Por detrás de donde Herminia había un antiguo arenal que se había quedado allí aislado. También había dunas por detrás de la carnicería. Hoy todo está construido. Era arena prieta, oscura y fría. Los críos jugábamos a hacer túneles en las dunas y casetas dentro. También servían como trincheras. A los padres les daba mucho miedo.
Ten cuidado con esas dunas, me decían, con esas montañas de oro, imaginaba yo. Les sigo haciendo caso.
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