(1)
En el cartel de la próxima Pasáa de Carmona (bajada del ganado tudanco de los puertos), a celebrar a finales de este mismo mes, pone vacas jedas (paridas) entre comillas pero bellos (terneros recién nacidos) está puesto sin ellas. Preguntado un vecino al respecto me responde que es que la primera palabra se ve como paleta y la segunda (todavía) no. Diglosia en estado puro.
(2)
"En la casa de Albiztur, Aitze, eran cinco hermanos. Un chico, Bartolito, y cuatro chicas: Miren, Paquita, Jesusa y mi madre, la hermana mayor, a la que llamaban María, y no Izaskun.
Hay una foto tomada en Aitze en 1928 en la que aparecen los cinco hermanos con sus padres, nuestros abuelos. Parecen gitanos recién salidos de una caravana. Gente muy pobre. Están todos morenos, negros al sol; los niños, con unas camisolas rústicas, sin peinarse, dando impresión de suciedad. Miran con ojos de susto, como si nunca antes hubiesen visto una cámara fotográfica.
La persona que hizo la fotografía quiso seguramente captar una imagen a la que atribuía un valor antropológico. Es probable que se tratara del propietario de la central eléctrica donde trabajaba mi abuelo, Ramón, o de un socio suyo. Eso explicaría que la fotografía estuviese guardada en Aitze.
La madre de mi madre, la abuela Leona, odiaba la fotografía. Se avergonzaba de aquella imagen de la familia, y decía que los habían cogido desprevenidos y que acabaría echándola al fuego. Pero cuando Ramón murió electrocutado en la central no le quedó otro remedio que conservarla. Era la única imagen que tenía de su marido".
Días de Nevada, Bernardo Atxaga, 2014, pp. 475 y 476. Es un libro pesado, como tantos de este autor, no todos, pero las últimas veinte páginas, que el autor dedica a la muerte de su madre, es de lo mejor que he leído nunca. Cuando llegas a estas úlimas páginas se te olvida lo mal que lo pasaste en las precedentes.
Recuerdo que estando con mi familia a la sombra de la higuera de Sopeña hace años, cuando crío, apareció un grupo de estudiantes, quizá de arquitectura, haciendo fotos a las casas y deteniéndose aquí y allá, también a nuestra altura. Cuando llegaron, saludaron, el que llevaba la voz cantante, profesor imagino, dijo no sé qué, sacaron fotos, también a nosotros, y se fueron calle adelante.
Nosotros, negros de sol, con el pelo apelmazado del río, pantalones cortos, las rodillas peladas, las bicicletas por ahí tiradas, la yegua de Quique, hierbas entre las piedras del empedrado, cascando avellanas en el agujero que dejan las goterás cuando llueve, gallinas, vencejos haciendo caligrafía por encima de nuestras cabezas.
Me gustaría dar con esas fotos. Siendo verano, seguro que se trataba de un curso de la UIMP. Si doy con el nombre de su director se las pediré.
Me gustaría dar con estas fotos, decía, pero más me gustaría dar con esta persona y hacerle unas fotos con su familia comiendo paella, rebozado de arena, en un chiringuito de Torremolinos.
(3)
El planteamiento de Un hombre enamorado, de Karl Ove, me recuerda a Con Suecia en la memoria de Rafael Gutiérrez Colomer.
(4)
Manuel Ciges Aparicio, uno de los escritores españoles de avanzada más olvidados, además de padre de un actor que me encanta, resulta que fue Delegado Territorial en Cantabria durante los trece meses que gobernó el Frente Popular.
Tengo un libro suyo reeditado en los ochenta, no recuerdo ahora el título, que es buenísimo, quizá un poco engolado todavía (la literatura de avanzada se caracteriza precisamente por sintetizar fondo y forma, tarea en la que el libro que conozco de Ciges Aparicio todavía bascula un poco hacia la forma), pero muy recomendable. Debe haber entrevistas suyas en la prensa de época santanderina.
(5)
En la zona de Castilla - Hermida hay un montón de cerámica de los setenta y ochenta en las paredes de los portales, en particular de Xesús Vázquez (Ourense 1946), un artista muy cotizado con obra en el Reina Sofía.
Pongo foto:
lunes, 8 de septiembre de 2014
Diglosia en el cartel de la Pasáa de Carmona de 2014, la fotografía en el pueblo natal de Bernado Atxaga, Karl Ove y Colomer, Manuel Ciges Aparicio Delegado Territorial en Santander y Xesús Vázquez muralista en Castilla - Hermida
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