En el romance titulado La doncella que va a la guerra, recogido por José María de Cossío en Bielba (Herrerías), leo: "En el primer escalón / su padre le va a encontrar. / - Bien venido sea, padre, / mis hermanas, ¿cómo están? / - Tus hermanas están bien / y tú con honras vendrás. / En el segundo escalón / su madre le va a abrazar. / - Bien venida seas, madre, / ¿mis hermanas, cómo están? / - Tus hermanas están bien / y tú con honra vendrás. / Entre estas palabras y otras / el hijo del rey a la puerta está. / - Déme la su hija, / buen conde, / para con ella casar."
Quiero aprovechar este fragmento de romance antiguo para plasmar aquí una serie de ideas sobre la disposición interior de las casas cabuérnigas a caballo entre la edad media y la moderna.
Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de entrar en una casa gótica de Renedo, con permiso del propietario. También hemos podido echar un ojo este mismo fin de semana a otra casa gótica en Cabezón de la Sal, a punto de ser derruida. La primera era establo. La segunda había sido parcialmente modificada, pero conservaba su condición de vivienda. En ella, me decía el propietario, su abuela decía que habían llegado a vivir hasta tres familias (entiendo que una en la planta baja, otra en la superior y otra en el cuartu del portal). Más adelante me detendré a describir ambas de manera pormenorizada. Ahora entresacaré lo que creo puede ser de aplicación común a todas las casas góticas llanas:
La puerta es de arco apuntado y doble hoja. No parte a la mitad. La hoja de menor tamaño queda fija a la izquierda. Está apuntalada por una rejostra que encaja en un pequeño hueco del dintel, por dentro. Se puede quitar y abrir caso de hacer falta. La hoja mayor queda a la derecha. El cerrojo, enorme, por fuera. La hoja mayor, la de uso diario, abre hacia la derecha. En la casa de Renedo hay un rebaje en el suelo para que pueda abrir y cerrar la puerta, aunque me imagino que ese rebaje corrija la elevación del suelo que trajo la conversión de la casa en establo. Las puertas tienen quiciu: por arriba, el quicio de la puerta presenta un saliente que entra en un agujero practicado en el dintel y gira como el eje de una rueda de coche; por abajo, hay dos piezas metálicas, una en la propia puerta y otra fija en el suelo, sobre las que gira la puerta. Por si resulta inspirador, en los molinos antiguos del valle la rueda hidráulica se apoyaba sobre piedras de sílice, posteriormente sobre grillete de bronce y en los últimos tiempos sobre juego de bolas. Las puertas de los tabláos o tabiques de tabla amachiembrada tienen bisagra en todos los casos que he visto, salvo en una casa carmoniega que también tenía puertas con quiciu, no sé si por reminiscencia del pasado o por ser una solución puntual que tomó la puerta con quiciu como modelo.
En el muro de sombra, es decir, a la derecha, tras la puerta, se encuentra el lar de fuego bajo o de pusiega. Esto contradice lo que puse a este respecto en entradas anteriores. Estaba entonces equivocado. La pusiega es una estructura básica de piedra que sirve para controlar el fuego. Muchas pusiegas son ahora poyos a la entrada de las casas. Encima de la pusiega, el ventanu. Formando parte de la estructura de madera que sustenta el ventanu, el rejeru para colgar la olla de los llares (la cadena) y ponerla al fuego. Es la cucina. Encima de la cucina, un entramado de varas de avellano (zarzu o setu) que servía para ahumar alimentos. Este entramado puede soportar un cajón que cuando gana cuerpo se denomina pérgula. Las pérgulas pueden llegar a convertirse en auténticos cuartos para los alimentos. En la casa de Renedo, a la altura de la planta superior, encima del ventanu, es decir, a la par que los alimentos que estaban ahumándose, un ventano aún más basto. No sé cuál podía ser su función. Quizá equivalente a la de la tronera, que servía para orear los alimentos que estaban en el soberáu. No sé si en estas casas góticas llanas había troneras o tan siquiera si había soberáos.
A la izquierda, la escalera, que empieza con unos pocos peldaños siguiendo la línea de la fachada y enseguida gira a la derecha, siguiendo el jastial. Sería genial poder decir que estos primeros peldaños están precedidos por dos de piedra, como en el romance, pero no lo he podido comprobar. No me extrañaría que así fuese. Lo cierto es que al menos un peldaño de piedra había, pero no he podido comprobar si más. Es lógico que al menos sea uno porque sobre él se asienta el cuerpo de la escalera, de madera, que es necesario aislar del suelo. Esta escalera tenía puerta de quiciu y estaba envuelta en tablas que impedía que subieran los animales. Debajo de la escalera, las gallinas (el aselaeru). Es probable que el espacio que precede a la escalera, el que da paso a los primeros peldaños de piedra, sea el patiu que encontramos en casas posteriores. Los patios que conocemos (posteriores) suelen estar empedrados. También son conocidos como estragales (de etimología romana).
Arriba no habría un piso, solo un entramado de varas de avellano. Nos lo imaginamos así porque al menos encima de la cucina así era. Estos entramados, que hay que reponer cada cuatro años, se construyen por piezas que se ponen unas junto a otras, no se cubre todo el espacio con una sola pieza. Lo hemos visto en una cuadra de Renedo.
La planta baja sería la principal. Hemos encontrado restos de revocu (capa sobre capa de cal y barro) en toda la planta baja de la casa de Renedo (pero en otra posterior de Carmona hemos visto revocu de abajo arriba, es decir, de la planta baja hasta el propio cumbre). Las personas convivirían con los animales en esta planta. Es por esto que la escalera interior está cerrada con puerta de quiciu y tabláu. De esta convivencia entre animales y personas inferimos que la cucina es probable estuviera protegida por algún tipo de cierre, probablemente tabláu. Podría haber también un cuartu adosado, como pasa en casas posteriores, donde es frecuente que lo haya a busco del calor, como hemos visto en Carmona, cuartos que podrían ser tan pequeños como camastros (una persona tumbada y punto). Las particiones serían de tabláu. Nada nos queda de estas hipotéticas divisiones internas. Pero si los espacios de las personas es probable estuvieran delimitados físicamente, ¿qué el de los animales? Las gallinas entrarían y saldrían libremente por la joraca practicada en la puerta. Su aselaeru ya hemos dicho que se encuentra bajo la escalera interior. ¿Y el resto? ¿Las vacas atadas al pesebre y con un espacio acotado de alguna manera? ¿Las ovejas? ¿El marrano? Probablemente la organización de cuadras actuales nos podría dar pistas.
En fin, nos podemos imaginar a la doncella del romance en el patiu empedrado, al padre en el primer peldaño de piedra, nada más entrar a la izquierda, a la madre en el segundo, por detrás del marido (también por encima de él), y al conde en el umbral de la puerta. Gallinas por allí cacareando, la burtuña mugiendo, muy poca luz. La planta superior no existiría. No sería más que un secadero, ahumadero y pajar.
Pero, si todo lo anterior es cierto, ¿de dónde bajaban los padres de la doncella?
Si os dáis cuenta, en esta última entrada me he estado refiriendo a la casa gótica llana. Es porque creo que no todas las góticas tenían que ser necesariamente llanas. Hay una casa gótica en Valle fechada en 1609. Es una casa sola. En su lateral, a este (la casa está orientada a sur), hay una ventana abierta en una mancha de sillería situada arriba y atrás. Este jastial no ha sido modificado. Esta ventana indica la posición de un cuarto de prestigio, equivalente al que aparecerá tiempo después también arriba pero no atrás, sino en la parte delantera de la casa, asociado a la sala y a la solana, que en las casas góticas no existe. En Sopeña hay otra casa gótica, ésta sin fechar, cuyo armazón tampoco ha sido modificado (es la Casa Lor, junto a la iglesia). Al igual que la de Valle, presenta una ventana de prestigio arriba y atrás. No he podido entrar en ninguna de ellas. No sé que hay tras esta ventana alta y trasera envuelta en sillería. No debería haber nada. Pero lo hay. Y me gustaría saber qué.
La casa del romance podría ser una casa de este tipo, una casa gótica que, rompiendo con el esquema preconcebido, bien pudiera tener una planta superior ya desarrollada en el s. XVI, una planta superior que no se explicaría, así pues, por la presión ejercida por el maíz, que no asoma la nariz hasta un siglo después.
¿Qué había dentro de estas casas góticas de dos plantas? ¿Qué había dentro de las de solo una planta, de las góticas llanas? ¿Existían las góticas de una sola planta o es algo que nos hemos visto obligados a creer dada la ausencia de testimonios materiales? Objetivo prioritario: dar con los propietarios de las casas góticas de Valle y Sopeña y entrar.
martes, 22 de abril de 2014
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