En cuanto a la lengua, sí, verdaderamente es necesario que el indio aprenda el español, vínculo insustituible con todos los demás mexicanos y ventana abierta al vasto mundo de Hispanoamérica. Pero para esto, ¿es preciso hacerle tomar aversión a su lengua materna, inspirarle una especie de vergüenza con respecto al patrimonio que le es común con centenas de millares de otomíes, de mayas o de aztecas, y que le han transmitido como un tesoro las generaciones precedentes?
En la época de que yo hablo, la doctrina oficial del Estado federal era la incorporación del indio a la vida nacional. Se trataba de hacer del indio un mexicano como los demás: económicamente proporcionándole los medios de mejorar su suerte, la tierra, la irrigación, los instrumentos y el crédito; culturalmente, enseñándole la lengua de la mayoría, e incluso conduciéndole a adoptar el vestido, la alimentación, el modo de vida de la mayoría.
En suma, se tendía a la asimilación, Nadie, que haya conocido a los indios y su profunda miseria, puede negar que esta solución, si fuera posible, representaría un progreso en comparación con la situación en que estaban. Pero la asimilación completa ¿es posible? ¿Es incluso deseable? Es dudoso. El verdadero problema consiste en abrir completamente las puertas de la sociedad mexicana a los indios, sin exigir por ello un suicidio cultural."
Del fantástico Los cuatro soles: Origen y ocaso de las culturas (Guadarrama, 1969) de Jacques Soustelle, pp. 164-165.
No hay comentarios:
Publicar un comentario