Tu madre, continúa mi tía, fue un día en bicicleta con las amigas a pasar la tarde a Sopeña, donde güeli estaba haciendo la hierba, desde Cabezón fueron, y llevaba puestos pantalones. Tu abuela la riñó por ir así vestida. Tu madre le recriminaba que había sido ella la que se los había comprado y güeli respondía que sí, pero no para aquí.
Mi tía me cuenta seguidas ambas anécdotas porque las encuentra relacionadas.
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