Casi mejor donde está, dice con quien voy, no con las otras.
Sí, respondo, pero compruebo que el labaru está agarrado a la barandilla con una presilla de quita y pon y que es probable que ya el lunes no esté. Tampoco pasaría nada, y así se lo digo:
Tampoco pasaría nada si no estuviera.
No, no pasaría nada, confirma él.
Lo del labaru es un favor que se hizo a Revilla, continúa. No podía ser que Revilla fuera por ahí con la polaca y que todo el mundo utilizara la otra, así que se oficializó hasta donde se pudo el labaru para que Revilla también la pudiera sacar.
Se la regalamos, concluye.
No lo había visto así hasta entonces. Es un tema que nunca me ha preocupado mucho, el de las banderas. Pero así visto tiene su interés.
No soplaba el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario