Marcos Díez Manrique, premiado

Desde este blog se ha criticado a la Fundación Santander Creativa en lo que creo que falla: no es lo privado quien debe mandar, por bienintencionada que sea la iniciativa, sino lo público, siendo lo privado quien ha de plegarse a las líneas de trabajo públicas. Lo he defendido para el Archivo Lafuente, el Centro Botín, etc. Lo mismo para "fuego amigo", como Sol Cultural y otros. Tras publicar la crítica, que no pretendía herir (lo cual tampoco me convierte en un reformista), Marcos Díez Manrique me llamó y estuvimos tomando un café: me explicó que su estrategia es facilitar aquellas iniciativas privadas que sin apoyo público no saldrían adelante, previa selección en que prima el interés general, interés que posteriormente viene reforzado por un jurado independiente. Se puede estar de acuerdo o no, pero al menos uno sabe a qué atenerse: oscurantismo cero.

Digo lo anterior, prólogo de lo que viene después, porque, siendo amigo de Marcos, no creo que se me pueda acusar de amiguismo.

Me ha parecido muy buena noticia que hayan dado el Premio de las Letras de Santander a Marcos y me he alegrado mucho por él, también por nosotros, sus lectores: su obra es prolija y muy buena: Desguace, el último poemario, es excepcional, lo mismo que Combustión, también en Visor, sus relatos, columnas, etc., a lo que sumar su labor de divulgación en bibliotecas (tuve la oportunidad de estar con él en Sarón ante cuatro vecinas y él con la misma voluntad que si estuviera en los Martes Literarios de la UIMP, cosa que debería ser normal pero que no por ello lo es), librerías, centros de enseñanza, etc. En fin, mi más sincera enhorabuena por el premio, más que merecido, y lo siento por los perdedores, que seguro tendrán otras oportunidades.