Ena nochi d´ahier, n´asomándomos a la galiría de mí casa, qu´está junta la biblioteca municipal de Santander (que no de menéndez pelayo -Pablo, si me léis, va por tí-), vimos a un perrón blancu cumo la flor de la patata, col rabu ente las patas, ulfatiando al pie de los conteneores de basura a buscu de cumía. Qué raru, un perru a la balda, diz Raque. No es lo normal, no, y menos ena ciudá. No lleva collar, apunta. Esti perru está abaldonáu, conclúi Raque. Saca un filete del frigu, arrinca un cachu y se lo tira dende riba mientras yo llamo a la pulicía local de Santander.
- Hay un perru abaldonáu ena calle. No tien correa.
- ¿Es de raza? - la voz del pulicía.
- ¿De raza? No lo sé. Es blancu. No sé si eso val. Blancu y col rabu ente las patas, aunque esto últimu cudo que puei ser porque está asustáu.
- O.K., gracias. Si podemos ya pasaremos.
Colgó.
Vivu junta la biblioteca municipal de Santander, que no es la de menéndez pelayo, aunque está al láu. No me dio tiempu a dicíselo al quiríu pulicía municipal de Santander.
sábado, 29 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivu del blog
-
►
2024
(450)
- ► septiembre (36)
-
►
2023
(539)
- ► septiembre (37)
-
►
2022
(470)
- ► septiembre (34)
-
►
2021
(491)
- ► septiembre (47)
-
►
2020
(430)
- ► septiembre (39)
-
►
2019
(496)
- ► septiembre (52)
-
►
2018
(445)
- ► septiembre (43)
-
►
2017
(405)
- ► septiembre (24)
-
►
2016
(274)
- ► septiembre (25)
-
►
2015
(331)
- ► septiembre (15)
-
►
2014
(220)
- ► septiembre (14)
-
►
2013
(445)
- ► septiembre (20)
-
►
2012
(183)
- ► septiembre (23)
-
►
2010
(220)
- ► septiembre (30)
-
►
2009
(199)
- ► septiembre (18)
-
►
2008
(103)
- ► septiembre (23)
No hay comentarios:
Publicar un comentario