lunes, 2 de marzo de 2015

Libro de disidente cubana, recuperación de pañuelo antiguo, advertencia del general Mola a vascos y cántabros, lipsanoteca y colores del escudo de Torrelavega

(1)

Tras hacer breve repaso de varias cuentas de twitter cántabras recomiendo la lectura de Todos se van de la novelista cubana Wendy Guerra.

Horrorizan los actos de repudio a las familias de los que se atreven a huir a Estados Unidos, el control férreo de la asistencia a las manifestaciones y mítines, el espionaje a que se ven sometidos, el paternalismo insultante de las autoridades, la grosería con la que los poderosos hacen y deshacen a su antojo, etc.

Disponible en la BCC.

(2)

Aquí hablaba de un pañuelo de color antiguo. La referencia completa copiada letra por letra es: "Un pañuelu color azul cielu anuchicíu con flurucas estampanás de cuando en cuando".

La foto del pañuelo:



(3)

Advertencia del general Mola a vascos y cántabros:



Se ve muy mal. El pasquín está en una vitrina del Museo Arqueológico de Bilbao. Aquí sería impensable.

(4)



Pie de altar. Siglos VIII-X. Iglesia de San Martín de Finaga (Basauri).

En su parte central lleva un orificio llamado lipsanoteca donde se guardaban las reliquias de los santos titulares del templo. Pongo foto de detalle:



Raquel me hizo ver el parecido con los carriles que aparecen en algunas balaustradas de casas montañesas utilizados para poner las monedas de oro al sol y evitar así "que las tome el color" (aunque el oro, a diferencia de la plata o cobre, no puede cambiar de color).

(5)

El escudo actual de Torrelavega presenta franjas rojas y verdes. Durante la Dictadura las franjas eran amarillas y verdes. Durante la República rojas y verdes (de donde se tomaron los colores del actual escudo). Pero, ¿y antes? ¿Qué colores habría antes de la República, caso de haberlos?

En las vidrieras del Salón Noble de la Biblioteca Marquesa de Pelayo (Hospital Valdecilla) aparece representado el escudo de Torrelavega con franjas blancas y rojas. Esta vidriera es del año 1929 o un poco anterior, es decir, de cuando la Dictadura de Primo de Rivera. No creo que haya ningún otro testimonio a color más antiguo que éste. Yo no me había fijado. Le debo el descubrimiento a Rafael Pérez Llano.


jueves, 26 de febrero de 2015

Diálogo imaginario 1: El burka

Ella.- El otro día vi pasar a una chica tapada entera.
Él.- Porque llovía.
Ella.- No, musulmana.
Él.- ¿Con burka?
Ella.- Los ojos sí que se le veían.
Él.- Entonces no lo era.
Ella.- ¿Musulmana?
Él.- No, digo que si se le veían los ojos no era un burka.
Ella.- Pero se le veían solo un poco, como por una rendija.
Él.- Los burkas llevan rejilla.
Ella.- Pues ésta rendija.
Él.- ¿Y los llevaba pintados o cómo?
Ella.- ¿Los ojos?
Él.- Sí.
Ella.- No lo sé. Pero sí me parecieron muy oscuros.
Él.- Eso es porque se echan una pintura que lleva mercurio. Se les queda apelmazada en los ojos.
Ella.- O porque los tenía oscuros.
Él.- También.
Ella.- Eso es lo de menos.
Él.- Ya, imagino que te impresionó verla.
Ella.- Sí. Llovía. Llevaba la tela pegada al cuerpo. Le costaba moverse. Imagino que hasta respirar. Es inhumano.
Él.- Habría que prohibirlo.
Ella.- Pero por otra parte por qué.
Él.- ¿Cómo que por qué?
Ella.- Sí, ¿por qué prohibirlo? Es su cultura. Nuestras madres se casaban con velo. Las monjas, las monjas ya sabemos qué. Todavía hoy las beatas se lo ponen para ir a misa. Hasta en las comuniones, las crías. ¿Por qué les vamos a impedir a ellas nada?
Él.- Toda forma cultural que atente contra la libertad individual debería erradicarse.
Ella.- ¿Y qué es lo que atenta contra la libertad? ¿Si la chica del burka quiere llevarlo, qué? ¿No es libre de hacerlo?
Él.- La libertad no es solo suya. Es patrimonio de todos. Y hay que cuidarla.
Ella.- Me quedo fría.
Él.- Lo que digo es que el Estado debe asegurar un mínimo común denominador de derechos y libertades a todos sus ciudadanos, incluso en contra del parecer de los propios ciudadanos. Y el burka atenta contra esos derechos y libertades.
Ella.- No importa lo que una ciudadana concreta, una ciudadana musulmana, crea o quiera.
Él.- No, no importa.
Ella.- ¿Y cómo es eso?
Él.- Si esa ciudadana quiere ser libre atentando contra la noción de libertad que blinda el Estado, no, no puede.
Ella.- Estamos hablando de un Estado occidental, es decir, de un Estado entendido en clave europea.
Él.- Lo mismo que la libertad. Pero que el Estado y la libertad hayan nacido en Europa no significa que sean menos universales. Al contrario, nacieron en Europa para el mundo.
Ella.- Para el mundo entendido en clave europea. A eso se le llama eurocentrismo.
Él.- No, de Europa para el mundo habitado por seres humanos.
Ella.- Para los seres humanos que responden a la noción de ser humano que acuña Europa, querrás decir. La Revolución Francesa, para ser más exactos.
Él.- El acercamiento al ser humano de Europa es una construcción, sí, pero el ser humano no.
Ella.- El ser humano no pero la noción de ser humano sí.
Él.- Eso es.
Ella.- ¿Y no crees que esa noción de ser humano tiene mucho de interesada?
Él.- Visto así, sí.
Ella.- ¿Entonces? ¿Por qué no van a poder los musulmanes adaptar esa interpretación del ser humano, incluso ir directamente a lo que es el ser humano y crear ellos su propia noción?
Él.- Claro que pueden, pero sin faltar.
Ella.- A quien, ¿a los europeos?
Él.- No, al ser humano. El ser humano, fuera de interpretaciones, es. Eso, lo que sea eso, es lo que hay que respetar.
Ella.- ¿Y qué se supone que es eso? ¿Qué es lo que constituye al ser humano? Y no me digas que la libertad porque entraríamos en bucle: incluso si admitiera que la libertad es y que es algo constitutivo del ser humano, no dejaría de ser cierto que la libertad además de ser es lo que resulta cuando la interpretamos, por ejemplo en clave europea y, por qué no, musulmana.
Él.- Más que la libertad a secas, lo que nos constituye es la libertad para elegir.
Ella.- O sea, que la libertad no radica en el ser humano, sino en el abanico de opciones que manejamos.
Él. Eso es.
Ella.- Y ese abanico entiendo que es social.
Él.- Aquí es donde entra el Estado.
Ella.- Y el Estado, ¿qué es?
Él.- El Estado es pura interpretación. Solo es cuando nos acercamos a él.
Ella.- Es un sinsentido, ¿no? ¿Cómo puede ser algo que solo existe si nos acercamos a él? Tendrá que haber algo a lo que acercarse, ¿no?
Él.- Sí, una ilusión. Una ilusión que une. Esa unión es el Estado.
Ella.- O sea, una meta inalcanzable.
Él.- Una ilusión por estar juntos.
Ella.- Una zanahoria... atada a un palo.
Él.- A veces sí. Tú no puedes pedir a una mujer que decida entre ponerse un burka y desaparecer o no ponérselo. No te digo ya obligarla. Pero aunque no la obligue el marido, aunque decida ponérselo, no es justo que pueda decidir ponérselo. Esa elección no debería existir. El Estado no puede permitir que esa elección exista.
Ella.- Lo que pasa es que para ti es más importante lo que las personas puedan elegir que la propia capacidad de elección de las personas.
Él.- Lo que sé es que aunque solo sea por egoísmo yo no puedo ir por la calle tachando gente: esta chica va con burka, la tacho. Aquí nos necesitamos todos. No podemos tener a gente desaparecida a nuestro alrededor.
Ella- ¿Ni aunque quiera?
Él.- No sería justo, no.
Ella.- A lo mejor es por eso, porque no puede, que se queda en casa, sin salir. Si fuéramos más tolerantes, a lo mejor si nuestra noción europea de libertad fuera más flexible, o si fuera compatible con otra, por ejemplo musulmana, ellas podrían sentirse más tranquilas y salir a la calle sin tanto cuidado.
Él.- Cualquier noción de libertad verdaderamente humana impediría que se pueda tomar la decisión de desaparecer. Pero creo que la pelea no es esa. Creo que por lo que tendríamos que luchar es por tener todos las mismas oportunidades para cumplirnos como personas y si hay entre nosotros personas impedidas por una tela, mal empezamos, empezamos con desigualdades y no puede ser.
Ella.- Si todo quedara en una tela. Como si los hijos de los ricos tuvieran las mismas oportunidades que nosotros.
Él.- Ellos van adelantados, sí.
Ella.- Pues a correr. Venga, termínate el café y vamos.
Él.- ¿Ha dejado de llover?
Ella.- ¿Y qué más da?
Él.- Venga, dale.
Ella.- ¿Cogiste el carrito?

SALEN DEL BAR

miércoles, 25 de febrero de 2015

Quemas

Los incendios controlados se llaman entre nosotros quemas. Las quemas tienen su encaje en un sistema tradicional de gestión del territorio perfectamente sostenible que acumula mil años de experiencia (el actual modelo territorial del occidente cántabro se consolida en torno al año 1000). La mejor prueba de su sostenibilidad son los montes que nos ha dejado como legado. Las quemas no las practican "los cavernícolas de los pueblos" sino los vecinos, y vecinos que están perfectamente integrados en su entorno.

Nuestras autoridades autistas no entienden la lógica de las quemas. Es por eso que las persiguen de forma activa. Los paisanos las siguen practicando, pero ahora sin control por miedo a ser detenidos y multados. El resultado es un desastre, para todos. El año pasado los vecinos del Ayto. de Los Tojos, por ejemplo, fueron castigados a no echar el ganado al monte durante varios años por practicar quemas (descontroladas por miedo). Esta medida abiertamente represora ha significado, ojalá me equivoque, el puntillazo a la ganadería extensiva en el alto Saja (+ otoño de 2014).

La administración tenía primero que haber estudiado la realidad y luego no digo ya adaptarse a ella, que sería lo deseable, sino buscar un punto de encuentro con ella. Hubiera bastado solo con eso para evitar el conflicto. Lejos de hacerlo así, con cabeza, lo que han hecho ha sido tomar una determinación (tomada en un despacho de Madrid) y obligar a aplicarla, valiéndose para ello incluso de la violencia (ejercida por las autoridades competentes).

Hoy publica la prensa nacional un artículo sobre la última reforma de la Ley de Montes (con fecha de 9 de febrero). Lo podéis leer aquí. Resulta que ahora no es necesario esperar 30 años para recalificar un terreno quemado y construir en él. Nuestros montes ahora sí que sí se van a convertir en hogueras. ¿La culpa? De los cavernícolas, por supuesto, de quién si no. Pero de los cavernícolas de los despachos.

lunes, 23 de febrero de 2015

Casas montañesas iluminadas

Situaos en el portal de una casa montañesa mirando hacia la fachada: la puerta está flanqueada por dos ventanas.

La de la derecha es la ventana de un cuartu que en origen era el cuartu del portal y que hoy es un cuartu al que se accede desde el patiu o astragal (que es lo que queda del portal cuando la casa crece, se adelanta la fachada y el portal se cierra parcialmente, quedando el antiguo cuartu del portal dentro).

La ventana de la izquierda, por su parte, no está hecha para mirar de dentro hacia afuera. De hecho, no está hecha para mirar, sino para ver. La ventana de la izquierda se abre para iluminar la escalera. Esta ventana, su luz, la lógica que subyace en ella, es una de las claves de la arquitectura montañesa. Cada día lo veo más claro.

Las casas montañesas son muy luminosas. Es cierto que más lo serían si se abrieran al hastial, como los caseríos vascos, es decir, si no tuvieran la fachada en uno de los muros cortos, pero este aparente problema, provocado por el sometimiento de la arquitectura al urbanismo, por el del individuo o familia a la colectividad en nuestras aldeas (como en Japón y allí nadie habla de represión de la individualidad, o sí, pero dado el éxito del estilo de vida nipón se pasa por alto), no lo es tanto, este aparente problema, decía, si consideramos el diálogo que entablan casa y luz (no digo sol porque aquí, entre nosotros, hablar de sol es ponerse pedante). La casa como caja de luz. Esta ventana hecha para ver y no para mirar es clave, como decía.

No sustenta nada, la luz, pero lo condiciona todo. Qué manera es ésta de estar. Qué arquitectura es ésta.

De la luz en nuestras casas y de su vínculo más estrecho con nosotros, los espejos, de la necesidad de estudiar ambos elementos, ya he hablado aquí en otras ocasiones.

domingo, 22 de febrero de 2015

Monedas de oro al sol, Raúl Molleda en Enfocant, pájaros que no pían, santos de arena y la espurriera y el verbo aturriar

(1)

Me dice un amigo cabuérnigo que en las balaustradas de muchos balcones hay labrados una especie de carriles para poner en ellos las monedas de oro al sol y "que no les tome el color" (la plata o el cobre sí puede oscurecer, pero el oro no).

Por cierto, al as de oros de la baraja se le llama la borona por el parecido.

(2)

Raúl Molleda comienza a escribir relatos en cántabru en Enfocant. Primer texto, aquí. Es una muy buena noticia para todos. Habrá que seguirle.

(3)

Los pájaros se refugian en los rincones cuando hace mucho frío. Las mujeres los recogen de camino a misa. En la iglesia, con el calor, despiertan y rompen a cantar.

Un día el cura pidió a las mujeres que tuvieran pájaros en el regazo que se marcharan para no molestar. Fueron muchas las que se levantaron. A las que se quedaron el cura les preguntó que qué era, si es que ellas no tenían pájaro o qué, a lo que respondieron que sí, pero que a ellas ya no les piaba.

En Cabuérniga.

(4)

Una señora limpió una pared y resulta que se llevó un santucu entre la hiedra arrancada (la hiedra es aráu y el arado, aladru). Lo tuvo mucho tiempo hasta que un buen día le dio de tampanazos (hasta que lo picó) para hacer arena (era de arena blancu) con la que fregar el suelo.

En Cabuérniga.

Real.

(5)

En mi casa siempre se utilizó el sustantivo espurriera para designar el malestar que te adviene cuando te entra la gripe. Es probable provenga del latín ESPORRIGERE, como el verbo espurrir, estirar. Es cierto que cuando te empieza a subir la fiebre te entran ganas de estirarte. Luego ya te quedas baldado.

Ayer escuché en Cabuérniga un verbo con significado parecido: aturriar. No sé más de él.

Diferencia entre solana y balcón, eurucos purriegos, joyas y zamarrones, ritos de fertilización, mujeres cabuérnigas disfrazadas y las comparsas purriegas como género poético de tradición oral... escrito y leído

(1)





Las dos casas de arriba están en Cabezón de la Sal. El sábado es día de mercado. Es cuando tomamos las fotos. En la segunda se ven los tenderetes. Las pongo aquí para remarcar la diferencia que hay entre balcón y solana. El balcón está en la fachada y la solana en el lateral, generalmente asociada al cuarto "de prestigio" que asoma a la sala, ésta sí, con acceso al balcón. Tanto solana como balcón pueden cerrarse con cristal, dando lugar a galerías.

En la foto de abajo el cuarto "de prestigio" o de la sala no tiene solana pero sí antepechu, un paso previo. La casa está en Puentenansa.



(2)





Billetes repartidos por un señor disfrazo de Bárcenas en el Carnaval de Polaciones. El señor, según supe, vivía en Bilbao. Vio el billete un amigo cabuérnigo y se echó las manos a la cabeza: "¿Y esi plural en /-us/, de ónde salió?"

Me gusta que un paisano vea como una locura que alguien diga "eurucus" en lugar de "eurucos". Es señal de que la lengua patrimonial sigue viva, que todavía puede sancionar. Que siga viva es la única manera de que la versión estándar crezca con fuerza. Pues es en el constante peloteo, en el toma y daca, que el estándar se ha de construir. Y el estándar, lo sabemos todos, lo admitamos o no, es la única esperanza de vida del montañés.

(3)

Los zamarrones del Carnaval de Polaciones llevaban encima todo lo elegante que había en casa, incluidas joyas. En la actualidad los trajes los paga la Fundación Botín. Son de una calidad excepcional. El hecho de tomar ahora de un banco lo que salía antes de las casas no deja de ser sintomático. En este blog estamos siempre a vueltas con la actualización de la tradición como estrategia de supervivencia (lo que no cambia, muere, como en la naturaleza). No hay mejor ejemplo, y más crudo, que éste.



Las joyas se prenden a los sombreros. Suenan:


Los zamarrones empapan a las mujeres con los zamárganos. Solo a ellas. Dicen los propios zamarrones que es bueno. Imagino que tenga que ver con antiguos ritos de fertilización. O simplemente que los que se disfrazaban eran los hombres y mojar a las mujeres era una forma de integrarlas, de acercarse a ellas.





(4)

En relación con los disfraces y las mujeres:

En Cabuérniga hay dos momentos clave, que son: la subida del ganado al puerto y la bajada. He presenciado dos bajadas. En las dos las vacas llevaban pancartas entre los cuernos con textos de elogio a sus dueños. Se trata de un soporte textual impresionante. No conservo ninguna foto. En mis dos veces había una persona disfrazada que acompañaba a pastores y vacas. Se dedicaba a hacer faenas a la gente, a hacer burlas, etc. Apenas hablaba para que no se supiera quién era, pero era una mujer, eso seguro. No sé si seguirá saliendo esta mujer disfrazada; de hecho no sé si se seguirá celebrando esta fiesta o si tan siquiera quedan vacas en los puertos, tal y como está el país.

(5)

Y hablando de soportes textuales, pongo una foto en la que se puede comprobar que las comparsas de Polaciones son de realización oral, pero de base escrita. No es una creación oral pura (lo que quiera que signifique pura). No sé si se compondrán por escrito o si se compondrán de forma oral y si es así, en qué momento y por qué se pasan al papel.



Las fotos del Carnaval de Polaciones están tomadas este sábado. Vi a Diegu S. G. con un grupo de amigos. ¡Diegu, que el de las bolas de nieve era yo!

Comodones, Rozalén, Callicéu en Polaciones, marcadores de cualidad y un nuevo color antiguo

(1)

Cuánto más fácil decir "vaca" que "tretabick".

(2)

Rozalén es un monte mítico para los cabuérnigos.

Hay un poemario muy bueno de Raquel Serdio, autora de Valle, titulado Cuaderno de Rozalén. Lo recomiendo. No sé si estará en alguna biblioteca pública. En la de la Fundación Barcenillas no preguntéis.

Lo de "roza-" está claro, pero no había caído en la cuenta de la posible relación de "-len" con el latín LENNEM, "suave", que explica, por ejemplo, Picu Llen, en Peña Cabarga, del que len o llen, ladera muy pindia / pendia o empinada (a mi amigo Hugo la palabra empinada le parece malsonante).

Que el latín LENNEM de lugar a una palabra montañesa de significado opuesto al original (de suave a empinado) es llamativo pero no es cosa nueva. Pasa algo parecido con el verbo hispir. En mi casa se utiliza para ahuecar la almohada o para despegarse el pelo cuando te levantas, pero, creo recordar, su étimo latino, que ahora no me viene a la memoria, quiere decir todo lo contrario: "apaciguar" o algo parecido. Estas evoluciones etimológicas a la inversa son muy interesantes.

(3)

Ayer, a un purriegu: Callicéu, pueblo de Polaciones que oficialmente es Callecedo. La raíz "calli-", ¿a qué responde? Quizá provenga del latín CALIX, -ICIS, "cauce". La forma purriega estaría más cerca del étimo latino que la castellana. Difícilmente se podría argumentar que la forma purriega deriva de la castellana o que es castellano mal hablado.

El sufijo parece un abundancial que generalmente se relaciona con el mundo vegetal, como "Fresnea", en femenino.

(4)

Un amigo cabuérnigo: trencu a una trenca partida. De nuevo el masculino reservado para lo que es considerado comparativamente peor que lo femenino, como en botella / botellu o mesa / mesu.

Esta diferenciación puede ir un poco más allá: en el Nansa el canal es el que recorre la ladera de los montes captando de manera ilegal el agua que corre por ellos y la canal es cualquiera natural. Cuando la canal es grande pasa a ser una canalona.

(5)

Una mujer cabuérniga de hace mucho decía que a ella lo que le gustaba eran los pañuelos color "azul cielu anochicíu", que es un azul que tira a morado, como el de los tuaregs.

jueves, 19 de febrero de 2015

Flores en las cunetas

Comentaba a unos amigos esta mañana por correo electrónico que he sabido hace poco que tengo a un familiar en una cuneta. Está en el Nansa. Ya apenas nadie le recuerda en la familia, por no decir nadie, apenas una tía mía que creo es, o era, su sobrina, aunque tampoco lo puedo asegurar. Si flojos están nuestros lazos familiares más lo están los políticos: primero porque yo no sé ni lo que soy y segundo porque él ya no está para contarnos qué se consideraba, si de izquierdas, de derechas o qué. Se supone que era de izquierdas, pero puede que solo por el interés que tenía la persona que me lo contó de epatar, creyendo que yo era de izquierdas. Parece que en Tudanca no, pero un poco más abajo los de izquierdas cometieron bastantes tropelías, así que tampoco sería tan descabellado que fuera de derechas y que acabara en una cuneta con una bala zurda en la cabeza. No lo sé. Lo cierto es que si no sabemos de él seguro no pudo ser franquista, porque los franquistas muertos al otro lado de las líneas fueron todos ensalzados como héroes (el nombre de este familiar mío no aparece en ninguna placa de los caídos por Dios y por España). Quizá sí lo fuera pero lo que pasa es que tampoco se acordó nadie de él entonces.

Mi vínculo con él podría ser antes político, aun sin saber siquiera cuál era su ideología (o quizá precisamente por eso), que familiar, fijaos cómo están las cosas.

Decía a mis amigos que a los asesinados en las cunetas les cubren dos tipos de olvido: el natural y el condicionado. El natural porque muchos, de tan jóvenes, no dejaron a nadie que los recordara hoy y los que había cuando ellos vivían ya murieron hace mucho. El condicionado porque sus familiares actuales, muchos lejanos, como es mi caso, si es que queda alguno, no se sienten o no nos sentimos obligados a rescatar su memoria, sus huesos. El primer punto tiene mala solución. Si no tienes a nadie que te recuerde difícilmente te van a recordar. El segundo es más preocupante. Lo es por lo que tiene de perverso. La única explicación que se me ocurre es una pregunta, que además no es mía, y es: ¿quién marca el marco?, que dice uno de mis amigos. O quién dicta la moda, que traduzco yo. El Estado fija un marco en que estos asesinatos no tienen cabida. Dice el otro amigo, menos mal que solo son dos, que la derecha en este país se autoamnistió. No van a ser tan tontos de sacar sus muertos, los que provocaron, quiero decir, a relucir. Lógico es que los desactiven. Ése es el marco que yo he heredado. Un marco que cuando te detienes en una cuneta te hace reparar en lo bonitas que son las flores, no en lo que está sirviendo de abono a esas flores. Un marco que desactiva los muertos de las cunetas, no vaya a ser que exploten. Y menos que lo hagan al paso de un coche oficial. El Estado no va a mover ficha en este tema si la sociedad no presiona. Pero la sociedad no va a presionar. Estamos mirando para otro lado. Para donde nos deja el marco.

(Salgo)

Parece todo demasiado complicado.

Y quizá lo sea.

Puede que lo único que pase es que la gente no tiene ganas de meterse en líos.

Y que quien se mete es por algo.

Por sentirse mejor, quizá.

Quien lo necesite.

¿Y quién no?

(Vuelvo)

Si el marco fuera otro estoy seguro que yo, en lugar de sentirme ajeno a este familiar, lo sentiría mío, bien porque los lazos familiares o políticos cobrarían otro valor, un nuevo valor que acortaría distancias entre nosotros, o bien porque aparecerían nuevos factores en consideración, otros vínculos que hoy no acierto ni a imaginar... porque no caben en las coordenadas que tengo en la cabeza (o que me han metido o que yo he aceptado de forma acrítica). Estoy seguro de que si el marco fuera otro yo me sentiría obligado e incluso orgulloso de ir al rescate de los restos de mi familiar.

(Salgo)

No me gusta Matrix. No creo que haya una realidad que nos sea hurtada con mentiras porque no creo que la realidad sea distinta a un sueño ontológico del que nadie puede escapar. Los que reclaman que despertemos, que los muertos siguen en las cunetas, que la culpa la tiene no sé quién no es que estén despiertos, es que viven un sueño ligeramente distinto al nuestro.

(Vuelvo a salir sin haber regresado de donde estaba)

Dejadles que pierdan la guerra como sabían que la iban a perder si la perdían, joder.

Un poco de respeto.

(Regreso al principio)

Tengo a un familiar en una cuneta.

(Recapitulo)

Eso es lo único que no tiene vuelta de hoja.

(Vídeo)



Es una pieza de un documental grabado en Siria. El documental está compuesto por piezas grabadas por los propios sirios. En la pieza que he seleccionado varios vecinos se juegan la vida por un cadáver. Lo hacen porque lo respetan. Lo hacen porque se respetan.

(Conclusión)

Qué tanto Matrix ni qué hostias.

lunes, 16 de febrero de 2015

Archivu del blog