no os reunisteis. Y la urgencia. Qué lástima de tiempos. Ánimo y al lío.
martes, 27 de enero de 2015
Crítica al programa de Claro que Podemos / Cantabria, v. 2
Acabo de leer el programa de Claro que Podemos / Cantabria. Realmente no sé si es un documento previo al programa definitivo. Lo que fuere, le falta enfoque, que es lo más difícil de todo. Pero es por donde hay que empezar.
Por ejemplo, Cultura. A escala micro (siendo poco ambiciosos) se puede plantear, se me ocurre, poner orden en las ayudas a la edición. El PRC lo hacía mal y el PP lo está haciendo peor. Se puede y debe hacer mejor.
A escala macro, siguiendo con el ejemplo anterior, se puede plantear la creación de un Servicio de Publicaciones del Gobierno de Cantabria. De este Servicio dependería la regulación de las ayudas a la edición. Somos me atrevería a decir la única Comunidad Autónoma que no lo tiene.
Estos dos puntos (la creación de un servicio de publicaciones que entre otras tareas regule las ayudas a la edición) podrían formar parte de una línea estratégica centrada en el libro / lectura.
No quiero seguir porque es mi campo y me enredo.
Lo que demanda la gente es un nuevo escenario. No es solo hacer lo mismo, mejor. Es hacer lo que hay que hacer, que pocas veces coincide con lo que se está haciendo (y solo basta mirar alrededor para darse cuenta). Ahí está el verdadero reto. El documento de Claro que Podemos se queda corto. ¿Podemos, qué?
Pasa algo parecido con Sanidad. Está bien proponer potenciar la prevención, el empoderamiento del paciente, etc. Pero después de estos enjuagues, ¿qué? Está bien que haya gente que aporte experiencia. Otra cosa es repetirla. No sé qué de bueno puede ofrecer una antigua consejera socialista, sinceramente.
Escala macro: apostar por la Gerencia única. Todos los hospitales pasarían a ser gestionados de manera efectiva desde un único punto, el epicentro de una red radial. Valdecilla es hoy el motor del sistema. No sería más que dar carta de naturaleza a una realidad. Haciéndolo se evitarían muchos problemas.
La Gerencia única obligaría a replantearse el papel del SCS, que quedaría yermo. Una vez compactada la dirección y gestión de los hospitales, la Consejería podría asumir las atribuciones restantes del SCS, pocas. Nos quitaríamos un monstruo administrativo de encima.
Yendo de la Sanidad a la Educación: trasladar la Facultad de Medicina al Nuevo Valdecilla. El Hospital recuerdo que es Universitario. Espacio en el nuevo edificio, hay, y de sobra. La Facultad se está cayendo a cachos. Sería mucho mejor para alumnos y profesores, sobre todo ahora, con el Plan Bolonia.
Es esta escala macro, en mi opinión, la que demanda, ahora, la gente. Es a la construcción de un nuevo escenario que tresponga el actual, si es que el actual lo es, a lo que hay que dedicar esfuerzos. Y hay que darse prisa.
Por ejemplo, Cultura. A escala micro (siendo poco ambiciosos) se puede plantear, se me ocurre, poner orden en las ayudas a la edición. El PRC lo hacía mal y el PP lo está haciendo peor. Se puede y debe hacer mejor.
A escala macro, siguiendo con el ejemplo anterior, se puede plantear la creación de un Servicio de Publicaciones del Gobierno de Cantabria. De este Servicio dependería la regulación de las ayudas a la edición. Somos me atrevería a decir la única Comunidad Autónoma que no lo tiene.
Estos dos puntos (la creación de un servicio de publicaciones que entre otras tareas regule las ayudas a la edición) podrían formar parte de una línea estratégica centrada en el libro / lectura.
No quiero seguir porque es mi campo y me enredo.
Lo que demanda la gente es un nuevo escenario. No es solo hacer lo mismo, mejor. Es hacer lo que hay que hacer, que pocas veces coincide con lo que se está haciendo (y solo basta mirar alrededor para darse cuenta). Ahí está el verdadero reto. El documento de Claro que Podemos se queda corto. ¿Podemos, qué?
Pasa algo parecido con Sanidad. Está bien proponer potenciar la prevención, el empoderamiento del paciente, etc. Pero después de estos enjuagues, ¿qué? Está bien que haya gente que aporte experiencia. Otra cosa es repetirla. No sé qué de bueno puede ofrecer una antigua consejera socialista, sinceramente.
Escala macro: apostar por la Gerencia única. Todos los hospitales pasarían a ser gestionados de manera efectiva desde un único punto, el epicentro de una red radial. Valdecilla es hoy el motor del sistema. No sería más que dar carta de naturaleza a una realidad. Haciéndolo se evitarían muchos problemas.
La Gerencia única obligaría a replantearse el papel del SCS, que quedaría yermo. Una vez compactada la dirección y gestión de los hospitales, la Consejería podría asumir las atribuciones restantes del SCS, pocas. Nos quitaríamos un monstruo administrativo de encima.
Yendo de la Sanidad a la Educación: trasladar la Facultad de Medicina al Nuevo Valdecilla. El Hospital recuerdo que es Universitario. Espacio en el nuevo edificio, hay, y de sobra. La Facultad se está cayendo a cachos. Sería mucho mejor para alumnos y profesores, sobre todo ahora, con el Plan Bolonia.
Es esta escala macro, en mi opinión, la que demanda, ahora, la gente. Es a la construcción de un nuevo escenario que tresponga el actual, si es que el actual lo es, a lo que hay que dedicar esfuerzos. Y hay que darse prisa.
lunes, 26 de enero de 2015
domingo, 25 de enero de 2015
De caballos y hombres, corazones de pera y pirulís, presos, vídeos que son una tortura y la cinta de mis abuelos
(1)
De caballos y hombres, aquí, refleja el protagonismo del caballo en la cultura islandesa. Asombra las conexiones con nuestra propia cultura.
Por cierto: montaoriu, piedra alta que ayuda a montar.
(2)
Mi abuelo paterno, que era americano, me decía que lo que a él más le gustaba era el corazón de las peras.
Es cierto que tiene un sabor excitante.
A mí una de las cosas que más me gustaba era pasar la lengua por la base de los pirulís.

Hemos comprado uno esta mañana en el quiosco que hay a la salida del túnel.
(3)
Me pregunta un conocido que qué le diría a una madre de preso etarra que está en una cárcel andaluza.
Le diría que su hijo tiene la oportunidad de romper con el (t)error y que, aunque le cueste, que no la desaproveche. No dudo que sea duro dar el paso pero seguro que no lo es más que lo que ha hecho para que lo encarcelaran. Le diría, también, que flaco favor hará a su hijo si va a verle de la mano de los que justifican lo que ha hecho.
Pero esto es lo que le diría yo.
Salíamos un domingo de casa la familia en coche. En unas horas volvía a Madrid. Salíamos a despedirme. No solía venir mucho a Santander porque no tenía dinero. Nos paró un policía desencajado y nos dijo que abandonáramos el coche y que echáramos a correr. Estábamos en la rotonda que hay entre las dos alamedas. Nada más salir del coche explotó un coche bomba enfrente de Ministerios, en la calle Vargas.
Esto es lo que le diría yo, decía.
No sé lo que le dirían los dos hermanos, compañeros míos de instituto, que se quedaron huérfanos porque a sus padres los mató una bomba que estalló en la rotonda de La Albericia.
En cualquier caso, la cadena perpetua no la merece nadie. Es algo que hay que corregir. Todo el mundo merece tener la oportunidad de corregir sus errores y mejorar. Ojalá se pueda dentro de poco.
(4)
El conocido de antes también me envía el enlace a un vídeo sobre torturas en País Vasco.
Sale una chica a la que entrevistan en la plaza de un pueblo. Se ve gente pasar por detrás, niños jugando. El escenario es perfecto: todo hace creer que se trata de una chica que no solo está en la plaza del pueblo, sino que está con el pueblo. Sale otro chico en una sala con un logo muy chulo de Etxerat. Si Chillida levantara la cabeza. Sale otro chico con cara de buena persona, que no dudo lo sea, con un primer plano cerradísimo. Este chico transmite especialmente bien. Lo que quiere. Sale otra chica en una especie de centro de estudios y es la que me parece que dice lo de que la policía entró en su casa una madrugada echando la puerta abajo y que ya eso ella lo consideraba tortura. No pude ver más. Dejé de chuparme el dedo y di al stop.
(5)
Mis abuelos maternos murieron hace muchos años. La que era su casa en Santander lleva mucho tiempo cerrada. En el balcón resisten una cinta y otra planta que no reconozco. De las plantas se ocupaba sobre todo mi abuelo.
Ayer fui con mi madre a coger un poco de cinta.

Me dijo que hay que meterla en agua para que salga. No se acordaba si había que meterla sin más o de si había que meterla boca abajo. Cogimos dos guías para poner una hacia arriba y otra hacia abajo y asegurar.
He metido las dos en un vaso de caramelo de los que trajimos de Colindres. No son transparentes, pero tampoco opacos. Así vemos si medran o no.

En la foto parece que estoy brindando, pero no. Es en casa. Lo que se ve es un casco de minero, un termómetro que quiere ser de mercurio (no acabamos de encontrar uno, así que hacemos con uno que se le parece) y algo que paso a explicar a continuación: Raquel y yo solemos ir a rebuscar en depósitos de cosas que traen las mareas, sobre todo para dar forma a sus colecciones de joyería (aquí). Una vez cogimos un corcho de corcho (ahora lo habitual es que sean de plástico) muy pulido por las corrientes. En casa lo empapamos en tinta y lo pasamos por una página de buen papel que nos había dado nuestro amigo Giuliano, de Art Papel. El resultado es lo que se ve en la foto.
Hice la foto ahí porque con fondo blanco se ve mejor. El caramelo no es opaco, como decía, pero casi. Se ve mal. Es como si dentro hubiera niebla que no se va.
Dice Xandru Fernández que la niebla huele a coliflor cocida, pero no en su blog, que enlazo aquí, sino en un libro suyo, no recuerdo cuál.
Cuando hice la foto olía a pan requemado.
La cocina es americana.
Cuando salga la cinta, la que está boca abajo o la otra, ojalá las dos, las plantaremos en un bote que hemos comprado hace un par de semanas en el rastro del túnel. Es un bote de esos de siempre, con flores pintadas. La tapa encaja en el culo del bote. El culo tiene varios agujeros. Es una lata que ya ha sido utilizada como maceta.

El cajigu que se ve en la foto está cogido en Carmona. No sé cómo le irá. Raquel dice que mal y yo que estamos en otoño.
- No, en invierno.
- ¿Tan rápido?
- Igual pasará.
En Cantabria cualquier bote sirve como maceta, incluso si está oxidado. Es algo que llama la atención. Es cultural. De eso ya traté aquí.
Me encanta tener en casa la cinta de mis abuelos.
De caballos y hombres, aquí, refleja el protagonismo del caballo en la cultura islandesa. Asombra las conexiones con nuestra propia cultura.
Por cierto: montaoriu, piedra alta que ayuda a montar.
(2)
Mi abuelo paterno, que era americano, me decía que lo que a él más le gustaba era el corazón de las peras.
Es cierto que tiene un sabor excitante.
A mí una de las cosas que más me gustaba era pasar la lengua por la base de los pirulís.

Hemos comprado uno esta mañana en el quiosco que hay a la salida del túnel.
(3)
Me pregunta un conocido que qué le diría a una madre de preso etarra que está en una cárcel andaluza.
Le diría que su hijo tiene la oportunidad de romper con el (t)error y que, aunque le cueste, que no la desaproveche. No dudo que sea duro dar el paso pero seguro que no lo es más que lo que ha hecho para que lo encarcelaran. Le diría, también, que flaco favor hará a su hijo si va a verle de la mano de los que justifican lo que ha hecho.
Pero esto es lo que le diría yo.
Salíamos un domingo de casa la familia en coche. En unas horas volvía a Madrid. Salíamos a despedirme. No solía venir mucho a Santander porque no tenía dinero. Nos paró un policía desencajado y nos dijo que abandonáramos el coche y que echáramos a correr. Estábamos en la rotonda que hay entre las dos alamedas. Nada más salir del coche explotó un coche bomba enfrente de Ministerios, en la calle Vargas.
Esto es lo que le diría yo, decía.
No sé lo que le dirían los dos hermanos, compañeros míos de instituto, que se quedaron huérfanos porque a sus padres los mató una bomba que estalló en la rotonda de La Albericia.
En cualquier caso, la cadena perpetua no la merece nadie. Es algo que hay que corregir. Todo el mundo merece tener la oportunidad de corregir sus errores y mejorar. Ojalá se pueda dentro de poco.
(4)
El conocido de antes también me envía el enlace a un vídeo sobre torturas en País Vasco.
Sale una chica a la que entrevistan en la plaza de un pueblo. Se ve gente pasar por detrás, niños jugando. El escenario es perfecto: todo hace creer que se trata de una chica que no solo está en la plaza del pueblo, sino que está con el pueblo. Sale otro chico en una sala con un logo muy chulo de Etxerat. Si Chillida levantara la cabeza. Sale otro chico con cara de buena persona, que no dudo lo sea, con un primer plano cerradísimo. Este chico transmite especialmente bien. Lo que quiere. Sale otra chica en una especie de centro de estudios y es la que me parece que dice lo de que la policía entró en su casa una madrugada echando la puerta abajo y que ya eso ella lo consideraba tortura. No pude ver más. Dejé de chuparme el dedo y di al stop.
(5)
Mis abuelos maternos murieron hace muchos años. La que era su casa en Santander lleva mucho tiempo cerrada. En el balcón resisten una cinta y otra planta que no reconozco. De las plantas se ocupaba sobre todo mi abuelo.
Ayer fui con mi madre a coger un poco de cinta.

Me dijo que hay que meterla en agua para que salga. No se acordaba si había que meterla sin más o de si había que meterla boca abajo. Cogimos dos guías para poner una hacia arriba y otra hacia abajo y asegurar.
He metido las dos en un vaso de caramelo de los que trajimos de Colindres. No son transparentes, pero tampoco opacos. Así vemos si medran o no.

En la foto parece que estoy brindando, pero no. Es en casa. Lo que se ve es un casco de minero, un termómetro que quiere ser de mercurio (no acabamos de encontrar uno, así que hacemos con uno que se le parece) y algo que paso a explicar a continuación: Raquel y yo solemos ir a rebuscar en depósitos de cosas que traen las mareas, sobre todo para dar forma a sus colecciones de joyería (aquí). Una vez cogimos un corcho de corcho (ahora lo habitual es que sean de plástico) muy pulido por las corrientes. En casa lo empapamos en tinta y lo pasamos por una página de buen papel que nos había dado nuestro amigo Giuliano, de Art Papel. El resultado es lo que se ve en la foto.
Hice la foto ahí porque con fondo blanco se ve mejor. El caramelo no es opaco, como decía, pero casi. Se ve mal. Es como si dentro hubiera niebla que no se va.
Dice Xandru Fernández que la niebla huele a coliflor cocida, pero no en su blog, que enlazo aquí, sino en un libro suyo, no recuerdo cuál.
Cuando hice la foto olía a pan requemado.
La cocina es americana.
Cuando salga la cinta, la que está boca abajo o la otra, ojalá las dos, las plantaremos en un bote que hemos comprado hace un par de semanas en el rastro del túnel. Es un bote de esos de siempre, con flores pintadas. La tapa encaja en el culo del bote. El culo tiene varios agujeros. Es una lata que ya ha sido utilizada como maceta.

El cajigu que se ve en la foto está cogido en Carmona. No sé cómo le irá. Raquel dice que mal y yo que estamos en otoño.
- No, en invierno.
- ¿Tan rápido?
- Igual pasará.
En Cantabria cualquier bote sirve como maceta, incluso si está oxidado. Es algo que llama la atención. Es cultural. De eso ya traté aquí.
Me encanta tener en casa la cinta de mis abuelos.
sábado, 24 de enero de 2015
Murales de Jesús Otero y Xesús Vázquez en Santander, gentrificación (fase uno), derecha e izquierda en la calle Alta, acceso interior a bodega callaltera y antiguo escudo nobiliario en un banco del Sardinero
(1)


Murales del escultor Jesús Otero en un pasadizo de la calle Burgos de Santander.
Detalle:
Me recuerda al mural de Xesús Vázquez en el edificio que hace esquina en Lamarga que ya puse aquí y repito ahora:
Son varios los murales que merecen la pena en Santander.
Sale una ruta.
(2)
Proceso de gentrificación, fase uno: hacer que clame al cielo.


En la calle Alta de Santander.
(3)


Derecha e izquierda en un antiguo camino de la calle Alta de Santander.
(4)

Acceso interior, es decir, desde el portal, a la bodega de una vivienda en la calle Alta de Santander. La casa de Sotileza tenía un acceso interior, como éste, y otro exterior, en la actualidad tapiado.
Me dice un amigo que en el Barrio Pesquero de Santander los vecinos siguen llamando a las plantas bajas, bodegas.
(5)

Antiguo escudo nobiliario santanderino reutilizado como respaldo de un banco en el Sardinero tras el incendio del 41. Hay otros tirados en el jardín de acceso a la Biblioteca Municipal de Santander y otros muchos, tengo entendido, arrumbados en un almacén municipal, quizá compartiendo espacio con la escultura ecuestre de Franco.


Murales del escultor Jesús Otero en un pasadizo de la calle Burgos de Santander.
Detalle:
Me recuerda al mural de Xesús Vázquez en el edificio que hace esquina en Lamarga que ya puse aquí y repito ahora:
Son varios los murales que merecen la pena en Santander.
Sale una ruta.
(2)
Proceso de gentrificación, fase uno: hacer que clame al cielo.


En la calle Alta de Santander.
(3)


Derecha e izquierda en un antiguo camino de la calle Alta de Santander.
(4)

Acceso interior, es decir, desde el portal, a la bodega de una vivienda en la calle Alta de Santander. La casa de Sotileza tenía un acceso interior, como éste, y otro exterior, en la actualidad tapiado.
Me dice un amigo que en el Barrio Pesquero de Santander los vecinos siguen llamando a las plantas bajas, bodegas.
(5)

Antiguo escudo nobiliario santanderino reutilizado como respaldo de un banco en el Sardinero tras el incendio del 41. Hay otros tirados en el jardín de acceso a la Biblioteca Municipal de Santander y otros muchos, tengo entendido, arrumbados en un almacén municipal, quizá compartiendo espacio con la escultura ecuestre de Franco.
De libros con doble vida, el blog de nuestro alcalde, la rampla de Sotileza y la plazuca del Rampalay, mi fotocopiadora y la cadena perpetua, y el faro
(1)
El libro Historia de los salazoneros italianos en Cantabria publicado por la UC el año pasado ya fue publicado con un título muy parecido por la Consejería de Medio Ambiente, en época socialista. Ahora se vuelve a publicar, parecido, por otra institución. Eso es sacar rendimiento y lo demás, cuento.
(2)
El blog de Íñigo de la Serna, alcalde de Santander, tiene fondo negro.
Pues eso.
(3)
Me contaba el poeta y dramaturgo Isaac Cuende, nacido en la calle Limón del Cabildo, que siendo él un chaval no había semana que no se suicidara alguien en la Rampla de Sotileza.
Hoy la han dejado muy bonita.
El refugio antiaéreo de la rampla ni se nota, oye.
Me contaba también Isaac que en la plazuca del Rampalay, pegada a la iglesia de Santa Lucía, en Santander, ponían una mesa por la que iban desfilando las familias de los republicanos condenados. Era donde se rapaba a las mujeres. Era también donde se las obligaba a beber aceite de ricino. Si tenías mala suerte y se cebaban contigo porque tu marido era, por ejemplo sindicalista, tenías muchas posibilidades de recibir ración extra, la estipulada, y acabar muerta en alguna esquina, de camino a casa, barrida por dentro.
En la plazuela han puesto la escultura de un obispo que parece un cabezudo, oye. Qué feo. Tenemos que escribir una carta al director de El Diario Montañés. No se puede consentir, tú. A ver si se la cambian por otra de su tamaño.
(4)
La fotocopiadora de mi empleo es de autoservicio, que es una manera fina de decir de pago.
Es absurdo que sea de pago. El dinero recaudado es mínimo. Además, su gestión es problemática. A todo lo cual se suma que la tinta la paga la empresa proveedora. Si la dejáramos en abierto a nosotros no nos costaría nada, al contrario, sería un alivio. Entonces, ¿por qué? Que sea de pago es simplemente una barrera mental, es una forma de poner freno a las fotocopias incontroladas. A todos nos ha pasado: sentir la necesidad de fotocopiar todos los libros y todos los artículos del mundo. Si es de pago, te lo piensas dos veces. Si después de pensártelo dos veces sigues sintiendo tal necesidad, adelante: no te vas a volver pobre si fotocopias el mundo en nuestra fotocopiadora.
De todas formas, estoy revisando que sea de pago. Probablemente la acabe poniendo gratuita, al menos en prueba, a ver cómo responden los usuarios.
Lo anterior me sirve como vía de acceso alternativo al tema de la cadena perpetua: antes la reinserción era el concepto que confería, desde la cabeza, legitimidad a todo el sistema penitenciario. Sobre la reinserción pivotaba todo. Hacía la cárcel tolerable porque servía para algo, para algo bueno, positivo.
La cadena perpetua acaba con la referencialidad de la reinserción. Ahora todo el sistema penitenciario se ha venido abajo.
No sé si decir que ahora el sistema penitenciario no es que se haya venido abajo, a lo mejor lo que se ha caído es la careta, a lo mejor lo que ha pasado es que ha quedado en evidencia, que siempre fue lo que ahora se ha demostrado que es. No quiero pensar así.
(5)

Me contaba el otro día mi padre que sus abuelos, o sea, mis bisabuelos, tuvieron durante un tiempo un bar en El Alta, concretamente enfrente de los Salesianos, colegio que funcionó durante muchos años como cárcel.
Me contaba mi padre que su abuela le contaba a él cómo venían a primera hora de la mañana soldados temblando porque habían tirado hasta a veinte personas de una vez por el faro.
El periodista Aser Falagán, de El Diario Montañés, decía en uno de sus artículos que no es cierto que tiraran a gente por el faro, que es un mito. Ayer mismo dos amigos míos que tengo por bien informados me decían que puede que mi bisabuela no mintiera pero que probablemente sí que estuviera engañada. La memoria, que no es de fiar. Los historiadores no han podido demostrar que se tirara a nadie por el faro.
Ya.
El libro Historia de los salazoneros italianos en Cantabria publicado por la UC el año pasado ya fue publicado con un título muy parecido por la Consejería de Medio Ambiente, en época socialista. Ahora se vuelve a publicar, parecido, por otra institución. Eso es sacar rendimiento y lo demás, cuento.
(2)
El blog de Íñigo de la Serna, alcalde de Santander, tiene fondo negro.
Pues eso.
(3)
Me contaba el poeta y dramaturgo Isaac Cuende, nacido en la calle Limón del Cabildo, que siendo él un chaval no había semana que no se suicidara alguien en la Rampla de Sotileza.
Hoy la han dejado muy bonita.
El refugio antiaéreo de la rampla ni se nota, oye.
Me contaba también Isaac que en la plazuca del Rampalay, pegada a la iglesia de Santa Lucía, en Santander, ponían una mesa por la que iban desfilando las familias de los republicanos condenados. Era donde se rapaba a las mujeres. Era también donde se las obligaba a beber aceite de ricino. Si tenías mala suerte y se cebaban contigo porque tu marido era, por ejemplo sindicalista, tenías muchas posibilidades de recibir ración extra, la estipulada, y acabar muerta en alguna esquina, de camino a casa, barrida por dentro.
En la plazuela han puesto la escultura de un obispo que parece un cabezudo, oye. Qué feo. Tenemos que escribir una carta al director de El Diario Montañés. No se puede consentir, tú. A ver si se la cambian por otra de su tamaño.
(4)
La fotocopiadora de mi empleo es de autoservicio, que es una manera fina de decir de pago.
Es absurdo que sea de pago. El dinero recaudado es mínimo. Además, su gestión es problemática. A todo lo cual se suma que la tinta la paga la empresa proveedora. Si la dejáramos en abierto a nosotros no nos costaría nada, al contrario, sería un alivio. Entonces, ¿por qué? Que sea de pago es simplemente una barrera mental, es una forma de poner freno a las fotocopias incontroladas. A todos nos ha pasado: sentir la necesidad de fotocopiar todos los libros y todos los artículos del mundo. Si es de pago, te lo piensas dos veces. Si después de pensártelo dos veces sigues sintiendo tal necesidad, adelante: no te vas a volver pobre si fotocopias el mundo en nuestra fotocopiadora.
De todas formas, estoy revisando que sea de pago. Probablemente la acabe poniendo gratuita, al menos en prueba, a ver cómo responden los usuarios.
Lo anterior me sirve como vía de acceso alternativo al tema de la cadena perpetua: antes la reinserción era el concepto que confería, desde la cabeza, legitimidad a todo el sistema penitenciario. Sobre la reinserción pivotaba todo. Hacía la cárcel tolerable porque servía para algo, para algo bueno, positivo.
La cadena perpetua acaba con la referencialidad de la reinserción. Ahora todo el sistema penitenciario se ha venido abajo.
No sé si decir que ahora el sistema penitenciario no es que se haya venido abajo, a lo mejor lo que se ha caído es la careta, a lo mejor lo que ha pasado es que ha quedado en evidencia, que siempre fue lo que ahora se ha demostrado que es. No quiero pensar así.
(5)

Me contaba el otro día mi padre que sus abuelos, o sea, mis bisabuelos, tuvieron durante un tiempo un bar en El Alta, concretamente enfrente de los Salesianos, colegio que funcionó durante muchos años como cárcel.
Me contaba mi padre que su abuela le contaba a él cómo venían a primera hora de la mañana soldados temblando porque habían tirado hasta a veinte personas de una vez por el faro.
El periodista Aser Falagán, de El Diario Montañés, decía en uno de sus artículos que no es cierto que tiraran a gente por el faro, que es un mito. Ayer mismo dos amigos míos que tengo por bien informados me decían que puede que mi bisabuela no mintiera pero que probablemente sí que estuviera engañada. La memoria, que no es de fiar. Los historiadores no han podido demostrar que se tirara a nadie por el faro.
Ya.
viernes, 23 de enero de 2015
Gracias, Mariña
La periodista Mariña Álvarez de El Diario Montañés firma hoy un artículo sobre los pingües beneficios que traerá consigo el fracking que es un primor.
jueves, 22 de enero de 2015
Ratas
Siempre tuve para mí que las cárceles, dentro de lo malo, cumplían una función: ayudar a la reinserción. Si a un tipo que vive en un entorno duro y un día acaba, no sé, matando a alguien, bueno será que se le aparte unos años de su entorno para que él mismo, con ayuda, cambie el chip. Así dicho queda fatal, lo sé. Se me puede sacar toda la punta que se quiera.
Ya que estamos, entiendo la dispersión de los presos por delitos de terrorismo. Si poniendo a todos juntos no consigues nada, malo. Conseguir o no conseguir se mide por el grado de reinserción alcanzado. Y en este contexto, ¿qué se entiende por reinserción? Pues el llegar a darte cuenta de que meter dos tiros en la cabeza a un tío (un policía, un militar, un político, un empresario, el que sea) o poniendo una bomba en un supermercado, por ejemplo, es malo, se consiga con el atentado algo o no (por mucho que se consiga, que no lo sé, nunca compensa porque la degradación humana que provoca es total). La dispersión, en este caso, favorece la reinserción. No puedo entenderla como un castigo. Cierto es que yo ya me la encontré cocinada y encima de la mesa, como quien dice, y que me he tenido que esforzar para entenderla para bien. No puedo hacerlo de otra manera. Llamadme ingenuo.
Lo anterior puede llegar a tener un uso perverso. Meter a un tío cuarenta años o no quitarle los años de cárcel cumplidos en otros países me parece algo intolerable. O que pueda salir alguien pagando una fianza multimillonaria sin que tenga ni siquiera que fingir que reconoce haber cometido un delito, como está ocurriendo con muchos políticos corruptos.
Ahí está esa tensión.
O estaba.
Anoche pongo la tele y de buenas a primeras me entero de que en España se ha implantado la cadena perpetua.
¡¿Cómo?!
Ahora sí que no hay modo de justificar nada. Ahora sabemos que sí, que las cárceles se están empleando en este país como una forma ignominiosa de venganza. La reinserción no existe. La cadena perpetua en este país, le pongan el nombre que le pongan, es una vergüenza, es una atentado a todo, echa todo por tierra. España es un país de ratas. Nos han rebajado a ratas, a todos. Me siento fatal, chicos.
Ya que estamos, entiendo la dispersión de los presos por delitos de terrorismo. Si poniendo a todos juntos no consigues nada, malo. Conseguir o no conseguir se mide por el grado de reinserción alcanzado. Y en este contexto, ¿qué se entiende por reinserción? Pues el llegar a darte cuenta de que meter dos tiros en la cabeza a un tío (un policía, un militar, un político, un empresario, el que sea) o poniendo una bomba en un supermercado, por ejemplo, es malo, se consiga con el atentado algo o no (por mucho que se consiga, que no lo sé, nunca compensa porque la degradación humana que provoca es total). La dispersión, en este caso, favorece la reinserción. No puedo entenderla como un castigo. Cierto es que yo ya me la encontré cocinada y encima de la mesa, como quien dice, y que me he tenido que esforzar para entenderla para bien. No puedo hacerlo de otra manera. Llamadme ingenuo.
Lo anterior puede llegar a tener un uso perverso. Meter a un tío cuarenta años o no quitarle los años de cárcel cumplidos en otros países me parece algo intolerable. O que pueda salir alguien pagando una fianza multimillonaria sin que tenga ni siquiera que fingir que reconoce haber cometido un delito, como está ocurriendo con muchos políticos corruptos.
Ahí está esa tensión.
O estaba.
Anoche pongo la tele y de buenas a primeras me entero de que en España se ha implantado la cadena perpetua.
¡¿Cómo?!
Ahora sí que no hay modo de justificar nada. Ahora sabemos que sí, que las cárceles se están empleando en este país como una forma ignominiosa de venganza. La reinserción no existe. La cadena perpetua en este país, le pongan el nombre que le pongan, es una vergüenza, es una atentado a todo, echa todo por tierra. España es un país de ratas. Nos han rebajado a ratas, a todos. Me siento fatal, chicos.
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