Bajaba una vecina de Carmona con la vaca a vender a Cabezón y ella asomó a la ventana de su casa de Culapeña para decirle que se la cambiaba por cinco ovejas.
La primera vaca. Es así como Tilvina empezó a medrar.
Me lo contó su bisnieto en el autobús. Somos familia. Es así entonces como también empecé yo.
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