(1)
L´Oliu, o Isla del Óleo, en castellano, antigua isla que fue sumida por el crecimiento urbanístico de Santander, actual solar de El Corte Inglés y alrededores, procede del latín ORA, “orilla, canto, margen” y también “orilla de la tierra y el agua, ribera, costa”, y más concretamente de un supuesto adjetivo *ORICUS, en opinión de Fernando Álvarez-Balbuena García.
(2)
En todo el occidente cántabro, al menos, abundan los chorcos, callejos o trampas para lobos. Encima de Selores hay uno impresionante. Se debería recuperar. Tengo noticias de otro en el Monte Corona, tan cerca de la costa. Son muy abundantes, como decía. He estado preguntando por Cabuérniga y ya nadie recuerda que se utilizaran. En las ordenanzas de Pesués, del s. XVII, leemos: "ordenamos y queremos se hagan las montas que dispusiese el ayuntamiento de este valle, generalmente para correr los lobos que parecieren en los términos de él y cazarlos en el callejo que tienen en Helgueras y San Pedro y especialmente en los meses de abril y mayo, aunque no haya montería general el regidor juntará a los vecinos y con ellos y su acuerdo correrá sus montes y castigará al omiso en sesenta maravedís". En torno al año mil seiscientos y pico, entonces, los callejos estaban en uso.
(3)
En las ordenanzas de las juntas vecinales de Cosío y Rozadío, año 1870, artículo 16, leemos: "Siempre que cualquier vecino se le quemase una casa de habitación o invernal los vecinos serán obligados a juntarse y hacer la madera y conducirla, así como la teja si la tuviese, y si el vecino a quien esto sucediere, fuera, a juicio del concejo, pobre, tal que no pudiera arrimarla a su costa, los vecinos serán obligados a hacerlo a costa del concejo". Dos puntos interesantes: el primero, la distinción entre "invernal" y "casa de habitación" (me parece que quien escribió este artículo consideraba que no podía haber vivienda sin cuartu, fuera en el portal, en la sala o donde fuera, es decir, que una casa sin cuartu, como las llanas originales, no podía tener la consideración de vivienda, sino ya, a estas alturas, solo la de establo); el segundo, la puerta que deja abierta a que el tejado no tuviese teja. ¿Si no tenía teja, qué tenía? No lo sabemos. Cuatro posibilidades: lastra, como entre pasiegos (improbable); tapines o céspedes, como en algunos chozos de pastor; escoba, como en las pallozas o algunos chozos de pastor lebaniegos; tablillas, como en algunas construcciones pirenaicas y como, al parecer, en algunos hórreos asturianos, que tendrían escondido el techado de madera original bajo tejas posteriores.
La techumbre previa a las tejas, un misterio. Sabemos que en el norte la teja no se popularizó hasta el s. XV. ¿Qué había antes?
(4)
Barco en Santillana del Mar.
(5)
Escudo de madera en Carranceja. No conozco otro.
(6)
Ya comentamos en una entrada anterior que el asentamiento típicamente visigodo es: varios núcleos ligados por vínculos familiares ("gentilidades", aunque no me gusta nada este término) organizados en torno a un cementerio central (la unidad "valle" es clave). Estos núcleos funcionarían como imanes para los campesinos del entorno, que no sabemos cómo estarían organizados de forma previa (el origen de las aldeas, porque es de eso de lo que estamos hablando, del nacimiento de las aldeas, se data en torno al s. VIII). Lo podemos ver en Cabuérniga (el centro sería Terán, donde hay, efectivamente, una necrópolis visigoda debajo del cementerio actual). Algo parecido se detecta en el municipio de Cabezón de la Sal. Imagino que haya otros muchos casos en Cantabria. Curiosamente, todavía hoy es el día en que se da por hecho que los visigodos no pisaron Cantabria.
Es una teoría bastante envalentonada, pero reconoceréis que plausible. Estamos hablando del origen del feudalismo, ni más ni menos.
Estos núcleos estarían organizados a su vez en barrios. El germen de estos barrios sería una casa fuerte, una casa matriz. Esta casa estaría envuelta en una pléyade de unidades de producción, como huertos, hórreos, socarrenas, etc. La familia crece y se suman casas en los laterales. Los barrios en hilera son fruto de este proceso.
Periedo, en Cabezón de la Sal, presenta un urbanismo muy antiguo. Aquí se puede apreciar una configuración claramente alveolar, orgánica, que confirmaría lo dicho en el anterior párrafo. Es un pueblo que quedó al margen de las principales vías de comunicación, y no evolucionó. Las casas matrices siguen siendo tales. Pongo foto de casa con portalá y corralá. Dentro, huerto con su correspondiente acceso (portaliega) y socarrena, aunque no se vea en la foto. En torno a cada casa gira un entramado de piezas que componen un puzle productivo muy complejo. La lógica no sería muy distinta hace mil trescientos años.
No obstante, este modelo, que es el comúnmente aceptado (en Cantabria se lo debemos al arquitecto Eduardo Ruiz de la Riva), se contradice con una realidad que hemos detectado en, al menos, Lamiña y Terán: la existencia de barrios en hilera que han aparecido de una sola vez, hileras levantadas de un solo tirón. Ya he puesto fotos de una de las dos que hay en Terán (puede que haya más). Pongo ahora fotos de una que hay en Lamiña (en este pueblo hay al menos una hilera más de estas características). Esta hilera se encuentra nada más entrar al pueblo a mano izquierda. La habré visto mil veces, pero no me había fijado hasta este fin de semana (hasta que he aprendido a mirar). Están todas las casas cosidas unas a otras. ¿Quién las puso en pie, quién tomó la decisión? ¿Fue un cabeza de familia extensa, fue un señor, fue una colectividad de forma mancomunada? ¿Qué había antes de la piedra traída en el s. XV? ¿Había ya piedra antes? ¿Qué había antes?
Personalmente, creo que estamos ante un modelo particular (me da reparo decir autóctono) de longhouse, nada raro en un contexto atlántico como el nuestro.
Esta hilera de Lamiña presenta una particularidad que la hace especialmente interesante, y es que hacia el centro (la hilera dibuja una comba para captar mejor el sol, una prueba más de su concepción unitaria) hay una antigua casa llana recrecida, en la actualidad establo. Este recrecimiento antiguo no ha llegado a alcanzar la altura del pecho de paloma, es decir, se ha quedado en el arranque de los esquinales, como se puede apreciar en la foto. Esta casa es clave. Gracias a ella sabemos que las que muchas veces consideramos casas matrices, las más grandes, no son las primeras y en su origen únicas, sino que simplemente son casas que nacieron iguales al resto de la hilera pero que, por motivos que desconocemos, crecieron, haciéndose más fuertes que sus casas hermanas. En otras palabras, hasta la fecha cuando veíamos una hilera tendíamos a identificar la más potente como la primera, la casa matriz, la casa a la que fueron adosando otras a medida que la familia crecía, pero ahora, gracias a las evidencias que vamos acumulando en Cabuérniga, sabemos que estas casas notables son en origen iguales a las demás. Es un cambio de paradigma. O no. Realmente el modelo de crecimiento alveolar existe, como demuestra Periedo. Pero tenemos que buscar el encaje de este modelo tradicional con el que estamos descubriendo poco a poco, el de las longhouses cabuérnigas.
Como en Terán, es la casa del extremo la que suma un cuartu al portal, lógico por ubicación. Este cuartu ya sabemos que es el mejor considerado de la casa. Al principio pensábamos que porque significaba un primer grado de segregación entre personas y animales (en el contexto de la casa), pero ahora estamos en disposición de apuntar la posibilidad de una valoración extra en razón de su ubicación, pues solo podía darse en dos de las casas de la hilera, las de los extremos, que pasarían a ser las más deseadas (en el contexto de la hilera). Tener cuartu del portal, la posibilidad de tenerlo, es tener la mejor casa de la hilera. No es más que una teoría.
(7)
En Periedo hay un hórreo. Las fotos están hechas desde el exterior. Está muy modificado. Es el único que queda en muchos kms. a la redonda. Dos ideas: la primera, que por la forma podría ser una panera (no lo creo) o un hórreo que rompa el modelo asturiano de a cuatro aguas, el modelo previsible (un bombazo); la segunda, que este hórreo, el modo como se ha integrado en la casa, me recuerda mucho a los colgaderos santanderinos, uno muy claro en Corbán, visible desde la propia rotonda que lleva a la Virgen del Mar, y otros dos también muy claros en Cueto, en un cruce de caminos que conduce a La Nuncia. Intentaré poner fotos de estos colgaderos santanderinos en próximas entradas. Estos colgaderos santanderinos, como los vargaretos lebaniegos, cumplen una función parecida a la de los hórreos. Posibilidades: o bien son continuación de los hórreos (donde había un hórreo ahora hay un colgaderu o un vargaretu, por eso ya no quedan hórreos) o bien nunca hubo hórreos, sino colgaderos o vargaretos (sabemos que ésto en Liébana no es así) o bien son cosas distintas y los hórreos desaparecieron porque la función que cumplían se cubrió de otra manera (los soberáos) o porque dejó de interesar, sin que colgaderos o vargaretos tengan nada que ver con su extinción.
Era lógico que de quedar un hórreo despistado estuviera en Periedo.
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